II: Dear Hunter

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Fue como estar en medio de un cómodo bosque rodeado por un lago lleno de pirañas...

El pequeño cervatillo no tenía noción de lo que había pasado, se sentía mareado, débil, hambriento... Comenzaba a abrir sus ojos con dificultad, no lograba reconocer nada ¿Dónde demonios estaba? Trataba de levantarse pero sus patas se flectaron solas y terminó por caer, alcanzando a notar que tenía amarrado algo a su cuello, tomándose a su vez un tiempo para despertar 'bien' y claro... era tan obvio todo...

— Mi bello durmiente ~ Hasta que al fin despiertas... Sabes, no suelo cometer errores, así que-... nada, pues, l-lo siento...−Ahí estaba su secuestrador con un deje de nervios... ¿pidiéndole disculpas?

"Por lo menos muestra de que no es solo una bestia peligrosa...", pensaba el ciervo.

— T-Tranquilo, no es para tanto, solo libérame y está todo bien, ¿sí? —Le respondió con una inusual calma.

— ¿De que estas hablando, Pino? —Lo miraba como si estuviese loco...

— Pues... ¿No me pides perdón por capturarme?

— ¡¿Qué?! —Comenzó a reír como un desquiciado.— ¡Yo me refería a-... —Su propia risa terminaba atropellando las palabras que ni alcanzaba a pronunciar.

Ahora el castaño sí que estaba confundido, más que las veces anteriores, este 'humano' no paraba de reír, pero claro, como el chico era tan listo y oportuno, se hizo el valiente una vez más...

— ¿D-de que te ríes tanto? ¿Es que acaso n-no me dejaras ir? —Le dijo seriamente a su captor... Éste detuvo su risa para mirarlo sorprendido, se tomaba su tiempo, lo observo un buen rato a los ojos y el ciervo por su parte solo mostraba determinación, no podía flaquear ¿cierto?, pero el cazador solo comenzó a reír aún más fuerte, llegando al punto de caer en el piso sujetándose su estómago con una mano y con la otra en su rostro...

Dipper no se podía sentir más patético... O eso creía...

En un momento el cazador se comenzó a arrastrar con dificultad hasta él y entre desenfrenadas carcajadas le dijo:

— P-Pino... a-ayúdame... ¡Me v-voy a morir! —Decía agónico de risa desde el piso.

— Entonces muérete... —El ciervo se había resignado a esperar que su eufórica risa llegara a su fin.

...

Tras tortuoso varios minutos por fin se relajó el humano, ahora se encontraba de pie donde mismo se había tumbado y le dijo con toda la seriedad del mundo:

— Lo que te iba a decir antes de tu intento de asesinato... —"Exagerado...", pensó.— Era que el dardo que te disparé tenía la dosis para sedar a un oso, y no uno pequeño, por lo que dormiste tres días completos... ¡Te veías tan lindo mientras dormías!

...

— Espera ¡¿Qué?! ¡¿Tres días?! —El pequeño se levantó de una forma brusca, a lo cual -nuevamente- cayó de golpe por mareo sumamente fuerte... Sentía la mirada del cazador sobre su vulnerable ser para luego sentir su mano sobre su frente... Era obvio que ante una acción así no pudo evitar sonrojarse solo de nervios.

— Mm... Te prepararé algo para comer... —Éste se levantó y se marchó en dirección desconocida.

¿Se podría decir que ese fue un gesto amable?, eso quería pensar el menor ante la notoria preocupación que presentó por él.

"Quizás no era tan malo como decía el diario o mi Tío Ford... ¿Será que estamos juzgando mal a los humanos?", no creyó que su familia y sus amigos mentían, pero la opinión de ellos puede ser un tanto errada. Se había terminado por sumir un tiempo en sus inoportunos y frágiles pensares sin darse cuenta que el humano había regresado.

— Come para que te recuperes, Pino. —Le había entregado un cuenco lleno de fruta picada, según el menor lucía delicioso.

— No me llames Pino. —Le respondió recibiendo el objeto de madera.— Me llamo-... Dipper. Dipper Pines, y refiérete a mi como tal...—Le respondió con improvisada firmeza comenzando a comer sin preocuparse del tono de su frase.

— Pines, Pine, Pino, ¿ves que es lo mismo? Además, te queda ese apodo ~ —Acompañado de lo ultimo le había guiñado el único ojo que tenía a la vista -obviando el hecho que el contrario lo traía cubierto por un parche- haciendo del gesto algo confuso y gracioso.

— Ustedes los humanos creen que nos pueden tratar como mascotas y cambiarnos el nombre así sin más ¿no? —Al parecer el "ataque de valor" del pequeño ciervo no terminaba de salir de su sistema.

— Que agresivo Pino, me vas a hacer llorar... Además es de cariño, ya sabes, llevas metido tres dias en mi casa y consiente o no eso cuenta. —Aquel comentario hizo sentir imcomodo al ciervo.— Y yo no me llamo 'humano', mi nombre es Bill Cipher, recuérdalo, ¿sí? —Le revolvió el cabello con un toque suave, el castaño no sabía si era su parecer pero asumía que de verdad no quería hacerle daño, al fin y al cabo ya lo habría hecho.

Terminaba su comida para luego percatarse de su entorno... Se había quedado helado. A su alrededor había muchas cabezas de animales en las paredes, pieles colgando de algunas partes del cuarto... Ahoguó un grito que quería salir de sí al percatarse que donde el mismo había estado durmiendo era una piel completa de oso, tal vez logró ahogar el grito, pero la expresión de pánico que ponía se le notaba a millas.

Bill claro que notó ese detalle y se acercó al pequeño, quién a su vez retrocedió por mero instinto al ver que venía, pero chocó con un sofá logrando que éste lo alcanzara y se arrodilló, tomándole la mejilla y en un tono sereno le dijo:

— No te preocupes, tal vez sea un "humano cazador", pero no te haré nada, prueba suficiente es que te haya tenido indefenso por tres días aquí... ¿no lo crees?, ahora duermete y descansa, mañana será un día... arduo... Hasta mañana, Pino —Al decir eso se marchó, Dipper se encontraba sonrojado una vez más por ese simple gesto que tuvo el contrario.

"Al parecer mi auto discurso sobre los humanos estaba mal, él puede ser muy tierno si quiere..."

— Ja, las cosas que pienso por el cansancio... —No había despertado de su breve letargo precisamente temprano, por lo que terminó por acomodase en el 'oso alfombra' y se dispuso a dormir.

Por otra parte, el rubio se quedó en silencio admirando como el joven cervatillo se quedaba profundamente dormido, se le volvía a acercar con cautela para cubrirlo con una manta, era "tan lindo" según él que acarició su castaño cabello alborotado sin rozar bruscamente sus medianas astas, devolviéndose a la chimenea para avivar el fuego.

— Mañana será un día arduo, ¿no?... —Y a su vez el hombre no pudo evitar soltar una sonrisa lasciva de sus labios.

Dear Deer  ||BillDip|| #PremiosBillDip 《EDITANDO》Where stories live. Discover now