u n o.

20.4K 1.8K 241
                                    

Cerró la puerta tras de sí y caminó por la acera mientras se colocaba las audífonos y encendía su reproductor.

YoonGi no vivía muy lejos del colegio, por lo que solía ir caminando. Además de que le gustaba el aire fresco que había por las mañanas.

Caminó sin prisa hasta la escuela y se encontró con TaeHyung en el pasillo. Él era su amigo desde preescolar debido a que sus madres fueron juntas en la preparatoria y eran muy amigas.

–Hola, Suga. –el castaño lo llamó por su apodo y le sonrió mientras movía la mano. YoonGi nunca había entendido porqué siempre estaba de tan buen humor. Era rara la vez que lo veía serio o triste. El chico era como un sol andante y eso le gustaba mucho de él.

YoonGi alzó la cabeza y pronunció un "buenos días" mientras se quitaba un auricular. Hablaron de cómo habían estado sus semanas, pues no se comunicaban tan seguido debido a las clases y a que salían con otros amigos. Entonces el otro sacó el tema a colación.

–¿Has logrado hablarle ya a la chica? –su amigo movió las cejas de arriba a abajo en tono sugerente con una sonrisa traviesa. YoonGi soltó un puchero sin querer y negó levemente con la cabeza.

–No todavía...

–Vamos, estoy seguro de que tienes más para ganar que para perder. –TaeHyung le dio un par de pequeños golpes en la espalda– Tengo que irme, suerte con RaeSun.

YoonGi se limitó a asentir y se despidió con la mano mientras le daba las gracias a su amigo.

Siguió caminando por el pasillo y logró divisar a la pelinegra frente a su casillero de donde cayeron varios libros cuando fue abierto. Él se preguntó si debía ir a ayudarle, pero su reacción fue lenta pues otro chico que pasaba por ahí se agachó a recogerlos por ella. Carajo.

El chico se los entregó con una sonrisa, a la que RaeSun trató de responder pero el producto fue más bien una mueca, esas que siempre le salían porque se sentía avergonzada. Luego ambos siguieron con lo suyo.

-

Las primeras clases pasaron lentas para YoonGi, que estaba ansiando la hora del almuerzo desde que entró a su aula.

Por lo que, cuando el timbre sonó, salió sin guardar siquiera sus cosas y caminó por las áreas verdes del instituto hasta el árbol en el que RaeSun acostumbraba a estar a esa hora. NamJoon le había dicho en un texto que tenía que ir a la biblioteca a terminar un trabajo de equipo y que no podría almorzar con él, así que estaba solo y ocuparía su tiempo de almuerzo en ver a la chica que le robaba suspiros a diario. Y ahí estaba, con su libro, sus auriculares y un sándwich con apenas una mordida. El peliverde se sentó en el césped a unos metros de ella y la observó por unos minutos, fingiendo de interés en su celular de repente cuando ella levantaba la vista.

Y demonios, quería estar más cerca.

Se levantó y a paso lento se acercó hasta el pie del árbol. No se percató de sus acciones hasta que ya estaba frente a ella. Pensó entonces en las palabras que TaeHyung le había dicho hacía unas horas "estoy seguro de que tienes más para ganar que para perder". Y antes de que pudiera echarse para atrás, la chica alzó la vista, percatándose de que alguien estaba cubriéndole del sol. YoonGi se congeló por un momento pero se impulsó a sí mismo. Al final de todo, ya estaba ahí.

–¿Puedo sentarme? –señaló el espacio que había junto a ella con una sonrisa pequeña, demasiado tímida para su gusto pero que salió sin querer.

Ella asintió levemente y ocultó el color carmesí de sus mejillas tras su cabello. ¿YoonGi pidiendo permiso para sentarse junto a ella? Eso era un chiste de mal gusto. Alguien le estaba jugando una broma, estaba segura.

YoonGi tomó asiento a su lado, preguntándose de dónde había sacado el valor para realizar semejante acto.

–¿Qué lees? –el chico trató de sonar relajado. A RaeSun se le erizo el vello al escuchar la voz ronca de YoonGi tan cerca. Sólo había escuchado su voz un par de veces y era siempre a lo lejos o como un susurro cuando pasaba cerca mientras hablaba con TaeHyung o NamJoon.

La chica se limitó a mostrarle la portada sin mirarle, no quería que notara que estaba avergonzada. La gente no solía acercarse a ella sólo porque sí, y lo hacía peor que fuera él quien estuviera ahí.

YoonGi la miró. Su madre le había regalado ese libro hacía unos años.

–¿Hamlet, uh? Claudius es un bastardo. –RaeSun soltó una risita casi inaudible y asintió. YoonGi no pudo evitar sonreír– ¿Cuál es tu nombre?

–Yo, ahm... me... me llamo RaeSun. –hizo pausas al hablar porque el aire le faltaba y se golpeó mentalmente por eso– ¿Y t-tú?

-YoonGi. –el peliverde le tendió la mano y ella la tomó tímida. El chico la estrechó levemente acariciando el dorso de la ajena con el pulgar- Es un placer, RaeSun.

El roce envió a ambos una corriente eléctrica. YoonGi no podía sentirse más feliz y ella, bueno, ni se diga.

〰〰〰〰〰〰〰〰〰

A/N: Planeaba subir esto en unos días pero me emociona mucho la idea de que es mi primera historia por aquí. Disculpen si no es lo mejor del mundo; sólo espero que les guste y que le den mucho amor.

Por cierto, ¡FELIZ AÑO NUEVO! Disfruten su cena y la compañía de sus seres queridos. Ojalá que este 2016 esté lleno de éxito y cosas positivas en su vida.

All the love✨

look at me ➳ m. yoongiحيث تعيش القصص. اكتشف الآن