Capitulo 16.

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Jesica ya había conseguido calmarse. Su respiración no iba tan acelerada y el dolor que había estado sintiendo volvía a esconderse en los recobecos de su corazón, justamente del lugar de donde provenía.

— ¿Por qué hemos venido aquí? —preguntó Jes sin querer parecer desagradable. Se había enamorado del lugar, pero quería saber si había algún motivo para estar allí. Siempre buscaba el por qué de las cosas.

— No sé. Hoy era uno de esos días que necesitaba evadirme del mundo —admitió Nicholas, que se encontraba en la misma posición que al comienzo.

— Y si querías evadirte del mundo, ¿por qué me has traído? Yo formo parte de él —puntualizó Jesica.

¿A qué venía tanta pregunta? Nick quería hacerla callar, le estaba haciendo pensar justo cuando había ido allí para hacer lo contrario.

— Tampoco lo sé. Eres la primera persona a la que le enseño este lugar —admitió Nicholas.

Jesica sonrió complacida. Era una gran muestra de confianza el acto que había realizado Nick.

Ella se posicionó del todo tumbada, con su espalda contra el capó, y contempló las estrellas ensimismada. ¿Cómo podía contener tanta belleza algo que, a simple vista, parecía tan pequeño?

— ¿Crees que hay vida en otros planetas? —cuestionó Jes, interesada en saber la opinión de Nicholas. Éste se echó a reír, haciendo que ella girase su cabeza hacia su posición.

— Dios mío, cuánta pregunta. ¿Acaso eres detective en tus ratos libres? —expulsó Nick después de colocar una de sus manos sobre su pelo para acomodarlo.

— No, pero tú sigues siendo un imbécil las veinticuatro horas del día —contestó Jesica molesta. Ella había realizado todas esas preguntas con la mejor intención, incluso había cuidado su tono porque no quería parecer desagradable. En cambio Nick, había hecho todo lo contrario.

— Siempre estás en guardia, ¿eh? —musitó él entre risas. Le causaba gracia la actitud de Jesica, incluso cuando lo había insultado. Cabe destacar que si hubiera sido otra persona, ya estaría ingeniándoselas para que lo retirase; como por ejemplo gracias a un puñetazo en plena mandíbula o hacer alguna especie de llave de artes marciales.

— ¿Y tú siempre eres tan gilipollas? —espetó ella regalándole una sonrisa fingida.

— Tienes suerte de ser una mujer —contestó Nick, dejando en el aire el motivo.

— Tranquilo, aunque sea una mujer puedes entrar en combate conmigo. Sé utilizar las manos aparte de para pintarme las uñas —correspondió Jesica, sabiendo que ese tipo de comentario era exactamente el que no se esperaba Nicholas.

Es más, soltó una pequeña bocanada de aire seguida de una pequeña carcajada.

— ¿Siempre eres tan arisca?

— Lo cierto es que no, pero contigo sé hacer una excepción.

«Me irritas cada cinco minutos, ¿cómo no quieres que sea arisca?», pensó Jesica.

— Aprendí a defenderme cuando era muy pequeña —prosiguió ella como si pretendiera excusarse— El colegio era una especie de selva.

— No creo que lo fuera más que la calle —replicó Nick. Jes frunció el ceño al desconocer a qué se refería. Él contempló ese acto y continuó—: Al morir mis padres, fui a parar a un centro de acogida. Hasta que no me adoptó una familia, me dedicaba a robar en pequeños comercios. Muchas veces conseguía sobrevivir a causa de ello. Y puedo asegurarte que aquello sí era duro.

El principal detonante [Fanfiction].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora