Capitulo 35.

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Nicholas apareció por la puerta de la oficina con una sonrisa. Alex, que hacía cerca de media hora que había llegado, lo esperaba ansioso.

— ¿Qué pasa, hermano? —saludó extendiendo su mano para chocarla con la suya— ¿Tienes buenas noticias para mí?

— Que contento vienes hoy —masculló Alex, lo cuál le sorprendió un poco. Nicholas solía tomarse su propio tiempo para adaptarse a las mañanas. Madrugar nunca había sido su fuerte— Te has hecho un trabajito mañanero, ¿no? —soltó Alex con un deje de broma en su voz, sacando una vez más el tema sexual.

¿En qué momento de su vida, Alex dejaba de hablar de ese tema? Nicholas optó por fingir que no había escuchado esa última pregunta.

— Tengo muy buenas noticias para ti —dijo Alex retomando la primera pregunta que Nick le había formulado— En las dos últimas semanas las ventas del club se han incrementado un 10%.

— ¿Tanto? —preguntó él con una sonrisa en su rostro.

— Sí. Y ayer el local estuvo a reventar, literalmente. Te perdiste el strip-tease de dos tías que estaban buenísimas —espetó ésta última parte más emocionado— Lo malo es que una de ellas era rubia, pero la otra era una morena que.. ¡Guau! —exclamó— Me la tiré en el baño —admitió riendo.

Nicholas rió.

— Acabarás con una enfermedad de transmisión sexual algún día como no andes con más cuidado —le avisó Nick posando sus piernas sobre el escritorio de color caoba.

— ¡Qué va! Tomo precauciones suficientes —aseguró.

— Te has tirado a más de media ciudad, en cualquier momento esas precauciones fallarán —expuso Nicholas con una sonrisa burlona en su rostro. Además de sobreavisar a su amigo, buscaba infudir miedo en él.

— Cállate —soltó poniendo fin al tema de conversación— ¿Dónde demonios estuviste ayer?

La curvatura que segundos antes estaba presente en los labios de Nick se emborronó. ¿Qué debería decirle? Ya podía visualizar a la perfección su reacción si admitía todo lo que había pasado con Jesica esa misma noche.

— Salí por ahí —masculló levantándose del asiento y dirigiéndose a la cafetera— ¿Adivina qué? Me estuvo siguiendo una coche negro un tanto sospechoso.

— ¿En serio? —cuestionó su mejor amigo alarmado.

— Sí. Conseguí quitármelo de encima fingiendo que vine al club —admitió echando café sobre una taza blanquecina.

— ¿Y por qué en vez de fingir no entraste? —preguntó Alex no entendiendo esa parte.

Nick le pegó un sorbo a su café para ganar así un par de segundos mientras su cabeza inventaba alguna excusa que su mejor amigo pudiera creer. Pero ese par de segundos no fueron suficientes.

— Estaba cansado y preferí volver a casa —contestó volteando su cuerpo, evitando la mirada penetrante de Alex y fingiendo que le echaba una cucharada más de azúcar al café.

Alex estalló en una carcajada.

— ¿Te crees que soy imbécil? —continuó después— Tú te llevaste a una tía a casa y no me quieres decir quién es.

Solo había tres posibles motivos por los que Alex había dado en el clavo: era muy astuto, conocía muy bien a Nicholas o, simple y llanamente, todo lo relacionaba con el sexo. Nick votaba la tercera y última opción.

— Pero, ¿qué dices? —musitó volviendo a dar un sorbo a su bebida, como si buscase enconder su reacción tras la taza.

— ¡Claro, por eso has venido tan contento! —acababa de encontrar el motivo de la alegría mañanera de Nick.

El principal detonante [Fanfiction].Where stories live. Discover now