Capitulo 34.

729 34 0
                                    

Nick cerró de un portazo la puerta tras su espalda. Tenía la respiración agitada, ambos venían corriendo desde las cinco últimas manzanas. En su rostro podía leerse la preocupación que inundaba su ser.

— Lo mejor será que nos mantengamos a oscuras para no levantar sospechas. Podrían pasarse por aquí en cualquier momento —informó Nicholas.

Jes asintió. La oscuridad no era tan intensa, ya que conseguía distinguir dónde se encontraba el rostro de Nicholas. Esperó varios segundos antes de realizar la siguiente pregunta. Desde que Nick la había obligado a camuflarse bajo su chaqueta no había abierto la boca. Todavía se repetían en su cabeza sus palabras.

— ¿Por qué te preocupa tanto proteger mi vida? —preguntó Jesica de repente. Sintió una especie de liberación cuando la frase escapó de entre sus labios. Necesitaba saberlo, la duda y las posibles respuestas la carcomían por dentro.

Nick tragó saliva audiblemente cuando sus oídos interceptaron esas palabras.

— Simplemente porque no me gustaría morir hoy —soltó intentando excusarse, evadiendo el tema. Pero no dio resultado.

Tenía miedo de decir la verdad, porque eso implicaba mostrar parte de sus sentimientos y siempre huía de ello. Pero ésta vez lo pensó mejor. Tal vez era una de las últimas veces que podría compartir su tiempo con Jesica antes de que Joseph buscase la manera definitiva de acabar con él.

Jesica le dedicó una mirada que decía a gritos «deja de tomarme el pelo y sé sincero». Él bufó. Siempre escapaba de todo lo que significase poner sus sentimientos sobre la mesa.

— No quiero que te pase nada, sólo eso —espetó de la manera más disinteresada que pudo.

— ¿Por qué?

Nick cogió aire.

— Porque no quiero perderte —soltó sin pensar. Acababa de hablar su corazón.

Un brillo especial pareció instalarse en las pupilas de Jesica que inundaban toda la entrada. ¿Cuánto tiempo había esperado escuchar eso de alguien? Demasiado.

En cuanto su cerebro analizó las sinceras palabras de Nicholas —lo cuál solo le llevó un par de segundos— se tiró hacia él sabiendo que, ésta vez, actuaba conscientemente. Sabiendo que ni siquiera ella misma lo evitaba, tal y como solía pasar.

Cogió su rostro entre sus manos y lo fue acercando a ella. Sus labios se rozaron y la habitación parecía cobrar sentido bajo tanta oscuridad. Se movían al mismo compás y con el mismo deseo que a ambos embriagaba. Nicholas posó sus manos rodeando su espalda con delicadeza mientras que Jesica trasladaba las manos a su cuello.

Sus pechos se encontraban a la hora de inspirar. El leve roce que eso conllevaba provocaba que el bello de la nuca de Nick se erizase. En un rápido movimiento, atrajo a Jesica del todo hacia él. Acabando así con el par de centímetros que separaban sus cuerpos.

— Debería ir a bañarme, estoy sudada de tanto correr —musitó Jesica boca contra boca. Su pecho subía y bajaba con intensidad mientras expulsaba el aire suavemente.

— Y más que vas a sudar —contrarestó Nicholas con un tono acorde a la pasión que rápidamente se estaba apoderando de su cuerpo y de sus sentidos.

Jesica no dijo nada, solo se quedó mirándole a los ojos. ¿Cómo había conseguido infundar tanto deseo en un solo momento con una simple frase? Dio un pequeño salto y rodeó la cintura de Nicholas con sus piernas. Él posó velozmente sus manos sobre éstas para sostenerla y volvió a besarla ansioso, como las abejas atraídas al polen.

Comenzó a andar hacia su cuarto con Jes sobre él. Agradeció conocerse perfectamente su casa, porque por nada del mundo quería interrumpir el contacto de sus labios con los de ella. Se separaron solo un momento para poder recuperar el aliento, tiempo suficiente para que Nick se preguntase «¿de verdad está pasando?».

El principal detonante [Fanfiction].Where stories live. Discover now