ARMA HUMANA (EDITANDO)

6. Un Bar Igual a Problemas

Ellay

Abro mis ojos lentamente y mi vista poco a poco se va aclarando. Muevo mi cabeza hacia los lados, mis huesos hacen un sonido al estirarme.

Me acomodo en el asiento y froto mis ojos con mi puño. Me quedo quieto, algo está mal.

Miro hacia los asientos, están vacíos, no hay nadie, solo completo silencio. Frunzo mi ceño y aprieto fuertemente mis labios, molesto.

—Sirian—susurro con rabia.

Salgo del auto y observo el lugar donde se ha estacionado. Miro el letrero iluminado con luces de colores molestos, Galea's Bar.

Camino hacia ese horrible local, hombres con un molesto olor a alcohol salen. Uno golpea mi hombro.

—Mira por donde caminas, idiota—dice molesto. El olor a alcohol llega a mí, asqueroso.

Lo fulmino con la mirada y me acerco hacia él, él se tensa. Le doy un puñetazo en la barbilla haciéndole caer bruscamente al suelo.

—Escoria—digo observándolo como algo insignificante. Lo agarro de la camisa haciéndole levantarse y lo llevo hacia un lugar oscuro, él trata de alejarse de mi agarre pero con torpeza no lo logra.

—Déjame, maldita sea—exclama. Veo una línea roja bajar por su labio.

Lo suelto y me alejo.

—Tienes suerte que de que hoy este de buen humor—digo alejándome.

...

Busco por todos lados sin resultados, evito la mirada de las mujeres que me observan con lujuria e ignoro sus comentarios o llamados. Tengo que encontrarlas, Sirian puede ser muy poco profesional, no debí confiarle a la chica.

—Hola guapo, ¿Qué hace un chico como tú en este lugar?—dice una chica de escote exagerado.

—Lo que hacen todos—digo sin verla—. Beber y pasarla bien. Si no te molesta, me gustaría estar solo.

La observo de reojo con mis brazos cruzados.

—Que lastima, pensé que podríamos divertirnos—me guiña el ojo.

Saca un papel y me lo pasa a través de la mesa.

—Cuando quieras divertirte, no dudes en llamarme—acaricia mi mano suavemente—. Podríamos divertirnos mucho. Al igual que yo, mis amigas están interesadas en ti—susurra en mi oído.

Tomo el papel y le guiño el ojo, ella sonríe y se aleja meneando sus caderas exageradamente, la observo hasta que desaparece.

Veo distraído hacia las mesas, el lugar está oscuro pero puedo ver a dos chicas sentadas en la barra riendo exageradamente. La chica de ojos azules sonríe y poco a poco gira su cabeza encontrándose con mi mirada furiosa, poco a poco su sonrisa se borra y le susurra algo a Dos ella se gira y me sonríe inocentemente, camino hacia ellas rápidamente.

— ¡Maldición, Dos! Tenías una simple tarea, cuidar a la chica y manejar, no llevártela a un jodido bar a emborracharla—exclamo furioso.

—Lo siento—hace un gesto con las manos en forma de rendición.

—Ni siquiera sabes lo grave de la situación—digo con furia—. ¡Al auto, ahora!

—Demonios, deja de gritarle, ¡Estoy aquí! ¿Qué no vez que no me he escapado?—sale en su defensa la chica de ojos azules.

Me sorprendo, la defiende, sabiendo que Dos al igual que yo somos iguales.

La miro fijamente y ella igual, retándonos con la mirada.