Capítulo 3- Cena con el Enemigo* [Editado]

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Capítulo 3- Cena con el enemigo. Parte I

—Hermione, tranquila todo estará bien.

—Escucha a Harry, Herms, al parecer es la razón ahora aquí.

—Ron, cierra la boca no estás siendo de mucha ayuda —éste bufó y se cruzó de brazos mirando a la nada como un niño malcriado y berrinchudo —Escucha, Hermione, sólo es Malfoy. Puedes con él, si se pasa de listo, dale con una silla y asunto arreglado.

—Harry, por favor no hagas comentarios del que te puedes arrepentir —bromeó nuevamente Ron mirándose las uñas.

—Malfoy es un soquete, pero —la castaña rodó los ojos. Cuando Harry se ponía en plan de orador era insoportable — puede que estemos muy cerca del ladrón. Es la oportunidad perfecta para saber cómo y cuándo atacará. Sólo suspira y soporta. Es importante.

—Ya lo sé. Pero aún no tenemos pruebas suficientes de que Malfoy esté involucrado. Quizá, nuestra fuente no es tan confiable como creíamos. Él sólo le importa su trabajo y mostrar expedientes impecables al Ministro de Magia —negó con su cabeza, pensando esta vez, tan rápidamente como de costumbre —. No es nuestro hombre.

—Bueno, eso está por verse. No podemos seguir equivocándonos; el departamento de Aurores quiere respuestas inmediatas y si no se las damos, entonces nos quitarán del caso —Ron había hablado con mucha razón mientras engullía un emparedado de pavo de dudosa procedencia —. ¿Qué?

— ¿Quién eres?

~*~

Benditas ideas que se cargaban cada reunión para socavar información. Maldito el día en que decidió que trabajar en cubierto era una buena forma de demostrar cuán preparada estaba para cualquier caso. ¿Por qué siempre tenía que abrir la boca? Se miró por quinta vez en el espejo. El vestido era sutil, cierto, pero mostraba más de lo que le gustaría. Y ese había sido el objetivo de Ginny cuando se lo regaló en su cumpleaños número veintidós, haciéndole prometer que lo usaría para "cazar".

Maldita señora Potter...

Se acomodó la sugerente parte del busto y volvió a mirarse al espejo, aquel peinado simple pero elegante resaltaba sus fieros ojos marrones y el color rojo de sus labios enmarcaba perfectamente su boca. Estaba todo en orden y eso no llegaba a gustarle del todo. ¿Y si le avisaba a su desesperante jefe que estaba indispuesta? ¿Qué sabía él de eso? Aún tenía tiempo.

Miró la hora en el reloj de pared. El muy jodido Malfoy pasaría por ella a las ocho para encontrase con Victorio Von Barden, unos de los Magitectos más importante del Mundo Mágico Londinense, en un costoso restaurante muggle. Sin importar lo mal que se pudo ver en ese instante, amó reír al recordar el rostro desfigurado del rubio al escuchar las indicaciones del asistente del Magitecto.

Absurdo, se había cansado de decir la mañana entera, su platinado jefe. Más absurdo era él que seguía pensando que hacer negocios en un buen restaurant muggle podría manchar su reputación de alguna manera.

Escuchó el timbre sonar una vez, dos veces, tres veces. Rodó los ojos con molestia mientras se dirigía hacia la puerta. Pensando en idioteces, el tiempo de colocar una excusa había terminado. Sabía que era él, no necesitaba un exagerado cartel para saber de quién se trataba.

*

Draco se encontraba apoyado en la pared, un traje costoso cubría por completo lo que él llamaba un cuerpo en verdadera forma, irresistible y apetitoso. Su cabello eventualmente estaba peinado de manera elegante pero ese día había decidido no dejarse dominar. ¿Por qué se veía tan bien? Los genes, se dijo así mismo mientras volvía apretar el sensible timbre de la bruja.

Cielo santo, ¿qué sucede contigo y el maldito timbre? —había escuchado detrás de la puerta antes de ser abierta de par en par.

— ¿Así le dices te quiero a tus amiguitos? —Hermione miró de mala gana —, tranquila; no me comas, gatita —así era como él realmente la veía, como una sabrosa y peligrosa gatita. Sonrió de medio lado y metió sus manos al bolsillo, obviando las curvas peligrosas que Granger se traía consigo, ¿en qué momento habían aparecido? Sonrió con falsa inocencia y dijo: —. ¿Nos vamos o nos seguimos comiendo con la mirada?

—Idiota.

Limón y Canela [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora