Capítulo 8- Muy Cerca.* [Editado]

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Primero, antes que nada, quería agradecerles enormemente el apoyo de todos, por sus votos, por leer, por sus comentarios, por agregarla en sus listas de lecturas. Por todo. L@s adoro y esto me incita a seguir :3 esto no sería nada sin ustedes <3

¡Espero que les guste!

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Labios rojos, vestido negro, piernas largas y níveas. Ojos sensualmente enmarcados con un sutil maquillaje que le atravesaron el alma. Maldita sangresucia. Fue lo único que se atrevió a pensar mientras parecía flotar frente a él. Jamás se había sentido como un sapo de otro pozo; jamás había sentido siquiera lo que sentía estando a su lado.

Estaba mal, Merlín, muy mal. Pero una parte de sí, le importaba un rábano.

No se rozaban aún, aunque sentirla a su lado era como si la estuviera tocando, un verdadero martirio. Sólo una cosa venía a su mente ¿Su piel sería suave? Todo era su maldita culpa. Él no había pensado en otra persona que en ella para ir a esa innecesaria fiesta de aniversario de los Nott. No, Merlín sabía que no se había esforzado por evitar aquello. Había inventado una excusa que milagrosamente había tenido éxito.

¿Era un hombre con suerte o en verdad había gato encerrado en la aparición de Granger en su vida? No, tenía que ser suerte.

—Entonces, ¿nos vamos? — ¿Cuánto tiempo había estado mirándola como un idiota? Al parecer más de lo que él hubiese esperado y mucho menos de lo que realmente hubiera querido. Maldita sangresucia. Se repitió mientras extendía su mano y ella la tomaba con delicadeza. Carajo, masculló mientras los aparecía frente a las rejas de la familia Nott. Sólo sería una noche. Luego de la misma volvería a estar a salvo, lejos de ella —. Tenías razón.

—Sobre qué —indagó guiándola a través de las rejas que se habían abierto para ellos y otros más que se aparecían segundo tras segundo.

—Sobre la señora Nott llamando la atención —murmuró por lo bajo indicando con su mirada hacia la fila de magos y brujas frente a ambos —. ¿Jugadores de Quidditch?

—Podría ser peor.

*

Theo se encontraba en las puertas de su mansión recibiendo a los invitados junto a su bella esposa. Todo parecía ir normal, hasta aburrido hasta que ambos se encontraron con la pareja cara a cara. Sólo en ese momento, el ambiente se sintió más pesado de lo normal.

— Supongo que no le importa hacer el ridículo trayendo a esa —dijo Astoria, apretando involuntariamente el brazo de su esposo que la miró de reojo.

Pero, y aunque no le había agradado la actitud de su mujer, no podía negar que también le sorprendía. Conocía a Draco Malfoy, al menos eso quería creer. Seguramente había un muy buen motivo para haber invitado a Granger allí.

Quizás ni siquiera él tenga uno y sólo la trajo porque así lo sentía. Pensó Nott asintiendo con su cabeza estando de acuerdo consigo mismo. Tenía que admitir que Hermione Granger era una bella bruja, que traía locos a más de uno de sus conocidos sangrepuras. Sin embargo, siempre eran simples comentarios de las que el rubio nunca había participado. Pero allí estaban, la bruja más brillante del mundo mágico y el mago sangre pura más rico de todos los que Theo había invitado a su fiesta de aniversario. Sería un detonante seguro para un artículo de Corazón de Bruja.

Temía que el día de mañana le llegara un ejemplar. No soportaría los gritos de Astoria, de eso estaba más que seguro.

—Bienvenidos —articuló con cuidado él.

Malfoy le sonrió de lado y miró de reojo a una furiosa señora Nott.

—Wow, cuatro años de matrimonio con Astoria, yo también celebraría el milagrito —bromeó estrechando su mano con Theodore.

*

Hermione simplemente no podía dejar de sorprenderse de la ostentosa decoración para el acontecimiento. Ya había venido mentalizada de que se encontraría con algo como eso, pero, vaya su lado más femenino, el alter ego fangirl, le provocaba mariposas en el estómago ante lo que veía. Definitivamente soñaba algún día hacer algo así.

Miró su copa inspeccionando que no tuviese alguna sustancia extraña y bebió de ella segundos después para intentar calmar ese brío de sensaciones. Buscó con la mirada una cabellera rubia y la encontró no muy lejos de ella, hablando con Zabini, quién la miraba, vaya a saber hacer cuánto tiempo. Algo le decía que no había sido casualidad cruzarse con el moreno. Pero intentó disipar toda sospecha y levantó su copa en saludo, él hizo lo mismo, apenas perceptible para ambos.

Malfoy al darse cuenta que su amigo no le estaba prestando atención se giró a lo que muy interesado miraba. Sus miradas se encontraron de nuevo, el mercurio de sus ojos puestos en sus ojos marrones claros de una forma que no pudo reconocer. Y sólo atinó nuevamente a levantar su copa a modo de saludo y se giró para recorrer el lugar antes de que las cosas se mostraran aún más raras de lo normal.

Un escape perfecto.

*

—Demonios, Draquito —el rubio regresó su atención hacia Zabini que parecía estar tentado a soltar unas de sus habituales risotadas para proceder a agregar alguna estupidez —. ¿Desde cuándo? Y sé sincero.

—No sé de qué hablas.

—Ya veo. Bueno, entonces no te importará que vaya ahora mismo a conversar con ella, ¿no? —se había alejado sólo un paso y él lo había detenido con firmeza del codo —. De eso hablo, ¿desde cuándo?

—Eres insoportable.

—Sí, yo también te quiero —le rodeó los hombros con su brazo libre y se acercó a él a modo de confidencia —. Ahora, dime lo que quiero saber.

—Vete a la mierda, Blaise —Interesante, se dijo el moreno sonriendo como el mismísimo gato Cheshire.

—Tu secreto está a salvo conmigo.

*

— ¿Tú qué piensas? —Hermione miró de reojo a Theodore a su lado, admirando la escultura de cerámica —. Es hermosa, ¿cierto?

—Completamente sublime.

—En efecto, siempre supe que eras alguien que apreciaba el arte —esta vez la castaña lo miró y lo observó con interés —. Sé porqué estás aquí —dijo éste bajando su mirada hacia ella —. Quiero que sepas que no estoy involucrado en los hechos delictivos que se han llevado a cabo en los últimos meses —miró esta vez hacia sus invitados.

—Entonces, ¿quién? —éste sonrió apenas y sus ojos quedaron sobre una persona en específico.

—Está más cerca de lo que tú crees. Pero será tú decisión al final, si debe pagar por todo lo que ha hecho o darle una oportunidad para retractarse de lo que ha hecho.

— ¡Granger, vaya qué sorpresa! —Blaise apareció a su lado, le sonrió y se giró hacia Theo, pero él ya no estaba allí —. ¿Sucede algo?

—Creo que lo tengo —el moreno levantó una ceja algo desconcertado. Pero ella sacudió su cabeza quitándole importancia y miró al moreno nuevamente —. ¿Te diviertes?

—Yo siempre me divierto. Ven, necesito mostrarte algo.

Limón y Canela [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora