Escape

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WIRT

Nuevamente no pude dormir, mis párpados pesan al igual que cada parte de mi cuerpo, ya se ha vuelto una insana costumbre, realmente no importa, no soy el único ser humano que tiene insomnio, si es que aún puedo considerarme humano. Mis amigos despertaron hace horas, quizá, no es como si contara el tiempo en este lugar.

—Hola, querido —giré la cabeza hacia dónde provenía la voz, sonriendo levemente al encontrarme con el gesto alegre de Bill. Al parecer amaneció de buen humor—, ¿puedo sentarme?

—¿En serio lo preguntas? —solté una risa a mitad de la pregunta, extendiendo un brazo hacia él—, sabes que siempre serás bien recibido.

—Lo sé —se sentó a mi lado y se acurrucó, escondiendo sus manos en sus mangas y recogiendo los pies para quedar completamente hecho una bolita amarilla—, pero estoy aprendiendo lo que es ser educado, coopera.

—Bien, bien —reí, besando su cabeza sin borrar la sonrisa en mis labios.

Casi de inmediato levantó la mirada hacia mí, sus brillantes ojos llenos de ternura derretían cada parte de mi alma, su cercanía enrojecía mi rostro y me hacía reaccionar de formas vergonzosas, cada centímetro que se acercaba aceleraba más mi corazón hasta que explotó en un mar de emociones al unir sus labios con los míos. Por más que lo piense mi conclusión siempre será una, Bill es el demonio más perfecto que pueda llegar a existir.

Hace tiempo indefinido le confesé mis sentimientos, mi mirada era neutra al igual que toda mi expresión, ocultando el miedo que solía ahogarme diariamente. Su rostro enrojeció al instante, comenzando a tartamudear, repitiendo una y otra vez que lamentaba dicho comportamiento y que no estaba acostumbrado a escuchar esas cosas sobre él. <<¿Qué cosas? —dije yo— ¿acaso es tan raro que crea que tus ojos son lo más hermoso del multiverso y que tu sonrisa es lo único que me mantiene con vida en esta tortuosa prisión?>>. Nuevamente volvió a sonrojarse, esta vez al punto de cubrirse la cara y repetir una y otra vez que me callara.

Fue un momento divertido, luego de eso estuvimos hablando sobre el tema, una conversación seria que nunca habíamos tenido. Finalmente Bill llegó a la conclusión de que jamás saldríamos de aquí y que debía seguir con su vida, olvidar a Dipper, abrirse a otras personas, <<Quizá puedas ayudarme con eso, ¿no crees?>>, no me había sentido tan feliz desde hace años.

Así fue como llegamos al lindo momento actual, sus labios contra los míos mientras acaricio su cintura y él acaricia mi rostro, disfrutando cada segundo, conteniéndome para no comérmelo vivo (no literalmente, claro), no haría nada muy subido de tono si Finn estaba despierto. Por suerte todas las veces en que el demonio y yo habíamos intimado el chico dormía.

—¿Sabes? Siempre quise tener un bebé —volví a mirarlo, luego de un rato de estar en silencio—, puede que tuviera la apariencia de ser un demonio psicopata y todo eso pero es algo que he estado pensando desde hace algunos cientos de años.

—¿Un bebé? —alcé una ceja. Bill no me miraba, mantenía la vista en sus manos que se frotaban con nerviosismo—, ¿por qué?

—No lo sé, simplemente quiero sentir lo que es ser padre, probar algo nuevo. Pero ignóralo, es una tontería. —pude sentir cómo se tensaba, como dejaba de sentirse cómodo a mi lado.

<<NO, QUE NO SE ALEJE, ¿QUÉ HACES? OBLÍGALO A QUEDARSE, NO SEAS IDIOTA, HAZ ALGO>>.

—No es una tontería —musité, inseguro, no sabía si lo que había escuchado fue Greg o mi propia mente—, puede que sea muy pronto pero sería lindo tener un bebé.

Locura Pura (Bad End Friends)  Where stories live. Discover now