¿Y si huimos juntos? - MariChat // Segunda temporada de "Ella" //

Capítulo 3

— Mmm... Verdad.

— Entonces... — dijo con una sonrisa malvada. — ¿A qué edad te gustaría perder la virginidad con tu novio?

— Espera, ¿Marinette tiene novio? — preguntó Nino sorprendido. Ayla asintió sin quitar la sonrisa de sus labios. — ¡Yo no me entero de nada! — protestó.

— ¿Marinette, estás bien? — escuchó que preguntaba Adrien. La joven asintió más que ruborizada. Con tan solo escuchar la palabra virginidad, los colores se le subieron. — Ayla, — ella lo miró — creo que te has pasado con esa pregunta.

— Oh, ¡vamos Adrien! — chasqueo los dedos. — Nadie le puso reglas a este juego. — guiño un ojo divertida. — Bien, Marinette. Responde.

— Eh... No lo sé... cuando a él se le apetezca... ha-hacerme suya... — susurró con dificultad.

— ¡Oh...! Al parecer seguirás todas sus órdenes. — se sorprendió ampliando más su sonrisa. — Vaya, Vaya. Parece que tenemos a una sumisa, aquí. — rió. — Bien, continuemos. — prosiguió haciendo girar la tijera.

— Ahora yo le pregunto a Adrien — comentó el de la gorra frotándose las manos. El aludido rió. — Bien, Adrien, ¿verdad o reto? 

— Mm... — lo pensó un momento. Sabia que si elegía verdad, podría preguntarle algo vergonzoso. Pero si elegía reto, lo iba a obligar a hacer algo que nunca haría. Lo sabía. Así era su amigo. —...reto. — respondió al final. De todas formas, en ambos casos perdía. 

— Bien. Amigo, te reto a que... muerdas a Chloé.

— ¡¿Qué?! ¡¿Morderla?! — preguntó exaltado.

— Ajá. — asintió mirando a la morena con la misma sonrisa que ella.

— ¿Para qué quieres que haga eso?

— Eh... no lo sé. — contestó restándole importancia. — Pero en Internet dice que si muerdes a una persona, estás declarando que es tuya.

— Y es mejor si dejas un chupón. — agregó la de anteojos mientras Marinette sólo miraba en silencio.

— Pero ella no es nada mio. — contraataco.

— ¿Y eso qué? Esto es solo diversión. — aclaró sereno. — Ahora ve a dejarle tu marca, amigo. — rió divertido.

El rubio se levantó del asiento y se dirigió al que estaba en el otro costado.

Chloé y Sabrina conversaban sobre que harían durante el verano. Más bien, lo que Sabrina haría por ella. La muchacha de anteojos vió como él se acercaba hacía su pupitre. Adrien le pidió que no le dijera nada haciendo el típico gesto para que guardará silencio. Ella asintió levemente con la cabeza, mirándolo.

— ¡Hey! ¿Me estas escuchando? — protestó la rubia. Luego de un suave "Por supuesto" salido de la boca de la otra muchacha, prosiguió. — Bien. Te decía que luego de eso, tú... ¡Ah! — chillo llamando la atención de todos.

— ¿Qué ocurre muchachos? — intervino la profesora. Esta se sorprendió cuando vio como Adrien Agreste, el chico más educado de su clase, estaba mordiendo suavemente a la hija del Alcalde. El chico se separó rápidamente del cuello de la chica y miro a la autoridad de su clase apenado. — Adrien, ¿qué significó eso?

— Oh, pues...

— Profesora, — intervino Chloé — ¿no sabía que morder a alguien en el cuello significa que estas declarando que esa persona es de tu propiedad? — comentó mirándolo coquetamente al muchacho. — ¡Eso significa que Adrien me esta declarando suya! — exclamó alegré abrazándolo por la cintura desde su lugar.

El ojiverde, tenía intención de separarla de él. Pero no lo hizo para que vea que todo eso era idea de los dos. Sin embargo, no pudo evitar hacer una mueca de rechazo. Un par de risas se escuchaban del otro lado. Ese Nino se las iba a pagar.

— Está bien. — respondió con un suspiro la educadora. — No quiero escuchar otro de esos chillidos en lo que res...

El timbre sonó anunciando el recreo.

—...ta de la clase... — concluyó la frase luego de un suspiro. — Bien, pueden salir al recreo.

...

Las clases pasaron rápido ese día. En alguna que otra tuvieron que hacer pequeños ejercicios de repaso pero de todas formas, no muchos cumplían con la tarea y charlaban entre ellos fingiendo hacerla.

Para uno de los estudiantes de esa clase, el día no fue tan divertido como para los demás. Desde el pequeño desafío que le había hecho su amigo, Chloé había estado pegada a él todo el resto del día. Literalmente.

Al salir del salón, los sentimientos de libertad y tranquilidad lo rodearon. No más Chloé por ese día ni por las vacaciones. Sonrió al ver que Marinette llegaba al lado suyo. La tomó por la cintura y le plantó un suave beso en la comisura de los labios. Marinette abrió los ojos como platos por su atrevimiento. Nunca lo vio venir.

— Vaya, vaya. — habló la morena haciendo que se separaran. — Marinette, no puedo ni pensar en la cara que pondría Chat Noir si viera esto. — mostró la imagen de esa escena en la pantalla de su teléfono. Si, les había sacado una foto.

— Espera, ¿Chat Noir, el segundo gran héroe de Paris,  es el novio de Marinette? — cuestionó el otro moreno.

— Exacto. ¿No lo sabías?

— A penas hoy me enteré de que Marinette tenía novio.  — aclaró con una mueca.

— Oh... cierto, cierto. — dijo recordando.— No puedo creer que no lo hayas sabido. Se le notaba en su carita. — explicó cruzándose de brazos.

— Discúlpame por no prestar tanta atención hacía tu mejor amiga. — ironizó

— Pues, bien. Te perdonó. Deberías prestarle atención la próxima vez.

— Ayla, tengo vida. — exclamó bufando.

— Yo también tengo vida, Ni-no. — contesto separando en sílabas su nombre. — Pero siempre me doy un tiempo para ver como se encuentran mis amigos.

La pequeña pelea de los morenos continuaba haciendo que se olvidasen de los demás. La pareja, que continuaba abrazada, se miraron y se encogieron de hombros al mismo tiempo. Se sonrieron una vez más y, con eso, decidieron dejarlos a sus amigos solos e irse ellos por su lado.

— Si tan solo supieran que tú eres el segundo gran héroe de todo Paris. — comentó Marinette cruzando la calle en dirección a su casa.

— ¡Ja! Si.

— ¿Por qué lo hiciste? — preguntó de repente.

— ¿A caso estuvo mal? — respondió con otra pregunta al mismo tiempo que levantaba una ceja.

— No. — se apresuró a decir. — Es solo que... me ha sorprendido tu actitud.

— Yo también me he sorprendido de que pude hacerlo.