38

1.4K 122 28
                                    

(Mery)

Tenía todo lo que quería y la cagué. Dani me quería, lo único que tenía que hacer era enseñarle mis cicatrices para demostrar lo mucho que confiaba en él y lo quería.

Pero no pude. Algo estaba tirando de mi coraza protectora.

Le he dicho a mi madre que me encuentro demasiado mal como para ir al insti hoy, así que estoy tumbada en la cama. El vestido que me compró la señora Pardo está colgado en mi armario, un cruel recuerdo de la noche más romántica de mi vida. Conseguí a Dani y lo perdí igual de rápido.

Ayer, cuando me trajo a casa, me dio una pequeña sonrisa y dijo que siempre habíamos sido amigos y seguiríamos siéndolo.

Eso es lo más importante, ¿verdad?

¿Entonces por qué he estado llorando toda la mañana? Desviando ese tema recuerdo que la Sra. Pardo no se encontraba nada bien anoche y decido llamarle para ver cómo está.

Responde el señor Pardo. — ¿Hola?—dice con voz agitada.

— Hola, soy Mery...María. ¿Está la señora Pardo?

El hombre está sin hablar durante unos largos minutos e insconscientemente se me forma un nudo en la garganta. Algo no va bien.

— Mi madre ha muerto esta mañana, Mery.

— No...—susurro mientras mi vida se viene abajo—. No puede ser. Estábamos juntas. Anoche ella estaba bailando y riendo y...

— Ella estaba muy agradecida de tenerte en su vida—dice—. Te quería como una nieta. Más que eso, te quería como a una amiga.

— ¿Dónde está ahora? ¿Estaba sola cuando murió?

Escucho un sollozo al otro lado de la línea. — Se la llevaron en una ambulancia. Murió cuando dormía, sin dolor. Su corazón ha estado mal durante años, Mery. Solo era cuestión de tiempo.

Lagrimas resbalan por mis mejillas mientras recuerdo todos los momentos que pasamos juntas estos últimos meses. Ella me enseñó tanto sobre la vida.

— Los narcisos...ella nunca verá florecer los narcisos.—le digo, ahogando mis emociones.

— Mamá adoraba esos narcisos, ¿no?

No sé qué más decirle. La señora Pardo pudo haber sido mayor en edad, pero todavía le quedaban muchos planes. Invitarnos a mamá y a mí a cenar, ver los narcisos florecer en primavera mientras comemos los pasteles de Irina.

— La voy a echar de menos.

— Sé que lo harás. Ella nunca quiso un funeral. Decía que solo era una excusa para que la gente deprimida haga charlas sin sentido.

Sonrío con nostalgia. — Eso suena a ella, lo que me recuerda...un vestido. Ella se compró un vestido.

— ¿El que está colgado en la silla de su habitación?

— Si. Si ella va a ser enterrada...—no puedo nisiquiera sacar las palabras.

— Me aseguraré de eso. Escucha, si quieres venir y coger algo de la casa antes de que la vendamos, puedes hacerlo.

— No puedes vender la casa...los narcisos, la glorieta...todo en lo que se ha preocupado los últimos dos meses para nada.

Ya por la tarde, mi madre me ha traído a casa de la señora Pardo, por última vez. Ella me sujeta de la mano mientras Tomás nos saluda. — Coge todo lo que quieras, Mery.

En el tendedero, limpio y doblado, está mi tan odiado muumuu, sin embargo encabeza mi lista de imprenscindibles.

Lo cojo y lo aprieto contra mi pecho. La señora Pardo me la fue dejando casi desde el primer día, la única solución para no ensuciarme. — ¿Puedo quedármelo?

El señor Pardo está sorprendido de que lo quiera. — Hablaba enserio cuando dije cualquier cosa.

Hay dos cosas más que quiero. Voy a la cocina y abro todos los cajones hasta que lo encuentro. Mi madre está tan desconcertada como el hombre. — Tiene que estar por aquí. Ajá.

Abro uno de los cajones de la parte superior, y en un trozo de viejo, manchado y rasgado papel está la receta de sus galletas favoritas, las mismas con las que me alimentaba tarde trás tarde.

— ¿Algo más?

— Una cosa más.

Mamá y el señor Pardo me siguen hasta el desván. Voy hacia el baúl y lo abro.

Sosteniendo un pequeño marco, digo:
— Esto es lo último.

El señor Pardo me dice: — Es todo tuyo.

Miro la foto de dos personas locamente enamoradas el día de su boda.

Que los dos descansen en paz.
Por fin juntos.

—————————————————
He de reconocer que con este capítulo me he puesto algo triste, es imaginar que mis abuelos se mueren y se me parte el alma. En fin, es ley de vida, cuando menos te lo esperes pasará, así que disfruta de ellos y en el caso de que alguno ya no esté contigo nunca le olvides, pero sobretodo en ambos casos quiérelos. Un abrazo nunca está de más, recuérdalo.

Por otra parte que el amor de dos personas, el amor de toda una vida, se tenga que dividir por algo como es la muerte es algo que me parece demasiado injusto, pero vamos, la vida al fin y al cabo es injusta. No hay nada que no se arregle después de la muerte, si dos personas tienen que estar juntas ni la muerte les va a separar.

Espero no poneros tan *plof* como yo. En fin, soy muy sentimental vale JAJAJAJ.

** Dos grandes pilares de la vida de Mery han desaparecido, la señora Pardo y Dani. La señora Pardo siempre va a estar con ella pero ¿y Dani? ¿De verdad van a ser solo amigos o la vida tomará las riendas y los unirá de nuevo? [Bueno, la vida no, más bien mi cabeza juju] Lo veremos en los siguientes capítulos... **

Dejando Paraiso ||Completada.Where stories live. Discover now