8. Why are you still here?

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Me mantuve sentado a una orilla de la habitación, moviendo la cabeza al compás de una canción que posiblemente escuché cuando estaba vivo.

Joelle continuaba guardando crayones y lápices de colores en su pequeña mochila, eligiendo también el animal de felpa que tendría la suerte de acompañarla a casa de su mamá.

Roman le informó que Galina quería pasar el día con ella, a lo que Joelle solo asintió, y después de terminar su trozo de pastel de cumpleaños, comenzó a arreglar su mochila sin comentario alguno.

Volví de mi trance de un momento a otro, justo para encontrarme a la pequeña morena poniéndose de puntitas para alcanzar un conejo de peluche del armario.

Me levanté del suelo, acercándome hacia la escena para estirar mi brazo un poco por sobre mi cabeza y alcanzar fácilmente el peluche.

Joelle me sonrió en agradecimiento, dando un simpático trotecito hacia su mochila sobre la cama.

-¿Estás segura que no quieres que te acompañe?-Dije con cierto dejo de amargura por alguna razón.

-Es solo mi mamá, tío Dean-Respondió ella, intentando meter a toda costa el peluche dentro de su mochila- Además, prefiero que te quedes cuidando a mi papi por mí.

La morena sonrió, a lo que solo pude fruncir mis labios junto a un asentimiento.

-¿Por qué tienes esa cara? ¿Te sientes mal?

De inmediato reaccioné ante su preocupación, tratando de pensar a toda prisa en una excusa.

La expresión en la cara de Roman al hablar de Galina en esos instantes me tenía con un mal sabor de boca.

Pero no le diría nada a Joelle.

-Todo está perfectamente, dulzura-Sonreí lo mejor que pude, sintiéndome como un completo mentiroso- Solo...

Suspiré, sintiendo que en mi pecho había un doloroso peso al que me había obligado a ser torturado desde el momento en que perdí la noción de todo y todos los que me rodeaban.

Terminé por recargarme contra uno de los rincones de su cama, apegando mi espalda a la madera y manteniendo mis antebrazos apoyados sobre mis rodillas flectadas cerca de mi pecho.

-Me siento algo solo de vez en cuando...

La pequeña de linda sonrisa se agachó hasta estar frente a mí, mirándome con aquella calidez que siempre la simbolizaba.

-Me tienes a mí, tío Dean.

Levanté un poco la cabeza ante su inocente y cariñoso tono, pero solo sonreí de lado para que las esquinas de mi boca se alzaran, pero me resultó más penoso hasta para mí mismo.

-Lo sé, Joelle-La pequeña sonrió, pero pareció volver a tomarme atención tras el temblor extraño de mis labios- Pero es otra clase de soledad.

Pareció querer que me explicara, pero el sonar del timbre fuera de la habitación nos hizo salir de ese trance respecto a mi limbo.

Me puse de pie de inmediato tras escuchar la puerta abrirse y cerrarse, seguido de unas voces y que Joelle parpadeara perpleja.

-¡JoJo! ¡Tu mamá está aquí!-Exclamó mi mejor amigo, causando que ambos nos mirásemos por alguna razón.

El tono de Roman lo decía todo. No me importaba estar muerto, eso no me prohibía tomar riendas en el asunto.

-Iré por algunas cosas que me faltan-Comentó Joelle- Saldré en un par de minutos.

Solo le di un asentimiento, aprovechando el hecho de que la puerta de su dormitorio estaba a medio abrir para pasar sin problemas.

Sabía que era una simple excusa, y que probablemente aguantaba en su pequeño y frágil corazón el dolor de lo que estaba ocurriendo a sus propias espaldas.

Ghost of Love ||Ambreigns||Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang