una historia diferente (jimin) ✓

CAP 3

(Pov Jimin)

No sé ni cómo, ni de donde salió, pero cuando me quise dar cuenta de todo lo que estaba pasando, ya estaba siendo arrastrado por ella a algún lugar que desconocía.

—Suéltame —Ordene. No quería estar cerca de ella, no me gusta su presencia.

—Ok, por mí, bien...pero pienso que debe ser bastante ridículo andar así por la calle hasta llegar a tu casa —Levantó una ceja.

—¿Y dónde se supone que vamos? —Pregunté irritado.

—A la casa de mi padre y mi hermano, está a un par de calles de aquí, allí te puedes duchar y te dejare algo de la ropa de mi hermano, aunque puede que te quede algo ajustada, es un poco más delgado que tú —Comentó pensativa.

No quería ir a su casa, pero era cierto, no podía llegar a mi casa con estas pintas y menos ir hasta allí pasando vergüenza, está bastante lejos. No dije nada más y simplemente la seguí.

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Ella paro de repente en frente de una gran casa que se veía condenadamente cara, no sabía que fuera una chica rica.

—¿Te vas a quedar mucho tiempo ahí parado o vas a entrar? —Preguntó mirándome.

Comencé a andar entrando hacia la gran casa.

Era más grande por dentro de lo que aparentaba ser por fuera, estaba todo muy bien decorado a contraste con los tonos de pintura de la pared.

—Bonita casa, debe ser agradable vivir en una casa así —Dije embobado mirando todo a mi alrededor.

—Yo no vivo aquí —Murmuró con un tono que intentaba ser frío, pero note un deje de enfado en él.

—¿Por qué no? —Pregunte. Estaba demasiado curioso sobre ese tema, aunque puede que no fuera buena idea preguntar eso.

—Creo que no es de tu incumbencia, sígueme —Contesto con tono bajo. Lo sabía, no debí a ver preguntado.

—Lo siento —Me disculpe.

Ella suspiro exasperada y se giró quedando a unos escasos centímetros de mi cara. Me puse nervioso.

—Aquí solo viven mi padre y mi hermano, yo vivo con mi madre y no preguntes nada más sobre ese tema por favor —Dicho esto me arrastro con ella hacia el interior de una habitación enorme, era dos veces más grande que la mía.

—Entra ahí y dúchate, te traeré ropa de mí hermano, la dejare sobre la cama para que puedas cambiarte a gusto, cuando acabes baja al salón —Dijo antes de salir del cuarto.

Me metí en el baño y me duché rápido, estaba incómodo. No era mi casa y eso no me gustaba.

Me vestí y bajé. No la veía por ningún lado, hasta que escuche risas al otro lado de una puerta, me asome y hay estaba ella con un chico que supongo seria su hermano viendo la televisión. Entre y me acerque un poco a ellos.

—Perdón por interrumpir —Murmure incómodo.

—¡¡Oh!! Tu eres Park Jimin ¿cierto? —Pregunto aquel chico de tez más oscura a la de ella.

—Sí —Conteste cortante, no sabía quién era y no me daba confianza.

—Yo soy Bam bam, hermano de ____, también voy al mismo instituto que vosotros —Eso explicaba todo, seguro era otro de los que se reían de mí.

—Ven.

—¿A dónde? —pregunte mientras me tomaba del brazo escaleras arriba, al parecer volvíamos a ese cuarto.

—Siéntate ahí, tienes que secarte el pelo como es debido.

—No es necesario algo como eso, será mejor que me vaya a casa si... —No me dejó terminar.

—Cállate y siéntate ahí he dicho, no te vas de aquí hasta que yo lo diga, ¿Entiendes? —Dijo de forma autoritaria sin mirarme mientras señalaba a un lado de la cama y buscaba algo en un cajón. Me senté sin decir nada más.

—No, en la cama no, en el suelo, no me voy a poner de pie encima de la cama mientras te seco el pelo —Hice caso.

—Enserio, no hacía falta secarme el pelo, es una tontería —Insistí.

—No te estoy pidiendo permiso para hacerlo y me da igual lo que digas. Y ahora dime ¿Es que no tienes sangre en las venas? ¿Por qué dejas que te hagan todo eso y ni siquiera te defiendes? —Volvió a la carga.

Esas preguntas me molestaron demasiado, pero iba a contestarlas. Cuando estaba a punto de abrir la boca, se abrió la puerta dejando ver a dos chicas y un chico a su lado con cara de sorpresa.

—Os he dicho que no estaba sola ¿Veis? ¿Porque nunca me creéis las cosas? —Dijo el hermano de _____ mientras suspiraba.

—Wow, no pensé que hicieras amigos en ese instituto, siempre te estás quejando que son todos unos cabezas huecas —Dijo un chico moreno con una nariz relativamente grande, pero guapo.

—No es mi amigo —Contesto como si nada.

—Ya decía yo... ¿Y qué hace aquí?

—Le estoy secando el pelo ¿Es que no lo ves? —Dijo ella en tono grosero igual que el que usaba conmigo, parece que no soy al único que trata así.

—Jungkook cállate, es muy obvia la situación —Dijo una chica rubia.

Así que él se llama Jungkook.

—Pues yo no le veo lo obvio —Murmuró la pelirroja.

—Eso es porque tú eres medio tonta y no pillas las cosas —Hablo de nuevo la rubia.

—Oye que yo tampoco entiendo la situación —Comentó él.

—Lo mismo que le dije a ella va para ti —Dijo la rubia.

—¡Cállate Rae! —Gritaron los dos a la vez.

—Callaros los tres y presentaros de una vez pesados —Suspiró.

—Oh es cierto ¡Hola! soy Eve, encantada —Sonrió la pelirroja.

—Yo Jungkook.

—Y yo Rae ¿Tu cómo te llamas? —Me miró.

—Park Jimin.

—¡¿No me digas que eres el chico apestado del insti de ____ y Bam bam?! —Preguntaron de un grito los tres.

Me removí en el sitio incomodo, no me gusto como han dicho la pregunta.

—¡Ey, si van a estar de estúpidos mejor váyanse que ahora estoy ocupada! —Gritó ahora ella molesta.

—Vale, vale. no te pongas así ¡Adiós jimin! —Se despidieron los tres de mí al unísono y se fueron.

—¿Por qué me ayudas?

—Mm ¿Por qué estaba aburrida? —Más que una afirmación parecía una pregunta, cosa que me molesto mucho.

—Adiós —Salí de su cuarto sin siquiera mirarla.

Oí como abría la puerta y empezaba a andar detrás de mí.

—Wow, que valiente. A mi si me miras mal y eres capaz de irte enfadado, pero cuando la arpía te tira, te insulta y de todo, simplemente callas y agachas la cabeza como un perrito asustado, eres patético —Escupió.

—¡DEJA DE LLAMARME ASÍ! —Grité alterado.

—Eso solo pasara cuando dejes de ser tan patético como lo eres ahora, aunque visto lo visto, eso no lo veo muy cercano.

No dije nada, me di la vuelta y salí de aquella casa dando un portazo. Como iba a decir nada si tenía razón ¡Mierda!