ARMA HUMANA (EDITANDO)

5. Alguien Diferente

Lizzie

Cansada, así me siento. Quiero dormir pero prefiero estar despierta. Él no responde a ninguna de mis preguntas, así que he optado por quedarme callada, no ha sido fácil con las muchas preguntas que tengo pero las he dejado para mí misma. Tal vez con el tiempo —que espero que sea corto— logre entender lo que sucede. De vez en cuando siento su mirada en mí pero trato de ignorarlo.

Un día desaparecida, sin saber nada de mi familia o de Emily, lo cual ha sido una tortura pero tengo la certeza de que no acabará tan pronto como quisiera. Ni siquiera sé cómo llamarle al chico que me tiene cautiva.

—Tengo mucha hambre y sed—susurro desviando mi mirada hacia él.

Él solo me mira de reojo con el ceño fruncido, lleva su mano hacia el bolsillo de su chaqueta negra de cuero y saca su teléfono marcando de forma rápida, lo lleva a su oreja sin dejar de ver la carretera.

—Dos, trae contigo provisiones—dice serio, espera un momento—. Pasaré por ti en media hora.

—No es tan malo como parece—pienso en voz alta.

—Soy peor, nena—dice serio pero calmado. Muerde su labio fuertemente, miro esa acción, él me mira de reojo y rápidamente miro hacia otro lado avergonzada.

Frunzo mi ceño un poco viendo fijamente la ventanilla, ni siquiera veo el paisaje, es solo vidrio, ni siquiera su reflejo.

—Me llamo Lizzie—digo seria.

—Lo sé, pero prefiero llamarte nena—vuelve a verme de reojo.

—Y yo preferiría que me llamaras Lizzie—digo molesta.

Este chico me hace enfurecer, lo detesto. Si no fuera más fuerte que yo y que posee armas, lo golpearía en su atractivo rostro, porque aunque odio admitirlo, es bastante apuesto. Me pregunto como un chico como él terminó siendo esto, un maldito desalmado.

—A mi poco me interesa lo que tu prefieras—dice sin ninguna expresión. Al parecer al igual que yo, también está cansado.

No digo nada, solo me limito a cerrar mis ojos dejándome llevar por el silencio, solo se escucha la respiración de él y la mía.

...

Abro mis ojos lentamente, no estaba totalmente dormida, ya que no puedo dormir aunque lo intente, el sentimiento de frustración y miedo no me dejan en paz.

Él detiene el auto en un edificio que parece un lugar donde se rentan apartamentos. Bastante normal, nada lujoso.

Sale del auto sin decir nada, le pone seguro a las puertas conmigo dentro, rodea el auto y se apoya a un lado de mi puerta con su mirada en el suelo. Yo lo observo desde adentro, miro hacia todos lados y no encuentro a nadie que pueda ayudarme, entonces decido quedarme quieta.

—Al menos podrías haber dejado la ventanilla abierta—digo bajo.

Él no hace nada más que mirar el suelo, cuando de repente una chica con una gorra negra y lentes oscuros se acerca bastante enérgica, con una gran sonrisa sale del edificio acomodando su bolso negro.

Corre hacia al chico y lo abraza.

—Te he extrañado tanto, Ellay—exclama en voz alta abrazando fuertemente al chico que al parecer se llama Ellay.

Ellay, es tan extraño saber su nombre.

Él se queda quieto, como respuesta palmea suavemente su hombro.