3. Muchas preguntas, pocas respuestas

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Lizzie

Emily camina lentamente hacia mí, la tomo de la mano y la aprieto. No puedo ver la cara del chico, su rostro está cubierto por un pasamontañas y sus manos cubiertas por guantes negros de cuero. Las alarmas dejaron de sonar hace un momento, él las desactivo.

— ¿Qué le hiciste a mi familia? —exclama Emily con furia y miedo a la vez.

Él se acerca completamente, intimidándonos a ambas, se queda quieto observándonos sin ninguna expresión. Observa a Emily y luego a mí de forma analítica, sus ojos no dejan mi rostro, observándome fijamente. Su mirada me intimida pero no desvío mi mirada, debo mantener mi cabeza un poco hacia arriba por la diferencia de alturas.

Tu familia no me interesa, ellos solo duermen una pequeña siesta—sonríe de forma maliciosa—. Es a ella a quien quiero.

Emily se coloca enfrente de mí sosteniendo mi mano fuertemente, me protege. Él me jala, jadeo por su fuerte agarre pero Emily no me suelta.

—Suéltala si no quieres que ahora mismo liquide a tu familia—su tono es con furia contenida.

—No—dice Emily seria.

—Emily—la llamo—. Suelta mi mano.

— ¡No! —jadea. Su rostro se vuelve rojizo.

—Estaré bien—miento.

Me suelto lentamente de su agarre y me posiciono frente a ella cubriendo su cuerpo con el mío.

— ¿Qué quieres de mi? —cuestiono tratando de sonar firme.

—Tienes que venir conmigo—dice serio.

—No tengo idea de quién eres o que quieres de mi, pero no iré contigo a ninguna parte—digo seria.

—Vienes conmigo del modo fácil o del difícil, y créeme que no te gustará la última opción—advierte con molestia.

— ¡¿Quién eres?!—grito exasperada.

—Del modo difícil será—dice.

Mete su manos en su pantalón y saca un arma, sollozo, apunta a la cabeza de Emily que se encuentra congelada detrás de mí.

— ¡Está bien!—grito—. Iré contigo, solo déjalos en paz.

Él sonríe de lado y baja el arma lentamente.

—Vámonos—hace una seña para que lo siga, él va detrás de mí.

Camino lentamente, siento sus pasos detrás de mí. Escucho un fuerte golpe, Emily, volteo hacia atrás y ella se encuentra detrás del chico sosteniendo un jarrón, él se encuentra inclinado sosteniendo su cabeza y maldiciendo en voz baja.

— ¡Corre! —grita Emily.

Corro pero no encuentro ninguna salida, todo está bloqueado, las puertas, las ventanas...

— ¡Liz!—grita Emily desde las escaleras.

...

Subimos las dos rápidamente las escaleras, él se encuentra detrás de nosotras, se recupera rápido. Emily, seguida de mí, entra a su cuarto y cierra con seguro su puerta. Él golpea la puerta suavemente.

—Lizzie, te daré diez segundos para que salgas, sino sales botaré la puerta y esta vez tu amiga no saldrá con vida—advierte con tono tranquilo.

En ese momento analizo, si no hago lo que él dice le hará daño a Emily, a Tristán, a sus padres, y es algo que no puedo permitir, ellos son como mi segunda familia, lo que sea que esté sucediendo ellos no son los culpables aquí, soy yo. Él me busca a mí.

—Espera—grito desde adentro.

— ¿Qué haces Liz? Ni pienses que te irás con ese loco—exclama Emily.

—Tengo que hacerlo Emily, estamos encerradas y solas, él planeo todo muy bien. No permitiré que te haga daño o a tu familia—la abrazo fuertemente—. Te quiero mucho Emily, recuérdalo siempre.

—No te despidas, saldremos de esto—me abraza más fuerte sollozando—. No te vayas.

Poco a poco me suelto de ella, ella no me suelta pero logro que lo haga. Camino hacia la puerta y la abro, él está apoyado con los brazos cruzados en la pared, observándome fijamente. Se endereza y en su mano veo una aguja, camina hacia nosotras y toma a Emily.

— ¡No le hagas nada!—exclamo con miedo.

Él me empuja fuera del cuarto y cierra. Toco fuertemente pero no abre, escucho sonidos golpes y después silencio, él abre y comienzo a golpearlo, me toma de las manos y me quedo quieta. Veo a Emily tirada en la cama inconsciente.

— ¿Qué le hiciste?—digo con furia.

—Solo duerme—dice calmado a la vez que me suelta.

Recuerdo la aguja, tranquilizantes. Camino hacia las escaleras y él tarda unos segundos en seguirme, al llegar a la puerta él la empuja haciéndola caer al suelo.

— ¿A dónde me llevas? —pregunto temerosa. Él solo calla y sigue caminando.

...

Me encuentro en su auto y veo la carretera en total soledad, es normal, son las 3 de la mañana. Me remuevo inquieta en mi asiento.

— ¿Por qué yo?—digo de repente—-. ¿Qué hice?

—Eres hija del hombre equivocado—dice con tono frío y seco sin desviar su mirada de la carretera.

— ¿Mi padre que tiene que ver con esto? —pregunto con miedo, siento las lagrimas bajar por mis mejillas. Él no responde.

— ¿Me matarás? —insisto. Pregunto directamente temiendo a la respuesta.

Desde que entré a este auto en mi mente solo vagaba el pensamiento de morir, yo no quiero morir y menos de esta forma, con miedo y confusa en manos de un extraño. Sigo esperando que esto sea una maldita pesadilla o una broma.

—Si—dice desviando su mirada de la carretera a mí, me quedo congelada.

Detiene el auto en un lugar oscuro y solitario, abre la puerta y sale. Llega hasta mí y toma mi brazo, me hace salir y veo bien el lugar, es un callejón, mi piel se eriza. Él se para frente a mí, cierro los ojos fuertemente y espero unos segundos en los que no sucede nada, así que abro los ojos lentamente encontrándome con los suyos, él lleva su mano hacia el inicio de su máscara y se la quita rápidamente, observo su rostro, al igual que él me observa detenidamente.

Es bastante joven a como lo había imaginado, su cabello largo y brillante cae en su cara al ser aplastado por el pasamontañas, él lo remueve hacia arriba. Saca su arma y me apunta con expresión seria pero pensativa, vuelvo a cerrar mis ojos.

—Hazlo ya—reto.

Su arma se acerca más y puedo sentir el movimiento de sus dedos apunto de apretar el gatillo, suspiro y un sonido me estremece.

—Debe ser una maldita broma—dice molesto, abro mis ojos.

Siento un fuerte golpe en mi cabeza y después solo oscuridad.

ARMA HUMANA (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora