s i e t e

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Suplicando por Papá y una Cabina para Genitales Masculinos

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s i e t e:

Cuando desperté, un pequeño quejido escapó de mis labios. Las luces estaban apagadas, y no había màs ruido, que el que Alex roncando, los murmullos de Joey y los pequeños gemidos de Stevie. Miré el reloj digital a mi izquierda, gimiendo una vez más y desplomé mi cabeza en mi almohada. La piel se me ponía de gallina, debido a mi musculosa, la fría brisa soplaba desde la ventana donde la luz de la luna se filtraba, provocando estremecimientos en mi sensitiva piel.

Me levanté, buscando mi sudadera, golpeando accidentalmente una mesa. Ahogué un grito, mordiendo mi labio y después exhalando, un grito mudo salió de mi boca.

Dirigiéndome hacia mi maleta, tuve problemas para jalar la tela ploma de mi maleta, pero de todos modos lo logré. La pasé por encima de mi cabeza aun no lo suficientemente despierta para hacerlo en menos de un minuto.

Mientras caminaba hacia mi cama, casi caí cuando escuché, las casi incoherentes palabras que escapaban de los labios de alguien que dormía;

"No, dame más Daddy."

Mis ojos se abrieron mucho, mis cejas se arquearon y juro que en ese momento era una copia perfecta de Chandler Bing.

No necesito decir, que estaba despierta después de eso.

***

No dormí mucho.

Saber que una de las chicas, que imaginaba era Elle, tenía un sueño húmedo encima de mí la última noche me causó insomnio.

Bueno, tampoco era un sueño húmedo o ella es realmente muy cercana a su padre.

Llegué al desayuno, y todos parecían estar un poco decaídos hoy. Quizá se deba al hecho de que muchos de ellos vomitaron sus intestinos y toda la mierda que metieron a su colón. (¿O sería basura? Hm.) El señor Davids dijo que tendríamos un día de descanso y que retomaríamos el calendario mañana. Stevie explicó como cada domingo teníamos un día libre.

No tenía idea sobre que hacer, me desplomé en la mesa frente a mi comida, escuchando las conversaciones de los demás en mi soledad. Escuché una sobre un huracán en algún sitio, que iba a afectarnos, pero no iba a destruirnos por completo. De todos modos, los que vienen de California no sabrían que hacer durante las tormentas.

Apartó de mi mente la preocupación de estar atrapada con muchas chicas gritonas durante una tormenta con truenos, alzando algunos duraznos con mi cuchara. Mientras lo llevo a mi boca, cierro mis ojos y siento algo mojado en mi regazo.

—Maldición, —musitó, mirando a la pequeña rebanada de durazno deslizarse por mi pierna.

Miró alrededor, asegurándome de que no hay nadie viendo, antes de levantarlo con mi tenedor para comerlo. Con cuidado llevo una servilleta a mi pierna, secando el jugo pegajoso de piel.

—¡Oye! —Me volteó de repente, atragantándome con mi durazno. Stevie luce impresionada y confundida palmea mi espalda mientras expulso la rebanada.

Una vez que puedo respirar, ella se sienta junto a mí y sonríe—. Sé que es nuestro día libre, y tú probablemente quieres pasar algún tiempo juntas y hacer cosas, —ella muerde su labio inferior y bajo la mirada—. Bueno, yo tengo algunos planes con los otros consejeros. —Ella me observa y miro sus ojos.

Tengo una hermosa mejor amiga.

—Sí, claro. Está bien. —Ella me mira con ojos brillantes.

—¿En serio?

Cabin Three // h. s. au (Español)Where stories live. Discover now