Tengo un secreto

Capítulo 23

"¿Podrías repetirme la pregunta?" Lo más estúpido que he dicho en mi vida. Lo hice por qué no supe que responder. Él es el quien pone las reglas, quien se comportaba distante y no quería mantener una relación formal ¿Por qué ahora sale con esto?

Él suelta un suspiro al aire.

—Mira Eva, yo no soy un experto en el amor, no tengo ni la menor idea del cómo funciona. Pero quiero intenta comprenderlo. ¿Por qué detenernos si nada nos impide avanzar? Quizás en el camino podamos enamorarnos, será mucho mejor para nuestra relación ¿No lo crees? Si en este momento sentimos cariño, más adelante podemos crear un lazo más fuerte y no quiero que nos detengamos por pensar en que nuestra relación no es más que apariencia.

Siempre pienso en los demás, nunca pienso en mí, en mis sentimientos, si sufro o soy feliz obedeciendo las órdenes de los demás. Merezco una oportunidad.

—Estoy de acuerdo contigo —sonrió.

Tengo muy poco tiempo para ser feliz y no desperdiciaré ni un segundo, ya habrá mucho tiempo para el dolor.

Todavía con una sonrisa en el rostro llego a casa.

—¡Eva!

Ni siquiera puedo verla con detenimiento cuando la siento abalanzarse sobre mí. Hasta que me suelta puedo verla de frente: una mujer de baja estatura, pelinegra, morena y cuerpo rollizo. Con una gran sonrisa en los labios.

—Te extrañé como no tienes idea, aunque admito que me divertí. España es un país muy bello.

Habla, habla y lo único que hago es asentir.

Repasemos las amistades de Eva. Rita y... ¡Oh cierto! Katia. La hija del doctor de la familia de Argus. Me la imaginaba alta, pero vaya que es pequeña de estatura, creí que se vería muy elegante, reservada o un tanto presumida pero esta chica que está aquí es todo lo contrario.  
Con miedo a fallar tartamudeo su nombre.

—Ka-a...tia

—Si —vuelve a dar brincos de alegría.

Después de tantos abrazos me toma de la mano, ahora ya está seria.

—Estos dos meses recorriendo toda España fueron maravillosos, no obstante, cuando oí que por fin tu compromiso estaba confirmado decidí empacar mis cosas y volver cuanto antes. Como dama de honor tengo que ayudarte a preparar los detalles de tu boda, aademás, sabes bien cuál es el otro motivo por el cuál volví —sonríe con picardía.

«La verdad no»

—Ah, sí. Claro, ya lo sé —sonrió también aunque no tengo ni la menor idea de que pueda ser.

—Estoy cien por ciento decidida a conquistar al guardia de tu futuro esposo. Y esta vez sí quiero tu ayuda. Ya no quiero que pongas tantos peros y digas que él no está a mi nivel ¿de acuerdo? Lucas es el hombre perfecto

Me aguanto las ganas de abrir mi boca de la impresión. Katia está enamorada de Lucas.

—Tengo que irme porque mi padre me espera, quedé comer con él.  Ah pero ya tengo un plan, el cual te lo explicaré más tarde por teléfono —besa mi mejilla y sale de la casa.

Otra amiga que no se da cuenta que no soy la mujer que creen. Nadie se da cuenta de la verdad a menos que sea yo quien lo diga.

 Sigo bloqueada. Primero Demián, dice que me llevará a ver a Eva, después Argus y su declaración, para finalizar la amiga que llegó de viaje.

—Aquí están tus lociones y jabones de olores. Fui a comprarlos esta mañana.

La voz de Rita me despierta del trance.