9.Smile, uncle Dean

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-Vas a tirarla, tío Dean-Dijo entre risas, a lo que continué negando con la cabeza y entrecerrando mis ojos- Ya quité todas las piezas fáciles, no hay forma de que no la tires.

La hice callar nuevamente con una chistosa mueca, acercando mis dedos a las tablitas a punto de desmoronarse de la torre.

Pero mis hombros cayeron cuando mis dedos volvieron a traspasar el objeto, dejándome un terrible sabor de boca en lo que la preocupada mirada de Joelle caía sobre mí.

-¿Cuál quieres que mueva, tío Dean?-Irrumpió ella con una nerviosa sonrisa, probablemente intentando disminuir la repentina tensión a mi alrededor.

Solo levanté la mirada para apuntar aquel palito que quise sacar anteriormente, recibiendo una sonrisita de la morena antes de que se dispusiera a retirarlo de los demás y dejarlo en la cima de la torre.

Aquella mañana las cosas se habían tornado más extrañas para mí.

Por alguna razón, ya no podía agarrar muchos objetos con mis manos.

Era como si...Poco a poco se me estuvieran terminando las opciones.

-Listo-Murmuró Joelle, tratando de sonar animada antes de regresar su mirada a la mía.

Pareció vacilar un par de segundos cuando mis ojos solo se encontraron con los de ella con brevedad, quedándonos en un silencio sepulcral que no era muy normal entre nosotros.

-E-Está bien, tío Dean-Articuló con su suave voz de campanillas- No te preocupes por las piezas, ya las moveré yo...

-No es por el juego-Hablé casi para mí, pero el bajar de sus hombros me demostró que mi tono llegó a sus oídos.

Otra vez, completo y extraño silencio.

-Tío Dean...¿No sabes qué es lo que está pasando?

-¡Claro que no lo sé, Joelle! ¡Desde hace mucho no tengo idea de qué mierda pasa conmigo!

Mis gritos hicieron eco en la habitación, al igual que el sonido de la torre al desplomarse suavemente sobre la mesilla entre nosotros tras levantarme exasperado del sofá. 

Un nudo en la garganta se me formó al percatarme de la magnitud de mi voz, rogando que la pequeña niña no quisiera golpearme diciendo que soy un idiota o que la hubiese hecho llorar. 

Grande fue mi sorpresa de encontrar a la fémina sin lágrimas en su rostro, sino que con una mueca de seriedad mientras me observaba con frivolidad.

-L-Lo siento, JoJo-Balbuceé de inmediato, volviendo a tomar asiento con una exasperada respiración- No quería gritarte...Es solo que...

-Grítame si así te sientes mejor-Me interrumpió autoritariamente, manteniendo sus brazos cruzados- Pero ni pienses que voy a soportar que me sigas tratando como una ilusa, tío Dean.

Esas expresiones en su rostro...Eran justamente las que dibujaban la imagen de mi mejor amigo en mi mente.

Mi mejor amigo...Del cual siempre estuve enamorado y no tuve la oportunidad o el coraje de decírselo.

-Estás cansado, lo entiendo a la perfección-Volvió a hablar la pequeña- Pero no podemos rendirnos, tío Dean. Al menos todavía no.

Su obstinada mueca me hizo sonreír de lado, sintiendo que toda aquella presión en mi pecho se reducía considerablemente.

-Lo siento otra vez, nena-Dije algo avergonzado, rascando mi hombro de paso- Juro que no volveré a hacer eso.

Joelle solo negó con la cabeza, en signo de que estaba bien y me perdonaba.

Ghost of Love ||Ambreigns||Where stories live. Discover now