Capitulo 8

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Escuché como reía divertido por el otro lado del teléfono.
—¿Qué es tan gracioso? —le pregunté.
—Tú lo eres —me dijo entre una risa —Juro que nunca en mi vida había conocido a alguien tan, pero tan...
—¿Lindo?
—Tan...
—¿Hermoso?
—Egocéntrico —afirmó.
—¿Lo soy?
—No sabes cuanto.
—Yo no diría eso—dije, me acosté en el sillón poniendo mi brazo libre detrás de mi cabeza— Más bien tengo un muy buen autoestima.
—Y una gran facilidad de palabra.
—Eso es una virtud.
—Ya lo creo, ya lo creo —dijo divertido —¿A qué se debe tu llamada?
—Quería cerciorarme de mi teoría —le dije. Lo escuché comer algo —¿Estás comiendo?
—Si —dijo con la boca llena —Helado.
—¿A esta hora?
—Es rutina —aclaró —Siempre antes de dormir miró alguna película con un pote de helado en la mano, y si la película es de amor, un paquete de pañuelos descartable.
—¿Lloras?
—Y si —dijo y soltó un suspiro —Hay películas que son... muy lindas.
Guardó silencio por varios segundos, y yo también lo hice. Solo escuchaba su leve respiración.
—¿Mañana haces algo?
—No lo se, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes y debo ver a Minseok...
—¿Qué? —pregunté al escuchar su nombre.
—Si, mañana iré a verlo a la tarde, está enfermo, y le prometí que iría a verlo.
—Aja, ahora también eres enfermero.
—No lo soy, pero debo admitir que soy muy bueno cuidando gente.
—¿Y que pasó con el tema del otro día?
—Ya lo olvidé, además de que me pidió perdón.
—Perdonas fácil —le dije.
—No, soy bastante rencoroso, pero cuando su perdón viene de corazón, si lo hago.
Escuché como bostezaba.
—¿Tienes sueño? —pregunté.
—Ahora si —dijo en medio de un bostezo —Bueno Oh, me voy a dormir, te veo el lunes, adiós.
Colgó el teléfono dejándome con la palabra en la boca. Te veo el lunes.
¡Imbéciles! Tendré que darles a esos dos perros de mis amigos sus 400 dólares.
¡Dios!, ¿por qué tienes que ponerme a uno difícil en el camino?, ¿acaso no soy un buen cristiano?. Me puse de pie y caminé hasta mi habitación, me saqué aquel molesto traje y me puse cómodo para dormir. Me acosté en la cama mirando fijamente al techo.
—"¿Playa o montaña?"—pregunté.
—"Depende" —contestó.
—"¿De qué?"
—"¿Esa es otra pregunta?" —preguntó.
—"¿La vas a contar como pregunta?" —le dije. Sonrió.
—"Si" —dijo asintiendo.
—"Eres tramposo."
—"Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigos, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña."
—"¿Por qué?"
—"Van cuatro, señor Oh."
—"Lo sé, lo sé, pero prefiero saber."
—"Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor."
Sonreí levemente al recordar su interesante respuesta. Cerré los ojos e intenté dormir.

Me desperté por un terrible sonido que vibraba y sonaba al lado de mi oreja, gruñí frustrado y giré sobre el colchón para tomarlo. Lo acerqué a mi oído.
—¿Hola? —dije con voz rasposa ya que recién me despertaba.
—Suripanta, ¿estabas durmiendo? —me preguntó él.
—¿Y tú que crees Jongin?
—Lo siento, lo siento —se disculpó —No pensé que estarías dormido a estas horas.
—¿Qué hora es? —le pregunté, mientras me sentaba en la cama.
—Son las 12 —dijo.
—¿Las 12?.
—Si, si, y no digas que eso es temprano, porque no lo es. Mueve tu maldito trasero y ven a abrirnos la puerta, que el maldito café me esta quemando las manos —me dijo Chanyeol.
—¡Ya voy! —me quejé y colgué el teléfono.
Me puse de pie y salí de la habitación, caminé por el pasillo y llegué a la puerta. La abrí y ellos dos estaban allí parados, giré y volví a caminar hasta la habitación, me volví a tirar en la cama.
—¡Oye!, ¿dónde están las tazas? —me preguntó desde la cocina el alto.
—¡Por ahí! —le respondí cerrando de nuevo mis ojos.
Escuché como la puerta se volvió a abrir, de seguro esa era Rose, ella me cuida desde que tengo memoria, y es la que se encarga de mantener limpio mi departamento los fines de semana.
—Buen día muchachos —escuché su dulce voz.
—Hola Rose, ¿cómo estás? —le preguntó Jongin.
—Bien, pequeño —le contestó ella —¿Quieren que les prepare el desayuno?
—Si, por favor —imploró Chanyeol.
—¿Dónde está Sehun? —escuché que preguntaba por mi.
—Nos abrió la puerta y volvió a acostarse —me acusó el afro.
—¡Oh! ¡Levántate ahora mismo! —me llamó por mi apellido, y solo lo hacía cuando elevaba la voz conmigo, sino siempre era su pequeño Sehun.
Sin abrir los ojos me puse de pie y bostezando salí de la habitación, un olor a medialunas recién hechas entró por mi nariz, me acerque hasta Rose y la abrace por la espalda.
—Buen día, Rose —le dije y besé su cabeza.
—Buenas tardes diría yo —me reprochó, mientras yo saludaba con un apretón de manos a mis amigos, y me sentaba en la mesada frente a ella.
—No es tan tarde —dije mirando el reloj, que apenas marcaba las 12:20 del medio día.
Ayer me había costado dormir, más de lo que deseaba pensando en... Luhan. Tomé una de las medialunas que habían traído y le di un mordisco. Ella me miró.
—¿Te has lavado la cara? —me preguntó. Negué con la cabeza —¡Ni siquiera has entrado al baño Oh Sehun! Ahora mismo, ve...!
—Bueno —dije con la boca llena y me puse de pie para ir al baño. Escuché como esos dos se reían por lo bajo —Ustedes, vengan.
Miraron a Rose y luego me miraron a mí, caminé y me siguieron. Entré al baño y ellos dos se apoyaron en la puerta, mientras veían como me lavaba la cara y los dientes.
—¿Cómo te fue ayer? —me preguntó Chanyeol.
—Igual que siempre —contesté —Solo gente importante y aburrida...
El sonido de su risa, retumbo en mi cabeza.
—¿No había nada interesante, nada... apetecible?
—Ah, si —hablé haciéndome el que recién lo recordaba —Me encontré con Luhan.
—¿Con Luhan? —dijo asombrado Jongin.
—¿Y que pasó? —dijo Park.
—Nada, solo hablamos un poco... Es un chico muy inteligente, a comparación con todos aquellos hombres de la Universidad, él si tiene temas del cual hablar.
Salí del baño y me dirigí a mi habitación, ellos entraron detrás de mí, rebusque en mi billetera y me giré a verlos. Estiré mi mano y les entregué dinero, ambos fruncieron el ceño, y Chanyeol lo tomó con cuidado.
—¿Qué es esto? —me preguntó.
—Dinero —le dije.
—No me digas, pero ¿para qué nos das esto? —preguntó de nuevo él, mientras Jongin tomaba el dinero y lo contaba.
—Aquí hay 1000 dólares —aseguró al instante el afro.
—Repártanlos entre los dos —les dije y miré sus rostros desconcertados —Ahí esta el dinero de algunas cosas que les debía y de...
Dejé de hablar, ya que me costaba admitir aquello.
—Espera un segundo —me detuvo Chanyeol —¿Aquí están los 400 dólares de la apuesta que hicimos por Luhan, verdad?
—Si —dije por lo bajo.
—Pero la apuesta caducaba el lunes —dijo Jongin y me miró —Oh, ya se... Ya sabes de ante mano que no vas a poder con él.
Lo miré exasperado, ellos dos rieron y chocaron sus manos para luego guardar el dinero en sus billeteras.
—¿Qué pasó Sehun? —me habló Chanyeol con una enorme sonrisa —¿El chico es más complicado de lo que creías?
—Es más inteligente de lo creía —le aclaré.
