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Liam se siente inseguro para acercarse al moreno, y por más que le ordena a su cuerpo, sus pies no se mueven del pavimento, como si se hubiesen adherido a éste. Para su suerte, Zayn lo observa a metros de distancia, esboza una sonrisa exclusivamente para él y su corazón pareció dar un brinco sorprendiéndole, exagera tal vez, pero ese ser humano que considera perfecto le provoca sensaciones e intenciones que había olvidado desde el final de la adolescencia. En realidad se encuentra fantaseando con el moreno aún así le es ridículo recrear mentalmente situaciones que probablemente no ocurrirán con Zayn -y que le dan ilusión-, más eso no le quita las ganas de hacer lo posible por al menos mantenerlo como un amigo siquiera, nunca ha sido fan de apresurar las cosas y menos en esta circunstancia, si algo debe pasar, pasará, pero en su tiempo. Aparte no es como si el fuese un experto en relaciones interpersonales, le es difícil socializar y con mayor razón si es con alguien que le altera el organismo completo.

Zayn por su parte, al ver a Liam no puede sentirse más contento y realizado de verlo antes de lo que esperaba y entre las varias conclusiones que surgieron en su cabeza, cree que tiene la esperanza de llamar su atención, pues entre sus repentinos momentos de reflexión y depresión, llegó a pensar que alguien como Liam nunca podría fijarse en él, y refiriéndose a ese "Alguien" como un hombre varonil de muy atractivo aspecto físico, que esos ojos color café que para su punto de vista son únicos se tomen la molestia de observarlo sin una pizca de lastima, sino al contrario con dulzura. Y sí, su autoestima es sorprendentemente baja como para no apreciarse a sí mismo como lo mucho que vale, no se le puede juzgar, su depresión siempre le hace malas jugadas en las que termina en un mar de llanto e imaginando su vida solo, o peor aun, casado con un drogadicto que no hace más que golpearlo, aunque esta vez, una pequeña ilusión que quiere renacer en amor, le está ganando a la depresión. Por eso es que ahora sonríe, sonríe porque Liam existe y entró a su vida.

—¡Liam! —Zayn lo nombra sin olvidar mostrar su mejor sonrisa, la cual es correspondida de la misma manera.

Ambos están sonriendo mientras se miran el uno al otro a los ojos, ninguno se da cuenta del momento en que terminan frente a frente, ocurre un silencio que no es para nada incómodo ni nada largo, simplemente se trata de segundos que se sienten eternos, un momento que puede grabarse en la mente para disfrutarlo cuando se antoje.
Liam disfruta ver a Zayn y Zayn disfruta ver a Liam.
Liam está feliz de que Zayn recuerde su nombre así como recuerda el de él.

El contacto visual se rompe en cuanto un ladrido los saca de la ensoñación.

—¿Cómo estás? —Pregunta Liam, asegurándose de que su lengua no le traicione frente a los nervios que aparecen de pronto, y que bien pasan desapercibidos.

—Estoy bien, muy bien ¿Qué te trae por aquí? No estoy echándote, sólo... Es que no esperaba... No pensé que regresa... Soy un tonto, ¿Tú cómo estás? —Zayn se carcajea de sí mismo ante el revoltijo de palabras que sale de su boca, el castaño sí lo nota y es la razón por la que amplía su sonrisa.

—Yo también estoy bien, anoche Loki se lastimó al parecer, quería curarle su garra y agradecería mucho que me ayudaras, claro si puedes ya que noté que está cerrado y...

Liam no termina la oración, Zayn le interrumpe con la vista en Loki, quien se mantiene increíblemente quieto con las cuatro patas en el suelo.

—Sí... me refiero... a que sí está abierto, llevo a pasear a algunos de los cachorros 3 días a la semana y cierro en lo que regreso pues no está mi hermana para ayudarme, espérame aquí —Liam tan sólo se queda callado dejando que el moreno se explique, no lo cree necesario pero le enternece que lo haga, también se pregunta sí así es con todos sus clientes, pero elimina el pensamiento antes de sentirse celoso. Zayn no espera que Liam pueda responder y desaparece de su vista junto a los perros que paseaba. Por la puerta trasera se asegura que todos entren al establecimiento y les quita sus correas recibiendo un montón de lengüetazos que le roban una risa y un pedacito del corazón, por más que lo desea no puede dejarlos libres por el lugar así que los enjaula nuevamente no sin dejarles una galletita por su buen comportamiento. Con una sonrisa y un suspiro desvanece su atención hacia ellos y abre la puerta de cristal permitiendo el acceso a Liam.

Love dog → ZiamWhere stories live. Discover now