Em este es un especial de Katia ¿de acuerdo? la siguiente actualizacion que suba será ya de un capítulo sobre Amelia y lo que está ocurriendo. Disfruten este pequeño texto y nos leemos en el siguiente capítulo.
KATIA:
Salgo corriendo a toda prisa. Ahora que Amelia me dio la dirección de Lucas tengo que llegar cuando antes.
Doy varios toques a la puerta pues nadie abre.
—¿Quién es y qué busca? —Se oye una voz débil del otro lado de la puerta.
Es la madre de Lucas, no tengo ni a menor duda. He oído su voz un par de veces en la plaza.
—Soy Katia, hija del doctor Anderson.
La puerta se abre mostrándome a la señora llorando desconsoladamente.
Camino dentro buscándolo. Después de recorrer mi mirada lo veo recostado sobre un sofá. Mi corazón duele al verlo lastimado, con sangre por doquier. Se mira como si estuviese muerto.
—Unos hombres lo golpearon sin compasión. Querían robarme y él estaba conmigo, me defendió pero ellos lo atacaron. Cinco contra uno no es justo —vuelve a llorar con fuerza—. Lo peor es que no puedo llevarlo al hospital porque nos amenazaron con buscarlo y terminarlo de matar. Tampoco puedo levantar una denuncia.
A no tener otra opción pido el teléfono de su casa para marcarle a mi padre.
"Por favor, papá... Necesito que venga con urgencia. Hirieron a un amigo"
—El doctor es un hombre muy ocupado ¿De verdad vendrá? —Sus ojos se iluminaron con esperanza.
—Vendrá. Si es por mí lo hará.
Ella me agradeció hasta el cansancio, por mi parte no me muevo de donde estoy sentada. Temo por Lucas.
Media hora después mi padre llega. Abrimos espacio para que lo revise.
—Si está lastimado tanto que lo dejaron inconsciente pero no perforaron nada. Una costilla rota, por mucho. Si hubiesen sido más duros habría más daños. Por ahora le inyecté un tranquilizante para que duerma, lo necesita. También deben lavarle con mucho cuidado e higiene las heridas para después vendarlas. Dentro de una semana vendré a analizarlo para verificar que todo esté en orden.
La señora asiente, con un apretón de manos agradece.
Ya en la salida mi padre se dirige a mí.
—¿Vienes?
—No. Me quedaré un rato más a ayudar.
.
Tres días desde el ataque contra Lucas. La fiebre ha disminuido, sin embargo todavía está débil que no es consciente de lo que pasa a su alrededor.
Durante estos días he traído sopa, caldo y verduras para que se alimente.
Él no sabe que he estado viniendo ya que si se entera le dirá a su madre que no me deje entrar a su casa.Por otra parte, la situación de Amelia cada vez se pone peor. Las cámaras siguen fuera de la casa del Sr. Demián e incluso personas se han atrevido a lanzar huevos y globos con pintura a la casa.
La he escuchado llorar cuando cree que me voy del almacén.
Dos motivos por los cuales no puede salir: Demián podría encontrarla y hacerle daño aunque esté en prisión y las personas que quieren hacerle daño por la información expuesta.Del príncipe puedo decir que evita el tema, habla de otros asuntos pero parece que nada pasó, mientras que Amelia sufre.
—Yo no quiero abusar... De verdad, tengo que salir a comprar cosas para preparar comida. Pensé que tal vez tú te podrías quedar. Prometo no tardar.
—¡Oh! No se preocupe. Vaya a comprar todo lo que necesite. Yo me quedaré aquí.
Apenada agradece, toma una bolsa y sale.
Aprovecharé para limpiar las heridas de Lucas.
Su madre está agotada, sus ojeras son notorias.
Él duerme como de costumbre, perdido en quién sabe que mundo esté.Vierto el agua sobre el recipiente, tomo un trozo de tela para pasar sobre las heridas. Desabotono su camisa, después quito las vendas.
Debería estar feliz de verlo sin camisa; por una parte lo estoy. Su torso está frente a mí y estoy viendo el torso con el que tanto he soñado. Es perfecto, demasiado. Y por otro lado me entristece lo que le hicieron.
Miro su rostro por segundos, parece sereno.
«Ya que no puedo tenerte me conformo con mirarte a distancia»
..
Una semana. Lucas ya está mejorando, por tal tengo que dejar de visitarlo.
Me hubiese gustado pasar más tiempo pero ya no será posible. No, no debo ponerme triste, al contrario tengo que estar feliz por qué está recuperándose.—¿Por qué ya no vendrás? Lucas ya está volviendo en sí. Estará agradecido por cuidarlo todo este tiempo y por ayudarme a pagar los medicamentos. Conociéndolo, te los pagará a como dé lugar.
—No hace falta. No tiene que pagarme. ¿Puedo pedirle un favor?
—¡Por supuesto! Estoy agradecida por todo lo que hiciste. Se nota que mi hijo te importa.
Sonrío.
«Si usted supiera»
—No le mencione a Lucas que estuve aquí.
Ella me mira confusa, se cruza de brazos.
—Pero tiene que saberlo ¿por qué se lo ocultaría?
—A su hijo no le agrado, si se entera que ayudé con los gastos y que vine todos los días a verlo se sentirá en deuda conmigo. No quiero que lo haga. ¡Por favor! Es lo único que le pido, no le diga nada.
Frunce el ceño y se rasca la cabeza dudando. Un silencio perdura por minutos hasta que ella suspira.
—No estoy de acuerdo, no me parece razonable, pero bien, no le diré nada. Gracias de verdad. Nos salvaste a los dos, a él para que sanara y a mí por apoyarme tanto moral como económicamente. Lucas tiene ahorros pero no sabía dónde los guarda y ya no había tiempo que perder.
Le di un abrazo como despedida. Antes de irme me incliné para quedar cerca del rostro de Lucas; le di un beso en la mejilla.
Traté de ignorar el revoloteo en mi interior. Está sería la última vez que lo vería y debo dejar de sentir cosas por él. No me hace bien
¿A quién puede hacerle bien estar enamorada de alguien que ni te mira la espalda?—Cuide de él.
—Lo haré —Me responde con una sonrisa.
Sin más salgo de su casa.
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Tengo un secreto
ChickLitLas gemelas, Eva y Amelia fueron separadas al nacer. Eva creció en un reino donde vive rodeada de lujos y comodidades. A sus veinticuatro años se encuentra comprometida con el príncipe que heredará el trono. Amelia, en cambio, tuvo una vida complet...