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Capítulo 4: Diablesas y Diosas

Cuando termino de escribir el fatídico día de hoy, pienso en lo mucho que me han ayudado mis chicas y creo conveniente que las conozcáis, como se merecen. Lo primero os diré que a cada una la conocí por un lugar diferente y a veces, te das cuenta que por muchas diferencias que haya entre vosotras, sois amigas.

La primera y la mayor es Cassandra Green. ¿Qué decir de ella? Si es más buena que el pan. Es poquita cosa, quizá un poco más que Michelle, pero ahí ronda. Es cordial, todo lo parece bien y siempre intenta mantener la calma cuando alguna de nosotras se lanza contra otra. Su melena morena y sus ojos oscuros se llevan de calle a más de uno. En eso, hay que matizar algo: se los lleva de calle y a su cama. ¡Dato importante! Su carácter, como ya he dicho es amable y muy paciente. Aun así, es la deportiva del grupo.

La segunda más grande en el ranquin es Michelle Brooks. Aunque sea de las más viejas es la más pequeña. Con su metro y medio, más o menos, nos lleva a todas por la calle de la locura. Si ella está feliz, todas los estamos. Si ella llora, nosotras vamos y le partimos la cara al culpable. Es así de simple. Rubia y con los ojos marrones, es la viva imagen de la alegría. Su carácter, al igual que el mío, es cariñoso y amable, pero cuando algo la molesta, ¡corre! Es mejor no estar cerca, porque de esa pequeña boca sale de todo menos algo bonito y delicado. Aun así, es la experimentada del grupo.

La tercera en la lista es Mackenzie Patterson. Con casi metro ochenta de altura, nos defiende de cualquier hombre, chico, niño o intento de ser humano posible y por haber. Es la primera que se lanza a la pista para bailar, la que nos saca una sonrisa cuando las lágrimas amenazan con salir. Ahora lleva el pelo corto y de color cereza, pero antes... ya no lo recuerdo. Su carácter es un tanto especial. Es cordial con quién se lo merece y defensora de causas perdidas como yo, pero cuidado como no le caigas bien. Su lista negra es cada vez más larga. Aun sí, es la experta en hombres del grupo.

La cuarta es Anabelle Griffin. Metro setenta de altura es como una leona que defiende a sus cachorros con los garras. Es la más diferente en el aspecto de gustos, el campo y la vida rural le gusta más que comer caliente, pero eso sí, ponle un combinado de estos que se lo bebe. ¡No sabe nada, la niña! Su pelo ha pasado por un proceso de colores últimamente, y ahora, ya no sé si es un intento de arcoíris o simplemente lo hizo así. Su carácter es paciente, tierno y afable porque para aguantarme a mí, se necesita mucho de eso, pero ¡cuidado cuando saque los dientes! Aun así, es la mami del grupo.

La quinta sería yo, Isabella Bennett. Soy como un libro abierto. Casi metro ochenta, rubia y con una pequeña obsesión por lo ordenado. Según Michelle, soy una chica con mala ostia pero un gran corazón. Kenzie me describiría como el alma de la fiesta. Cassandra me diría la loca de los libros (Creedme, tiene razón). Anabelle me miraría y pensaría: "¿Qué haría yo sin ella?". Y finalmente, Catherine, sonreiría y me enseñaría la funda de su IPhone, ¡supercuqui! Yo soy la fanática del grupo.

La última y la más pequeña, pero no por eso menos importante es Catherine Harris. Con su metro sesenta, es la más feliz y la más dulce de nosotras. Castaña y de ojos vivarachos, no tiene ni un gramo de maldad. Solo le falta vivir en el bosque rodeada de animalillos y flores. ¡Como la Bella Durmiente! Creo que aún no la he visto enfadada, pero las mosquitas muertas son las peores luego. ¡Esperemos que no! Enganchada a su IPhone. Aun así, es la Barbie del grupo.

Todas y cada una de ellas es especial a su manera y como no puede ser menos, me soportan a mí. ¡Sólo por eso se merecen un premio! Tenemos un grupo de WhatsApp, que paso de tener un nombre de lo más cutre a ser Diablesas y Diosas, supongo que os imagináis porque que llama así.

¡Hola!

Durante esta semana no creo que pueda subir cada día, semana de exámenes.

¡Qué cruz!

InesitaPayne

Laters, baby