1. Nudillos

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Título: Nudillos.

Resumen: Ladybug no se había dado cuenta de que sus dedos se asemejaban a inútiles saltamontes haciendo referencia a su nombre sobre los nudillos cubiertos por aquel guante negro. Nunca se había dado cuenta de lo dañina que puede ser la tentación.

Ships: Ladynoir (Chat Noir/Ladybug).

Advertencias: Angst. TW: eating disorders.

Palabras: 3618

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Ladybug liberó a la mariposa que previamente había sido morada y negra por la infección, saliendo ésta de su yo-yo y agitando las alas, desapareciendo poco a poco en el cielo de la noche. Aquel insecto era blanco y brillante, y cuando subió al azul noche, se veía como un fuego artificial más entre los que estaban lanzando aquel día treinta de diciembre.

Con un largo suspiro, dirigió la mirada a su compañero, cuyas orejas de gato rozaban sus cabellos dorados. Se veía apagado, aún así, alzando el brazo lo suficiente como para chocar sus puños y acabar su deber con un «¡misión cumplida!». Probablemente uno de los más tristes que Ladybug podría haber presenciado.

La chica sabía que él se sentía egoísta. Egoísta porque quería que se quedase con él, porque iba a estar toda la noche siguiente solo y no debería de ser un día triste en ningún hogar. En ninguno. Aunque no hubiese nada que celebrar, aunque realmente el paso de año no significase un cambio para él porque en su casa el tiempo corría más lento, aunque Adrien nunca llegue a la realidad a tiempo.

— Supongo que mañana querrás tomarte vacaciones —murmuró, acuclillado encima del filo de la azotea del edificio en el que se encontraban. Sus ojos se notaban apagados y, aunque estaba mirando algo, no lo estaba observando del todo.

Ladybug suspiró y apretó los puños aprovechando que el gato no tenía ojos en la espalda, mordiéndose el labio. Ella también se sentía egoísta, aunque, ¿por qué? Quería pasar el día con su familia, como cualquier otra persona, por supuesto, pero sentía como si fuese a perder algo de Chat Noir que, posiblemente, no podría ver en otros 365 días*.

Sabía que Chat Noir triste era otro Chat Noir. Era una persona completamente distinta según su estado de ánimo, se preguntó si realmente aquel chico tendría o no problemas con su personalidad, aunque prefirió dejar el tema colgando en su cerebro, acercándose silenciosamente y relajando su mandíbula y sus puños.

— Escúchame —suspiró, aún guardando la distancia—, por supuesto que me gustaría tomarme vacaciones. Pero, ¿sabes qué? Mientras no haya akumas que limpiar, no me importaría quedarme con el traje un poquito más.

El chico relajó algo los hombros. Marinette creyó que había dicho algo que sólo hizo empeorar la situación. Hubo un silencio incómodo que hizo que la distancia que los separaba fuesen más que un metro, un kilómetro. Realmente, así había sido siempre para Chat Noir: Ladybug era su cielo y todas sus estrellas, pero de tanto mirar al cielo, había olvidado que necesitaba tierra en la que sustentarse, y así, sigue cayendo al vacío, cada vez más profundamente. Cada vez más lejos, más inalcanzable, donde su alrededor y su traje no pudiesen distinguirse porque son del mismo color, porque transmiten lo mismo. El vacío es vacío, pero, a veces su traje lo estaba más que la mismísima nada. Que un agujero negro que arrasaba con todas aquellas personas que intentaban hallar algo más profundo en él.

— Sólo me haces sentir más egoísta e impertinente —dijo, seco y tajante. Pudo escuchar el sonido de los trozos del alma de la chica cayendo justo bajo él, y sabía que si realizaba algún movimiento en vano, podría pisarlos, y el problema ya no se podría arreglar—. No vengas si no quieres.

▧ Oneshots ┊ MLBshippingWhere stories live. Discover now