CENIZAS

A VIVIR EL PRESENTE

Me desperté ese jueves, muy feliz. Me levanté de la cama, me miré al espejo, y empecé a vivir de verdad.
Bajé, besé a mi madre en la mejilla, y tomé un zumo de melocotón.
Rápido me vestí: shorts rojos y camisa blanca con flores en una gama de colores rojos, rosados... y me maquillé normal, mi sombra marrón, un colorete un poco más oscuro que mi piel , y mi pintalabios rojo (que me favorecía...).
Me apresuré para llegar con tiempo a casa de Clau porque sabía que iba a estar un rato admirando mi look, y hablando súper emocionada.
Llegué y como ya dije nada más abrir la puerta pegó un grito, me abrazó y empezó a dar saltos. Estuvo un rato hablando: que si estaba guapísima, que los iba a dejar a todos boquiabiertos, que si David iba a caer rendido a mis pies... En resumen estaba un poco loca.
Nada más llegar me di cuenta de mi equivocación, Clau tenía razón. Entré por las puertas y recibí un coro de silbidos, las chicas me miraban y cuchicheaban, los chicos estaban dándose codazos los unos a los otros...
Andé por el pasillo hasta llegar a mi taquilla, saqué los libros que necesitaba y metí mi desayuno. Al cerrar la puerta Lucas estaba apoyado en la de al lado con una mirada insinuante. Cuando fue a abrir la boca para hablar lo frené, y le dije que todo había terminado (que por cierto me recordó al tema TODO TERMINÓ de Abraham Mateo).
No había visto a Silvia aún, ni a David. Entré en clase y David estaba sentado en su pupitre, el de al lado estaba libre. ¡Hola!-dije- ¿puedo hacerte compañía? David levantó la cabeza y se quedó mirándome, le hablé dos o tres veces pero no respondía.
Pedro entró en clase y me vio delante de David hablándole e intentando que reaccionara, como no lo hacía Pedro le pegó un empujón y si, consiguió despertar de no se donde.
Anonadado me pidió que le repitiera la pregunta y su dudarlo me dijo que si podía sentarme a su lado.
Tenía que agradecerle lo que hizo. Me abrió los ojos.