Final.Goodbye...I guess

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Sentía que era un sueño. Que había encontrado la forma de quedarme dormido y esto no era real. 

Pero sí lo era. Era real.

Roman podía verme. 

Ambos estábamos paralizados, viéndonos a los ojos mediante el espejo retrovisor de la camioneta y tan solo escuchando el sonido de los autos pasar a las afueras de nuestra ubicación. 

Miles de cosas pasaban por mi mente, pero ninguna de ellas era capaz de ser articulada por mi boca inmóvil.

El samoano por su parte tan solo parpadeaba, incontables y rápidas veces que podía visualizar a través del retrovisor de su camioneta. 

De alguna manera pude juntar un poco de valor, abriendo la boca y disponiéndome a sacar un sonido de ella. Al menos algo que no fuera tan estúpido. 

—Roman, escucha yo...

Pero el moreno movió su mano hacia la manija de su puerta y casi saltó del asiento del piloto. 

Bien...Gran inicio, Ambrose. 

A pesar de que pensaba que había salido corriendo hacia cualquier sitio gritando que se había vuelto loco, o llamando a la policía, ocurrió algo totalmente diferente. 

La puerta junto a mí se abrió con brusquedad, y sin dejarme decir absolutamente nada o hacer algo, los brazos de Roman me rodearon con una fuerza que nunca antes había usado. 

—¡Dean! ¡Dean, en serio eres tú! ¡No puedo creerlo!

En cuanto la temblorosa pero aliviada voz del hombre que amaba llegó a mis oídos, no me tomé ni el tiempo de pensar el cómo todo estaba sucediendo, simplemente cerré mis ojos con fuerza y rodeé su espalda con mis brazos. 

Podía abrazarlo, podía verme, podía escucharme también...

Tenía la oportunidad de estar a su lado una vez más. 

Sentía que las lágrimas querían volver a salir, pero una sonrisa se dibujó en mis labios cuando nos separamos lenta y suavemente de los brazos del otro. Él ya había comenzado a llorar aunque sonriera ampliamente. 

—¿En serio...?—murmuré, sabiendo que mi voz no tardaría en romperse con tan solo tener sus manos acariciando mis brazos cubiertos por la chaqueta.—¿En serio puedes verme, Rome?

No fue necesaria respuesta cuando él soltó una respiración, probablemente aguantando un sollozo y conteniendo una sonrisa aún más grande si fuera posible. 

—Por supuesto que puedo, lunático.—dijo, causando que las esquinas de mis ojos comenzaran a arder ante las posibles lágrimas.—Pero ¿cómo es posible? Tú...moriste en ese accidente...

—Sigo muerto.—me encogí ligeramente de hombros, tomando un poco de aire aunque no fuera realmente necesario.—Pero eso no quiere decir que te abandonara, Rome. 

Él solo negó con suavidad, como si el hecho de tenerme frente a sí todavía no fuera creíble a sus ojos. Solo dejé que volviera a abrazarme, correspondiéndole con la misma fuerza esta vez y deleitándome con aquella calidez que tanto tiempo extrañé cerca de mí. 

—Todo este tiempo...—susurró, enviando un cosquilleo por mi piel al tener su cálido aliento tan cerca de mi piel.—¿de verdad estuviste aquí?

Me separé delicadamente, lo suficiente como para encontrar su mirada con la mía. 

—Todo este tiempo...intentaste darme señales y... ¿cómo no pude notarlo?—hizo una pausa, en la que solo dejé que mis ojos se perdieran en los suyos mientras hablaba.—JoJo...Jon...—asentí ante aquello que buscaba respuesta, lo cual pareció ser suficiente para que el ceño de Roman se frunciera un poco.—Todo este tiempo, y yo no...

Ghost of Love ||Ambreigns||Where stories live. Discover now