Salimos del cuarto y nos acercamos a Rose que ya tenía todo el desayuno preparado, nos sentamos en la mesada y ella nos puso una taza de café a cada uno.
—¿Quién es Luhan? —preguntó. La miré mientras tomaba café.
—Un chico de la Universidad —le contestó el alto.
—Nada importante —agregué.
—¿Apostaste algo por él? —me dijo mirándome fijo.
—Si —miré a mis amigos, que solo miraban para otro lado —Pero... aposté que él no tenía novio, y si lo tiene.
—Por lo que sea, sabes que no es correcto apostar... vas a volverte un jugador compulsivo —dijo ella.
—Rose, me conoces y sabes que no sería capaz. Es solo algo entre nosotros.
—Si Rose, tranquila... no dejaremos que el pequeño Sehun se vuelva un adicto al juego —la consoló Jongin riendo.
Terminamos de desayunar y me fui a bañar, mientras los chicos se quedaron en la cocina ayudando a Rose. Me di una refrescante ducha y me cambié, rápidamente. Algo cayó al suelo, me agaché a ver y era mi celular. Lo tomé.
—"No lo sé, quizás vaya a trabajar. Tengo que sacar las fotos del mes. Y debo ver a Minseok..."
Hoy Luhan iría a lo de su madre para hacer las fotos del mes...
—"Oye niño, podías ser un muy buen modelo..."
Las palabras de MinJee llegaron a mi cabeza. ¡Oh, ya se! Iré a verla para que me de trabajo allí y de paso podré ver al castaño en su lugar de trabajo.
Salí de la habitación y miré la hora. Ya eran la 1 de la tarde, tenía que darme prisa.
—¿Qué haremos hoy? —me preguntó Jongin.
—No se ustedes, pero yo tengo que ir a un lugar —le dije mientras tomaba las llaves de mi moto.
—¿Nos vas a dejar? —dijo Chanyeol.
—Si, mi amor —dije burlonamente, como si le estuviera hablando a mi novio —Tengo otras cosas que hacer...
—No seas idiota —me amenazó.
—Ya, ya —dije divertido —A la noche los veo, y vamos al bar a jugar un poco...
—Está bien suripanta —me dijo Jongin —Ve a hacer travesuras...
Me acerqué a Rose y besé su cabeza.
—Adiós pequeño, cuídate —me dijo.
—Siempre lo hago —dije y salí de allí.
Busqué mi moto y me subí en ella para ir a aquel lindo lugar, en busca de un poco de diversión. Llegué más rápido de lo que esperaba, me bajé y caminé hasta dentro. La mujer de recepción me miró bien, y quedó sorprendida.
¿Lo ven?, ¿ven lo que causo en cada lugar al que entro?.
—Buenas tardes, ¿en que puedo ayudarte? —me preguntó.
Me quité mis lentes de sol, y la miré con una pequeña sonrisa.
—Necesito ver a la señora MinJee —le dije.
—¿Tienes una cita? —dijo.
—Linda, no necesito citas para ver a MinJee —dije con toda la confianza del mundo —Levanta ese teléfono y dile que soy Sehun, el amigo de su hijo.
Subí al ascensor y marqué el piso 20. Como lo había previsto, MinJee no se había olvidado de mí, y al parecer se había emocionado mucho cuando le dijeron que yo estaba aquí. El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, salí y caminé por el pasillo, hasta llegar al lugar al que el otro día Luhan me había traído. MinJee estaba rodeaba de personas, a las cuales ella daba ordenes y pedía cosas. Se giró a verme.
—Sehun, querido —dijo y se acercó a mí.
—Hola MinJee —le dije y cuando estuvo cerca besé su mano —¿Cómo estás?
—Atareada —me dijo y sonrió —¿Qué te trae por aquí?, Luhan llega dentro de media hora aproximadamente.
—No, no vine para ver a Luhan —mentí más que descaradamente —¿Recuerdas que el otro día me dijiste algo de ser modelo y eso?
—¿No me digas que lo has pensado y vas modelar para mi? —dijo entusiasmada.
—Mmm no, en realidad... yo venía a pedirte que me des algo como... un trabajito como ayudante o lo que sea. Pero creo que ser modelo —dije y fruncí el ceño —No es lo mío.
—Que lastima —dijo en un suspiro —Pero bueno, no importa. Voy a ayudarte, tú me has caído bien, y eso que los amigos o novios de Luhan nunca fueron de mi agrado.
—¿Minseok no lo es? —pregunté.
Ella arrugó la nariz mientras caminaba y me hacía una seña para que la siguiera.
—Para nada —aseguró —Ese niño es demasiado tonto para mi príncipe. Luhan necesita a un hombre inteligente, que le de seguridad, no a un imbécil posesivo y absorbente. Gracias a Dios Lu reaccionó y lo dejó.
—Ya lo creo —susurré por lo bajo.
Llegamos a una pequeña oficina, estaba llena de fotos por todos lados y no pude evitar acercarme a una de ellas. La tomé y la miré, era la foto de un niño de aproximadamente 7 u 8 años, tenía los ojos grandes y pestañas largas, una sonrisa blanca y perfecta. Entonces me di cuenta de que era Luhan.
—¿No es hermoso? —me habló MinJee mirando la foto que yo tenía en mis manos. Giré mi cabeza para mirarla —Siempre tuvo una particular forma de mirar, y de ser. En esa foto tenía apenas 8 años y no sabes el carácter que tenía.
—Aún lo tiene —le aseguré, ella rió por lo bajo.
—Si, Luhan es un chico increíble —dijo orgullosa —Y no lo digo solo por ser su madre, él es decidido y dulce, testarudo y sensible. Delante de mí, siempre pone una especie de escudo o barrera, pero siempre termina dándome lo que le pido. No puedo quejarme de él —suspiró y luego me miró —Pero ya, volvamos al tema importante, ¿qué quieres hacer aquí?
—No se, tú dime —le dije.
—Bueno, puedes ser mi ayudante. Los que tengo son un poco tontos...
—Perfecto —aseguré.
—Tendrás un sueldo y trabajaras solamente los sábados por la tarde. ¿Te parece bien de 2 a 5 de la tarde?
—Me parece estupendo —le dije.
—Entonces, bienvenido a las agencias de modelaje Xiao —dijo y estiró su mano para que yo la tomara. Así lo hice y salimos de allí para acercarnos a donde estaba todo el mundo.
Mi primer encargo fue ir a apurar a las modelos, y eso fue increíble. Creo que no puede haber mejor trabajo que este para alguien como yo. Luego fui enviado a planta baja en busca de unos papeles importantes.
—¿Puedes darme los papeles de MinJee? —le pregunté a la chica de recepción.
—Enseguida —me dijo y me dejó solo mientras iba por ellos.
—¡Buenos días a todos! —escuché una voz y me giré.
Luhan estaba lleno de cosas y caminaba con prisa, al parecer estaba llegando tarde. Vi como desaparecía detrás de uno de los ascensores, y no puedo esperar a ver su rostro, cuando sepa que yo estoy trabajando aquí...
—Aquí tienes —me habló, sacándome de mis pensamientos.
—Muchas gracias, linda —le dije y me fui de allí para ir en busca de un poco de diversión.
Subí al ascensor y no pude evitar sentirme emocionado por llegar al piso 20 y ver la cara de Luhan. Las puertas se abrieron y caminé hacia donde estaban todos.
—¡Ahí lo tienes! —MinJee le dijo a Luhan y él se giró a verme.
Sus ojos se abrieron como platos y pensé que su mandíbula iba a llegar a tocar el suelo. Se acercó a mí y me miró fijo.
—¿Qué haces aquí? —me preguntó nervioso.
—Hola, ¿no?, buenos días cariño, que yo sepa no dormimos juntos anoche —le dije.
—¡Contesta mi pregunta! —exigió. Sonreí levemente.
—Aquí trabajo —dije con suavidad y estiré mi brazo para darle el sobre a su madre.
—¡No estoy para bromas, Sehun!, ¡dime que haces aquí!
—No estoy bromeando, cariño. De verdad trabajo aquí.
Luhan se giró a ver a su madre, ella asintió con la cabeza, y el castaño volvió a mirarme.
—No, tú estas jugando conmigo —dijo riendo nerviosamente —¡MinJee! —la llamó, está se acercó a nosotros.
—¿Qué sucede hijo? —le preguntó.
—Dime que no es verdad —le dijo sin dejar de mirarme.
—¿Qué no es verdad qué? —dijo ella.
—Que él esta trabajando aquí —dijo nervioso.
—Si, si es verdad, Sehun es mi nuevo ayudante.
—¡Esto es increíble! —elevó su voz haciendo que todos se giraran a verlo —¡Me rehúso a trabajar con este individuo en este lugar!
—¿Por qué? —le pregunté.
—¿Qué quieres?, ¿qué es lo que estas buscando? —me preguntó.
—Nada —dije haciéndome el inocente —¿Acaso no puedo buscar un empleo para los fines de semana?
—¡No, no puedes! —me aclaró nervioso. Giró para mirar a su madre —¡No voy a trabajar con él aquí! ¡Quiero que se vaya!
—No, Sehun no se va a ir —le aclaró su madre, sin dejar de mirar al frente, en donde le estaban haciendo unas indicaciones o algo por el estilo.
—¿A no?, ¡entonces me voy yo! —dijo, y se dispuso a irse.
—¡Xiao Luhan! —lo llamó con firmeza. El castaño detuvo su paso y se giró a verla. Su madre lo miró fijo —Soy tu madre y me debes respeto... también soy tu jefa y por eso haces lo que yo quiero, cuando yo quiera.
—¿Puedo solicitar un asenso?, me gustaría ser su jefe —dije, MinJee rió por lo bajo, pero a Luhan no le causó ninguna gracia.
Soltó un enojado suspiró y se acercó de nuevo a donde estaba su madre, yo solo me encargué de observarlo.
—¿Están listas? —preguntó Luhan a las modelos que estaban frente a él, mientras se acomodaba detrás de la cámara.
MinJee se acercó a mí y miró a su hijo, como yo lo hacía. El castaño comenzó a sacar fotos y a dar instrucciones.
—Es tan irritante a veces —me habló su madre. Sonreí levemente —Piensa que todo lo que hago es para perjudicarlo o en su contra.
—Así son todos los hijos —le dije. Ella suspiró.
—Ya lo creo —dijo. Un hombre alto se acercó a nosotros y le pidió a MinJee poder hablar en privado. La madre del castaño asintió y se fue con él.
Volví mi vista a Luhan, él miraba las fotos que acaba de sacar, con cuidado me acerqué.
—Lindas fotos —le dije. Luhan giró la cabeza para mirarme con recelo —¿Estas enojado?
—No para nada, estoy muy feliz, no tengo problemas —dijo con toda la ironía del mundo.
—No tienes porque estar enojado, cariño —le hablé y él volvió su vista al frente —Yo no quiero que estés enojado conmigo, solo vine porque de verdad necesito el trabajo.
Me volvió a mirar con esa mirada asesina y cortante. Luhan no creía ni una sola de las palabras que yo le estaba diciendo.
Al rato, una nerviosa MinJee salió de la pequeña oficina con aquel hombre detrás, Luhan la miró y se acercó a ella.
—¿Qué sucede? —le preguntó, su madre miraba a su alrededor, como buscando una solución a su problema. Me miró a mí y miró a Luhan. Volvió a mirar a su alrededor.
—Mamá, ¿qué pasa? —dijo algo nervioso el castaño.
—Luhan —le dijo a su hijo —Ve a cambiarte y ven para hacer unas fotos con Sehun.
Mis ojos se abrieron bien, al igual que los ojos del chico a mi lado.
—¿Qué?, ¡¿estás loca?! —le preguntó sin poder creerlo.
—Si es así la cosa, creo que no voy a poder negarme —dije sonriendo levemente.
Luhan me miró asesinamente.
—¡No soy uno de tus estúpidos muñecos de plástico! —chilló Luhan.
—Por favor hijo —le dijo desesperada acercándose a él —Los modelos que encargué no han llegado, y si no hacemos ya mismo esa sesión, la marca va a dejarme.
—Pero, ¿acaso no tienes millones de modelos aquí? —dijo nervioso.
—No me sirven, ¡nadie me sirve! —miró a su alrededor decepcionada —¡Por favor Luhan, hazlo por mi!
Vi la desesperación del castaño por decirle a su madre un rotundo no, pero como MinJee me había dicho, él iba a terminar aceptando. Soltó un leve suspiro.
—Está bien —le dijo.
La mujer sonrió emocionada y abrazó con fuerza a su hijo, lo soltó y se acercó a mí.
—¿Lo harás, verdad? —me preguntó.
—Claro que si, jefa —dije divertido.
—Muchas gracias, de verdad —dijo. Se alejó de nosotros para dar las indicaciones. Luhan se giró a verme, estaba algo rojo por el enojo.
—Llegas a propasarte, y te arrepentirás —me susurró. Un montón de gente entró al lugar para comenzar a preparar todo. Me llevaron a una pequeña habitación, en donde me dieron unos cuantos pantalones de jean. Miré la marca, Levi's. De verdad está mujer se maneja con marcas importantes. Me sentaron en una silla y comenzaron a despeinar más mi cabello, lo secaron y quedó como si recién me hubiese levantado, en ese momeno MinJee entró.
—¡Eso es!, así esta perfecto, un look rebelde —dijo y me miró —De verdad muchas gracias, Sehun.
—No es nada —le dije.
—Tienes un tatuaje —dijo asombrada mirando el omóplato izquierdo de mi espalda.
Me giré a verla.
—Si, me lo hice hace bastante —dije.
—Eso aporta más rebeldía al look —dijo divertida.
—No se si me saldrá —admití.
—Será fácil, Luhan sabe sobre esto, cuando era más pequeño lo obligué a hacer un curso de modelaje.
—¿Lo obligaste?
—Si —dijo asintiendo —No quería saber nada sobre aquello, pero como yo sabía que alguna vez lo iba a necesitar, lo hice. Bueno, cuando estés listo, sal.
Se fue dejándome solo, me puse los pantalones y me quedé sin playera. Yo se que cuando el castaño me vea, no va a poder creerlo. Salí y todas las mujeres, incluso algunos hombres del lugar se giraron a verme. MinJee sonrió, y me hizo una seña para que me acercara a ella, vi como comenzaban a cuchichear y a mirarme acosadoramente.
—Vas a provocar que todos mueran de un infarto —me habló mi jefa.
—No es mi intención —dije orgulloso de mi mismo —¿Dónde esta Luhan?
—¡Odio estos malditos pantalones! —entró él quejándose. Traté de no parecer cautivado, pero era casi imposible, él traía un pequeño pantalón de jean, que se ajustaba perfectamente a sus piernas. Su pelo estaba desordenado como el mío, como si recién se hubiese despertado y solo llevaba puesto una remera blanca completamente rasgada que, sin quererlo dejaba expuestos parte de sus pezones. Sus marrones ojos se clavaron en los míos, y dejó de caminar, sacudió su cabeza y miró de nuevo a su madre.
—¿Por qué odias los pantalones hijo? —
—¡Mira como me hace el trasero! —dijo y se giró para mostrárselo.
—Muy bonito, es redondito —le dije. Me miró furioso.
—Sehun tiene razón, Luhan. Tu trasero está bien —le habló MinJee.
—¡Mamá no tengo el tamaño suficiente para ser modelo!
—Eso es mentira —le dije—Tu trasero es el más lindo que he visto aquí, hasta ahora.
—No estaba hablando de mi trasero, Sehun —me dijo serio —¡Miren como me queda esto!
Levantó una de sus piernas y el pantalón quedaba un poco colgando. MinJee mandó a buscar un par de botas militares, los trajeron y el problema fue solucionado.
—No vas a encontrar alguna excusa para no hacerlo, hijo mío —le aclaró. Luhan le sacó la lengua cuando está no la estaba viendo —Ahora vayan allí —nos dijo. Caminamos hasta el centro del lugar. Las luces blancas nos iluminaban —Ahora, se acercan.
Luhan miró fijo a su madre, y luego giró hacia mí.
—Juro que vas a arrepentirte de esto, Oh Sehun —me amenazó.

Peligrosa Obsesión [HunHan]Where stories live. Discover now