Capítulo 007.

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-T-tus padres...-la voz se despegaba temerosa de la garganta del Beta rubio. Se suponía que el lugar en el que estaba era libre de Alfas que quisiesen aprovecharse, que el lugar estaría limpio de hedores putrefactos provenientes de superiores, y que nadie era más que otro. ¿Pero sin embargo Marx estaba allí? 

-Cállate hombre, ¿aún no lo entiendes? -la mirada del castaño estaba impregnada con molestia. Versec se mordió el labio inferior, sabía que había hecho un comentario erróneo, pero no podía evitar sentirse confundido por el hecho de que el contrario le había animado a hacer esa inconclusa declaración. 

Marx soltó un suspiro. Apartó la mirada y durante un par de segundos se miró los zapatos. Le devolvió la mirada al pobre Beta temeroso y tras tragar saliva, musitó:

-Tu no vas a obtener que te cuente nada de mi familia o sobre mi, no hasta que te conozca bien, Beta de cuarta. No olvides quien lleva la diadema aquí -su lengua rojiza se dejó ver mientras que éste se relamía los labios, tras tomar un poco de aire, continuó. -¿Qué necesitas por acá?, ¿qué mierdas quiere el elfo de tu Alfa? 

-Él n-no es mi Alfa -Versec se sentía levemente valiente, por lo que aún sobándose los brazos y sintiendo el gusto de su propia sangre entre sus papilas gustativas, a causa de la presión de su ortodoncia, se puso de pie-, es mi jefe. Y realmente te debes pasar por el culo lo que él quiera -su ceño apenas fruncido hizo que el contrario soltara una risa burlona.

Era común que los Alfas se riesen de sus empleados Betas u Omegas, era lo más normal del mundo. Por eso mismo, Niall no sintió nada más que la caracterizada impotencia. Con la mirada color canela penetrando su ser, Marx se aclaró la garganta.

-No deberías de hablarme así, niño -sus ojos ahora recorrían cada parte de su cuerpo, y el rubio no podía hacer nada más que sentirse sucio-, recuerda que soy yo y qué eres tú -presionando su dedo índice contra el pecho del Beta, Marx le empujó unos pasos hacia atrás. -Ahora habla, ¿dónde vas? -su cejas levemente pobladas estaban rectas y su hedor le provocaba picazón en la nariz al contrario.

-A Lolliehs -dijo fuerte y claro, sin dejar de mantener su ceño fruncido. Voy a comprar flores para mi mujer Beta -la mentira fue rápida y su mente no tuvo tiempo para procesar las consecuencias que conllevarían tal falcia.

-¿Tienes mujer? -tras una risa burlona el Alfa se volvió a relamer los labios-, pensé que eras un crío nada más. Es decir...mira ese cabello, esa ropa, ese rostro -las palabras parecían despectivas y a cada particularidad que nombraba, Versec se sentía más inútil-, mira esos dientes. Tu no pasas los 20 años, crío. 

-Mi mujer se llama Tamara Wilson -el nombre era real, por supuesto que sí. 

Tamara Wilson era una Beta de cabellos castaños, ojos encantadores y rasgos mexicanos con la que Niall tuvo una relación a los quince años. Ambos se veían a escondidas o cuando terminaban de realizar sus tareas. Se encontraban en la noche, en un baldío donde nadie pudiese conocer u observar su preciado y secreto amor. Sus labios vírgenes se conocieron por primera vez en la tercera noche, para luego reunirse incontables veces.El noviazgo duró un año, hasta que la muchacha fue secuestrada por la trata de blancas. Niall siempre supo el destino de Tamara.

La iban a usar como una esclava sexual para Alfas que la marcarían una y otra vez, que incluso la embarazarían para robarle a su bebé y venderlo a quien sabe qué otra red de atrocidades. 

-¿Tamara Wilson?, ya veremos si es verdad. Ahora, camina y que sea rápido, que voy a llevarte a la florería para que compres tus flores para tu mujer -Marx puso su pesada mano sobre el hombro del rubio, para luego empujarlo suavemente e incentivarlo a que caminase. 

Mature Argentine Dogo {MAD} | A.U Omegaverse | Larry Stylinson.Where stories live. Discover now