IV: Dear Rapist

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Este capítulo contiene Lemon, si no te gusta bla bla bla, gozalo:

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— Esto es... enserio que... —Nunca en todos los años que el joven ciervo recorrió el bosque se había encontrado algo tan hermoso como lo que veía ahora, conpletamente digno de la palabra mágico.— Bill, ésto es genial...

— No es necesario que lo digas... Si sé que soy genial ~

— Que tonto... —No entendía porqué, pero el castaño sentía que empatizaba con Bill cada día un poco más, sabía que era un tanto bipolar, y a veces le daba miedo, pero hay algo que lo hace sentirse seguro a su lado.

"No lo sé, nunca me había sentido así...", trataba de meditar con cuidado las ideas que se le cruzaban por la mente, pero simplemente se detenía al dejarse llevar por ese agradable ambiente que tenían ahora.

— Esta es tu tarde Pino, siéntate, relájate y hablemos, ¿sí?

"¿Esto... es para mí?", le costaba algo de trabajo al pequeño ciervo procesar esas palabras provenientes de Bill, sin ni una pizca de broma o malicia en ellas.

— Hablar... ¿de qué precisamente?

— Cuéntame de ti, de tu vida... —Se sentó e hizo el gesto para que se acomodara junto a él, aunque era lo menos que podía hacer para restar hostilidad.

— Bueno, que te puedo decir... —El mayor sacaba unas frutas de la canasta a la espera del castaño.— Vivo con mi tío y mi hermana, no suelo hacer mucho realmente, más que leer y caminar por el bosque, y de vez en cuando ser secuestrado por alguno que otro cazador, ja... ja... —Sin querer soltó esa risa desde adentro que calló de inmediato con sus manos.

...

Y así fue como se pasaron horas hablando de la vida del mas joven gracias a la intriga del cazador, había mencionado que extrañaba a su familia a lo cual Bill le prometió que le permitiría verlos uno de estos días si le daba algo a cambio, fue un 'pequeño trato' entre ambos; acabaron por recostarse sobre el césped mirando el cielo ahora nocturno, al menor no le importaba si se hacía aún más tarde, estaba con el imprudente cazador y sabía que lo protegería en caso de alguna situación peligrosa, comprendía ahora que de verdad yo le interesaba su persona, y al fin alguien escuchaba lo que decía, además que le reveló muchas cosas sobre los humanos y no podían ser falacias si venían de la boca de uno mismo, sobre las cosas que usan, sus costumbres, su mundo era hilarante a oídos del ciervo, hasta loco, quería saber más, pero había algo que de verdad quería saber en ese minuto.

— Dejame ver si entendí, tu tío es una gárgola, tu eres un ciervito y tu hermana un pez... ¡Eso tiene tan poco sentido! —Estallando en risotadas el rubio limpiaba una pequeña lágrima que escapaba de su único ojo.

— Si... ¿Y t-tú...? —Volteó la cabeza para mirarlo al ojo ámbar que se posaba sobre sí ahora.

— ¿Yo que?

— ¿Q-Qué hay de tu familia? ¿Cómo son? —Tenía una sensación extraña en su organismo, como una especie de alerta a preguntarle cosas personales, pero la curiosidad le podía ya aue no mencionó nada de su vida personal.

— Eso no le suele importar a la gente... —Volteó su mirada para no verle, al parecer no le gusta recordar a su familia.

— Bill, a mí sí me importa... —El cazador lo miro a los ojos impresionado, casi como si hubiese dicho algo que él esperaba escuchar hace mucho tiempo.

Dear Deer  ||BillDip|| #PremiosBillDip 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora