I: Dear Kidnapper

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— ¡No voy a salir! ¡Casi me muero ayer ¿y quieren me calme?! —Exclamaba el ciervo con obvia agitación.

— Vamos Dipper, quizás esa cabeza solo está cansada ~ —Canturreaba la sirena desde su estanque.— Esas astas te aprietan el cerebro...

— Sobrino, sé que hay cosas peligrosas allá afuera, pero tienes que afrontar tus problemas como hombre...

El chico no lo podía creer... después de contarle a su familia todo lo que sucedió, desde que casi lo mata ayer "quién sabe qué cosa", querían que saliera de nuevo con el pretexto de que no podía vivir encerrado ahí en casa, de que su vida está allá afuera como si fuera un agorafílico mas del bosque, y para más colmo de él, recibió -nuevamente- el discurso de la poca hombría que siempre terminaba recibiendo cuando se quejaba de alguna cosa...

"Entre los discursos de Mabel y mi tío me volvería loco...", pensaba.

— Tío Stan, ¿hasta cuándo me dejarás de presionar con ese asunto?

— Hasta que levantes tu trasero de mi hogar y mates esas ideas tuyas. —Lo levantó por un cuerno del lugar en el que estaba sacándolo de la "casa" sólo apoyado en sus patas traseras. A esas alturas era normal ver objetos extraños en el bosque, las criaturas más longevas del lugar solían robar de vez en cuando las aldeas de cierta raza que habitaba en el exterior, convirtiendo sus rucas en una especie de albergue de objetos maltratados.

— Tranquilo Dipper... No pasara nada, ve de nuevo ahí y lee tu libro de... cosas. —Le dijo Mabel con una sonrisa que le entregaba seguridad.

A pesar de esa frase alentadora, se dirigió a 'su lugar' mas desconfiado de lo que quisiera. Pero se quedó pensando en lo que ella dijo, su libro de 'cosas' es un libro que escribió su tío Ford, quien fue el que le enseñó a leer ese extraño idioma impropio de ellos y se marchó hace un largo tiempo atrás para continuar con sus investigaciones; ese libro que sostenía era fruto de una de ellas, estaba lleno de apuntes y descubrimientos, hablaba de muchas cosas que habían en el bosque y los exteriores, pero de unas en particular siempre eran mencionadas... humanos...

Sin percatarse ya había llegado a ese amado sitio de paz, pero con cautela revisó todos los alrededores antes de poder instalarse como siempre lo hacía, y como no había nada fuera de lo usual simplemente se acomodó y comenzó a buscar en el libro el artefacto clavado en el pino del día anterior, aunque no terminó de encontrar nada por el estilo.

— Porque no me lleve esa cosa ayer...

— ¿Qué cosa? ¿Un dardo? —Esa voz lo alertó nuevamente logrando que en una fracción de segundo alzara la vista sólo por reflejo.

Esta vez no lo dudó, estaba comenzando a correr cuando algo lo hizo caer de cara al cesped, miró inmediatamente sus patas traseras que era por donde sentía lo que le impidió mas movimiento, tenía unas esferas con unas cuerdas extrañamente familiares, buscó como quitárselas pero estaban demasiado apretadas, y pues como el mismo ciervo pensaba en esos momentos... "tenía brazos de niña..."

— ¿Porqué corres, Pino? —Dijo la silueta acercándose a él— Pensé que estábamos jugando...

— N-no te a-acer...ques... m... ¡Muerdo muy fuerte! —Gritó aquella estupidez sin sentido.

"Al parecer mi cerebro renuncio y me dejó solo...", se maldijo.

Él llegó a donde estaba el medio animal y se inclinó para estar más o menos a su altura, y pellizcandole las mejillas dijo:

— ¡Eres tan adorable~!

...

...

— ¿Khé? —La mente del castaño estaba en blanco... "¿Dijo que soy adorable?"

— ¿Qué sucede? —Lo miro extrañado, lo cual lo hizo volver a la situación en la que estaba puesto...

— N-no me hagas daño... —Súplica... en ese instante se sentía patético, aunque si iba a morir no perdía nada con intentar, ¿no?.

— ¿Qué? Wow, tranquilo ahí bambi, yo no te voy a hacer daño... —Por algún motivo una sonrisa se formó en el rostro del hombre.— Aún...

El cervatillo ya no entendía nada, su cerebro se marcho dejándolo allí con un... si, un humano... no podía confiar en él, pero por alguna clase de brujería se le vino a la mente el discurso de su tío de "sé un hombre".

— Vamos, ya demostraste que eres una criatura elocuente así que no te muerdas la lengua Pino, no te haré nada, solo te llevare a mi casa y pues... ahí vemos que pasa... —Su sonrisa denotaba malicia.

— No confió en ti, eres un humano, eres peligroso, no me convencerás de que vaya conti...go... —Acababa de percatarse de lo que estaba diciéndole a un humano armado... "¡Cerebro, volviste!" ¿Un poco tarde, no?",  burlaba de sí mismo en sus pensamientos.

— Cada vez me impresionas más Pino, me gustó esa actitud... atrevida... —Hizo un gesto que el joven nunca había visto ni con sus cercanos, pero era como si contuviera algo dentro de sí.

— A-aun así... n-no iré con-contigo —Aún temía por su vida, pero que esperaba, ¿que accediera?.

— ¿Y quién te preguntó si querías? Yo te anuncié que te llevaría, y eso no requiere de tu aprobación —Se acercó a el rostro del menor tanto para que ambas respiraciones se mezclaran y le susurró con tono provocador— Además... te cuento por adelantado, hay muchas cosas interesantes allá...

No podía evitar sonrojarme ante todo eso... ¿Qué estaba pasando?, primero lo acecha, luego lo captura, luego se muestra amable ¿y ahora lo intimida? Eso lo descolocaba totalmente, pero lo que lo terminó de sacarlo de sí fue el que él se levantara bruscamente de donde estaba para apuntarlo arma.

— Lo siento Pino, pero no me dejas alternativa, sé que forcejearas y tratarás de gritar como una niña, así que... —El mismo estruendo del día anterior, ahora el cervatillo entendió que ese provenía del arma, un 'disparo' como los que se oían en temporada de cacería, se sobresaltó dejando salir un pequeño grito de dolor al notar que ese mismo pequeño tubo estaba clavado en uno de sus muslos, un 'dardo' como lo había llamado...

"Será divertido" fue lo último que oyó antes de que todo se fuera a negro.

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Aquí la segunda parte :3

Se viene lo bueno e.e

-K★

Dear Deer  ||BillDip|| #PremiosBillDip 《EDITANDO》Where stories live. Discover now