n u e v e.

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RaeSun despertó con sueño. Lo que YoonGi le había dicho la tarde anterior la hacía patear la cama de emoción y le quitaba el sueño totalmente. Los pocos días que habían hablado bastaron para confirmar que ella le quería también, ya no era la simple atracción que sentía al verle de lejos y no le importaba si sólo le gustaba como una amiga. Con eso le bastaba y estaba feliz.

El insomnio le ayudó a pensar también en la excusa que daría si preguntaba por los rasguños en su mejilla. Librar a su padre fue fácil, sólo tuvo que cubrir su mejilla con su cabello cuando fue a saludarle y subió a su habitación argumentando que tenía sueño. Sin embargo, con YoonGi no sería así de sencillo. No quería que supiera que SooNeul había sido, sería como una niña pequeña que corre con alguien cuando no pudo defenderse de un agresor. Además de que no sabía qué reacción tendría Yoongi ante eso.

Decirle que se había caído no sería creíble, pensó en inventar que había trepado un árbol y que una rama le raspó la mejilla pero, ¿para qué treparía ella en un árbol? Culpar a su mascota le parecía la opción más viable, aunque no tenía una. Por suerte no había hablado de ello con YoonGi, por lo que quizás sería una buena opción.

-

A mitad de la clase de química, cuando la maestra salió del aula para ir por café, NamJoon se acercó a YoonGi.

-Hola. –chocaron las manos y el de pelo rosa se sentó a su lado.

–¿Ayer lograste encontrar a tu novia? –el peliverde asintió.

–Estaba en el baño. –NamJoon levantó las cejas con picardía, por lo que el de pelo verde golpeó su cabeza– Y lloraba, enfermo. No quise preguntarle el porqué, así que lo haré hoy si es que puede hablar del tema.

–¿Quizás por lo que le ocurrió en la cara? –YoonGi frunció el ceño. No había visto nada en su cara durante el día y ella no le permitió verla en el baño– He visto rasguños en su mejilla cuando la vi en la entrada.

–¿Rasguños? –esta vez su amigo asintió, encogiéndose de hombros– Ayer no tenía nada, quizás pasó en su cas...

–Kim, a su lugar. –la profesora señaló a NamJoon cuando entró por la puerta.

–Hablamos luego. –susurró mientras se levantaba y se fue a sentar a su lugar correspondiente.

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Cuando se encontraron en el árbol, YoonGi pudo ver la mejilla de la chica.

–Hola. –RaeSun sonrió en cuanto él se sentó a su lado.

–Hola, ¿estás mejor? –la pelinegra asintió.

–En realidad no estaba mal. Sólo lloré porque... lo necesitaba, creo.

–¿Y tiene algo que ver con esto? –YoonGi acarició su mejilla con cuidado, cerca de donde empezaba uno de los rasguños.

–¿Qué? Ah, no, ha sido mi mascota.

–¿Tienes un tigre como mascota o...? –él se rió– No sabes mentir.

RaeSun bajó la mirada hasta sus manos y las cubrió con sus mangas. Eso solía demostrar que estaba nerviosa y el peliverde lo notó.

–Si no quieres contarme qué ha pasado está bien. –el chico habló sereno– Sólo dime si hay algo en lo que pueda ayudarte.

La pelinegra asintió y él pasó su mano por sus hombros, dándole un pequeño abrazo que no fue correspondido de inmediato. Cuando estaba a punto de retirar su brazo, la chica rodeó su torso con sus brazos, apretándolo contra ella como la posición en la que estaban se lo permitía.

look at me ➳ m. yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora