LA CONFESIÓN

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Pasaron semanas y Claudia y yo empezamos a ser inseparables. En pocos días lo sabiamos todo, bueno casi todo de la otra.
Yo no me atrevia a contarle quien era yo y como me sentia en ese instante.
Era verdad que desde que estaba con ella me sentía mucho mejor, aunque me deprimiera algunas veces de pensar que le estaba fallando.
Un día entró en mi habitación, se dirigió a mi escritorio Y se sentó en la silla, empezó a dar vueltas como una loca... estaba loca.
Cuando estaba mareada paró de seco de espaldas a mi, es, decir mirando a la mesa.
Claudia se fijó en un papel doblado que habia sobre la mesa, lo abrió Y empezó a leerlo.
En mi tiempo libre suelo escribir Y ese papel lo escribí el día de mis dudas...
' No entiendo Por que estoy en este mundo, para que sirvo, nadie me quiere ni me necesita.
Alguna vez pensé que podía llegar lejos, ahora creo que no llegaré ni al final de la calle.
Nadie me repesta, ni yo misma lo ago. Entonces... No merece la pena seguir viviendo.
La verdad es que Con mi manera de desahogarme acabaré poco a poco Con mi vida hasta ser completamente destruida'
Claudia me miró Con mala cara y me dijo que se lo deberia de haber contado, que eramos amigas... (espera, dijo que eramos amigas...)
Tambien me regañó Un montón Por hacerme daño.
Al final me hizo prometerle que No lo volveria ha hacer.

CENIZASWhere stories live. Discover now