Cap 30

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La novia de mi hijo era demasiado extraña como para que me interesara perder el tiempo rompiéndome la cabeza intentando entenderla, pero lo último que me había dicho me había dejado helado. Ella afirmó que no me contarían nada mientras yo siguiera teniendo la mente cerrada y luego me dejó más que claro que ella creía en la existencia de los ángeles de la muerte...

Aparte de que eso fuera inquietante, lo que más me horrorizó de todo eso es que por los comentarios que mi hijo y sus amigos intercambiaron frente a mí, podía decir sin lugar a dudas de que Drake creía también... Pero no me entraba en la cabeza como es que él creía en todo aquello. La historia es demasiado fantástica como para ser cierta. Por favor, ¿ángeles de la muerte?

Me puse de pie desesperado por encontrarle alguna lógica a todo este asunto. ¿Ángeles de la muerte? Eso no podía ser. ¿Seres invisibles? Menos todavía... Pero Deborah ya no era la única que hablaba de ello como si fuera normal. Mi hijo, su novia y su mejor amigo también aceptaban aquello como verdad y yo me sentía como un idiota porque poco a poco estaba aceptando que cabía la posibilidad...

¡¿La posibilidad de qué?! ¿De qué un mal cuanto de terror para niños fuera real? Por favor. La muerte les pasaba a todos, no era una persona que decidió ponerse de nombre Muerte. Eso es una reverenda estupidez.

Volví a sentarme y prendí el computador. Conecté el disco duro y me encontré con certificados de defunción que no deberían estar allí. ¡Pero si había un certificado que fue firmado por mí de hace dos días! Y ese disco duro se me había perdido hace dos semanas...

¿Cómo demonios habían conseguido este disco duro esos tipos?

Entonces caí en la cuenta de que Drake no me estaba contando algo. Resoplé. Vale, eso era estúpido, Drake no me había contado absolutamente nada. Él se había limitado a escuchar lo que yo tenía que contarle y a hacer uno que otro comentario ocasional sobre mi historia... Y cuando terminé sale su noviecita (que por cierto no me agradó ni un poco) con que no me van a contar nada de lo que saben, dejando claro que es muy importante y que me debería matar de la curiosidad, hasta que yo tenga la mente más abierta a ello.

Así que llegué a la conclusión de que Drake me estaba ocultando algo. No era solo que no me estuviera contando las cosas, sino que había algo aparte de ello que Drake se esforzaba por ocultarme.

-Estás enloqueciendo Robert- me dije sin convicción y enterré el rostro entre las manos. Entonces tuve un escalofrío y caí en la cuenta de que no le había dicho nada acerca del secuestro de su madre.- ¡Oh dios mío!

Eso era. Ya había descubierto lo que sucedía. Cuando había terminado de contar lo que había sucedido Drake me había mirado con rabia por un segundo. Yo atribuí a mi imaginación aquel fugaz destello de sentimiento en sus ojos y me sorprendí de encontrarme con los ojos fríos e inescrutables de mi hijo. Tuve que reprimir otro escalofrío al vislumbrar con una claridad desconcertante el recuerdo. Drake jamás había usado una máscara como esa. Él siempre mostraba lo que sentía o no era capaz de esconderlo y yo siempre había sido capaz de leer en él como si fuera un libro abierto...

Horrorizado me di cuenta por fin de lo acertadas que habían sido mis palabras al decirle que había cambiado. No había notado de lo mucho que lo había hecho. En dos semanas mi hijo se había convertido en un perfecto desconocido para mí.

Pero había una cosa que Drake no había sido capaz de ocultar ni por asomo... Y era eso lo que más me desconcertaba: Drake había observado con tal adoración y amor a esa chica que me había quedado de piedra. ¿Cuándo había sucedido aquello? ¿Cómo es que nos habíamos distanciado tanto que no había sido capaz de darme cuenta de que mi hijo estaba completamente enamorado hasta ese momento en que fue evidente?

Conspiración (Crónicas del Nigromante 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora