Capítulo 11- La Sra. Nott [Editado]

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Al parecer era el único que creía que poner a Astoria Nott como sospechosa era una locura. Bien, ella podía ser una perra cuando quería pero no necesariamente una ladrona. Y es por eso que tenía sus brazos cruzados y un rostro serio y enojado.

—No, no estoy de acuerdo. Dije que había una muy buena posibilidad de que fuese mujer, pero no que esa mujer podía ser Astoria Nott.

—Levanten las manos quienes sí creen que podría ser —ni Ron ni Harry se atrevieron a llevarle la contraria así que, como dos cobardes, sus manos se levantaron después que la de ella —. Lo siento, Blaise, pero somos mayoría.

—¡Estos dos idiotas, hacen todo lo que tú digas porque dicen que tienes un carácter de los diez mil demonios si no están de acuerdo contigo! —Hermione los miró y estos bajaron la mirada al suelo.

Estaba ofendida, pero obviaría la situación sólo por ese instante.

—Escucha Blaise, es cierto que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, pero te puedo asegurar que esta vez no estoy equivoca —se colocó de pie y caminó hacia la pizarra, sacó su varita y agregó con una simple floritura el nombre de la sospechosa —. Astoria será investigada quieras o no. Ya no tenemos tiempo para esto.

—Pero...

—Nada de peros, Zabini. Ya he dejado en claro mi última palabra —cerró la boca y soltó un gruñido de descontento. Era increíble como aquella bruja podía cerrarle la boca con tan poco esfuerzo —. Mientras más rápido encontremos información, pronto terminaremos con el caso.

Luego de discutir lo que harían, los cuatro se separaron. Harry y Ginny tenían una importante cita con su Medimago de cabecera esa misma mañana. Ron tenía que ir por Lina a la escuela y llevársela a Hermione, la cual estaría en su casa planeando de cerca su próxima estrategia y Blaise, Blaise iría definitivamente a molestar a Malfoy.

Era su actividad favorita. No podían culparlo.

• • •

Se apareció en el edificio del rubio. Era lujoso, moderno y muy concurrido. La mayoría se trataba de grandes Magos y Brujas, de los cuales algunos vivían allí, excepto quizás los más importantes. Como lo era el Trío de Oro. Eso no quería decir que no se lo hubieran ofrecido. Pero suponía que esos tres preferían estar lejos de la ostentosa comodidad que el mismo Ministerio de Magia podía ofrecerles y de los ojos de la prensa. Por su parte creía que eran unos idiotas. ¿Quién no querría un poco de atención en esos días?

Blaise saludó al recepcionista el cual le devolvió el saludo con cortesía. Ni siquiera tenía que preguntarle a dónde se dirigía, la respuesta era obvia; se metió al ascensor mágico y apenas en unos cuantos segundos, estaba ya en el piso de Draco.

Con tranquilidad caminó hacia la puerta, no tenía ninguna prisa, sin embargo, la misma se abrió de repente y lo obligó claramente ocultarse detrás de una columna. Se asomó con cautela, escuchaba las voces, pero no podía entenderle, tampoco podía identificar tan claramente de quién se trataba hasta que esta se giró: Astoria Nott, se dijo así mismo; parecía furiosa, lograba distinguir el temblor de sus manos mientras caminaba con la frente en alto hacia el ascensor. De alguna manera era notable que llevaba el orgullo herido, pero jamás lo demostraría tan abiertamente. Era ante todo una sangre pura y sobre todo una dama. Típico de ella.

Vio segundos después a Draco salir de su departamento, igual o quizá más enojado. Notó la brusquedad del rubio para detenerla. Estaba cabreado, conocía esa faceta.

—Ya te he dicho que no me metas en tus estupideces, Tori. Te lo prohíbo.

—Sólo quería la ayuda de un amigo.

Limón y Canela [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora