-¿Tanto es lo que sientes por mí?-Yo asentí con la cabeza-Joder Amelia, no quiero hacerte daño.
-No lo haces. Yo te quiero, me da igual que tú a mí no.
-¡No seas estupida!-Sus gritos me hicieron sobresaltar.-¡No te mereces algo así! ¡Yo no te puedo querer y no lo entiendes!-Me mordí el labio aguantándome las lágrimas. Me miró arrepentido.-Lo siento Amelia...no tenía que haber dicho...-Me di la vuelta y caminé lo más rápido posible.-Amelia espera.-Lo escuché decir detrás mía. Seguí caminando y cuando menos me lo esperé él me abrazó por detrás. Suspiré rindiéndome en sus brazos.-No quiero hacerte daño...-Susurro en mi oído. Mi piel se erizó.-Pero no puedo dejarte ir de mi vida Amelia.
-No lo hagas entonces...
-Soy un egoísta contigo...
-Es mi decisión estar contigo...
-Yo quiero que estés conmigo...no sé que me has hecho.-Me dió la vuelta y acaricio mi mejilla. Se acercó a besarme.-Es mejor que me vaya antes de hacerte el amor aquí mismo.-Bromeó y me hizo reír.
(...)
Entré a clase como todos los viernes. Ya hace una semana que no veo a Ian en la universidad, cosa que me preocupa mucho. Tampoco he tenido tiempo de hablar con Ben, ya que me encuentro a finales de exámenes. Solo espero que los dos estén bien. El profesor me entregó el examen y me fijé en ello.
Al salir del examen me encontré con Nicole y su amor imposible, nuestro profesor de historia. Me reía al ver como intentaba ligar con el mientras le daba la nota del examen. Me acerqué a ellos.
-Hola profesor.-Saludé cordialmente.
-Hola señorita Ramos. ¿Preparada para el examen?
-Más que lista. Nicole es hora de irnos. Un gusto hablar con usted profesor.
-Igualmente chicas, estudiad para el examen.
-Un día te tiraras encima de él y no estaré aquí para salvarte.-Le dije a Nicole.
-Ese hombre está para comérselo.
-¿Sabes algo de Ian?-Pregunté mientras llegábamos a nuestros coches.
-No...Amelia, deja de preocuparte por los demás y vive tu vida. Te acuestas con un hombre que está más bueno que el pan.
-¡Nicole!-Le regañé al decir aquello en voz alta.
-¿Sabes cuánto me gustaría a mí tirarme a quien ya sabes aunque sea una noche?
-Estás mal, muy mal.-Entre a mi coche y suspire.-Sí sabes algo de él avísame.
-Vale.-Sonrío y entro a su coche.
Llegué a la empresa de papá. Todo estaba igual que siempre. Empleados andando de un lado a otro, teléfonos sonando. Camine hasta la oficina de Ben y entré cuando nadie me vio. Me quité el abrigo y lo puse en el perchero. Me senté en uno de los sofás y me puse a leer un libro. Sentí unas manos en mi hombros que le hicieron erizar la piel. Sabía quién era, la única persona que causaba eso en mi. No me moví y sus manos subieron a mi pelo y comenzaron a hacer una trenza. Después sentí su respiración cerca de mi cuello y dio unos pequeños besos. Giré un poco la cabeza y me encontré con sus perfectos ojos.
-Hola-Me dijo con una sonrisa.
-Hola-Dije dandole un beso en los labios. Dio la vuelta y se puso frente a mi. Me puse de pie para que él se sentará y luego yo sentarme en sus piernas.
Me besó y yo le seguí el beso. Entrelace mis brazos en su cuello y él me llevo hasta el escritorio. Me apretó contra él, le quite la corbata y después desabroche su camisa.
-Mmm...Ben.
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Enamorada del mejor amigo de papá.
Romance¿Qué pasa si tienes dieciocho años y de repente aparece un hombre que te vuelvo loca? No cualquiera, se trataba de Ben Lawyer, el mejor amigo de papá. Ese hombre era amigo de mi padre desde hacía muchos años, desde que yo era pequeña ellos ya eran...