Capítulo 4 - Ava

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Me encanta esta época del año. Ver las luces decorando cada esquina de la ciudad, la ilusión en los rostros de los niños, me encanta la navidad. Estamos, con Phoebe y Leo, en el Starbucks del centro comercial Westlake al noroeste de Seattle.

                  

Fuimos a dar una vuelta y después de dos horas me llego un mensaje de Simon preguntándome si quería verlo y por supuesto que le dije que si.

Hace dos días de la llegada de Simon y aun no me lo creo. Técnicamente tenia que llegar mañana, pero vino antes de tiempo. A veces pienso que voy a despertar y que tan solo es un sueño, que él sigue en Londres. No es que no me fié de su palabra, él me dijo que volvería y sabia que lo haría, pero después de estar seis meses separados no puedo dejar mis pequeñas dudas atrás de golpe.

Después de recoger nuestro pedido, buscamos una mesa libre, pero esto esta muy lleno. Veo a un grupo irse de una barra de bar a la derecha y me dirijo hacia allí. Nos sentamos en los altos taburetes y Leo nos deleita con la historia de la cita con su nueva conquista.

Antes ni siquiera de que diga algo o me toque, se que Simon esta detrás de mi, mirándome. Puede sentirlo, los pelos de mi nuca se me erizan y algo en mi piel cosquillea.

Unos fuertes brazos, muy familiares, me abrazan desde atrás. Simon hunde la cabeza en mi pelo y susurra:

-Estas hermosa, nena.

-Lo se y aunque no te he visto voy a arriesgarme y decir que estas tan caliente como siempre.

-Como te echaba de menos.

Ruedo los ojos, porque nos vimos hace menos de 24 horas, pero reconozco que también lo he echado de menos.

-Puede que yo también un poco.

Besa mi cabeza, pero sigue sin soltarme. Leo ríe y Phoebe dice:

-Hay personas a vuestro alrededor, por dios, sois tan dulces que provocareis diabetes a todos en este local.

-Sip, dulce y caliente. Caliente como para mojar las bragas de todas las mujeres en este local. Un chico caliente revoluciona hormonas, pero un chico caliente y dulce, las deja listas y suplicando por una ronda de sexo.

Leo, eso solo podía decirlo Leo, pero si no lo hiciera no seria mi mejor amigo. Es simplemente genial.

-Bueno yo solo quiero a una mujer, a mi mujer.

Simon gira suavemente mi cabeza y me besa. Un toque suave y dulce. Mientras sus manos, que estaban en mi estomago, se enredan con las mías.

Después de casi un año desde que empezó nuestra relación y seis meses separados, sigo sintiéndome igual. Sigo amándolo, incluso lo amo cada día más, si es eso posible. El cosquilleo no me abandona, cuando me besa, me toca o solo me mira, siento algo en mi interior. Suena cursi, pero es así como se siente.

Después de una hora y un café más, Simon esta hablando de una fiesta de disfraces a la que fue en Londres. No ha dejado ir mi mano, las mantiene entrelazadas en su pierna.

Oímos el nombre de Simon ser llamado y al girarnos vemos a nuestro amigo TJ venir hacia nosotros. Técnicamente es amigo de Simon y Ted y ex compañero del equipo de Nash, pero solía pasar el tiempo con todos nosotros y me cae bien.

-Hey Stone, veo que has vuelto.

TJ abraza a Simon y nos saluda a todos con un breve abrazo.

-Hola chicas ¿Todo bien?

-Todo genial –respondo a lo que Phoebe solo asiente con la cabeza.

-Veo que estas bien Nash, me alegra verte fuera de esas muletas.

Te seguiré hasta las estrellas (Big Bang 2)Where stories live. Discover now