Capítulo 27.

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-¿Tanto es lo que sientes por mí?-Yo asentí con la cabeza-Joder Amelia, no quiero hacerte daño.

-No lo haces. Yo te quiero, me da igual que tú a mí no.

-¡No seas estupida!-Sus gritos me hicieron sobresaltar.-¡No te mereces algo así! ¡Yo no te puedo querer y no lo entiendes!-Me mordí el labio aguantándome las lágrimas. Me miró arrepentido.-Lo siento Amelia...no tenía que haber dicho...-Me di la vuelta y caminé lo más rápido posible.-Amelia espera.-Lo escuché decir detrás mía. Seguí caminando y cuando menos me lo esperé él me abrazó por detrás. Suspiré rindiéndome en sus brazos.-No quiero hacerte daño...-Susurro en mi oído. Mi piel se erizó.-Pero no puedo dejarte ir de mi vida Amelia.

-No lo hagas entonces...

-Soy un egoísta contigo...

-Es mi decisión estar contigo...

-Yo quiero que estés conmigo...no sé que me has hecho.-Me dió la vuelta y acaricio mi mejilla. Se acercó a besarme.-Es mejor que me vaya antes de hacerte el amor aquí mismo.-Bromeó y me hizo reír.

(...)

Entré a clase como todos los viernes. Ya hace una semana que no veo a Ian en la universidad, cosa que me preocupa mucho. Tampoco he tenido tiempo de hablar con Ben, ya que me encuentro a finales de exámenes. Solo espero que los dos estén bien. El profesor me entregó el examen y me fijé en ello.

Al salir del examen me encontré con Nicole y su amor imposible, nuestro profesor de historia. Me reía al ver como intentaba ligar con el mientras le daba la nota del examen. Me acerqué a ellos.

-Hola profesor.-Saludé cordialmente.

-Hola señorita Ramos. ¿Preparada para el examen?

-Más que lista. Nicole es hora de irnos. Un gusto hablar con usted profesor.

-Igualmente chicas, estudiad para el examen.

-Un día te tiraras encima de él y no estaré aquí para salvarte.-Le dije a Nicole.

-Ese hombre está para comérselo.

-¿Sabes algo de Ian?-Pregunté mientras llegábamos a nuestros coches.

-No...Amelia, deja de preocuparte por los demás y vive tu vida. Te acuestas con un hombre que está más bueno que el pan.

-¡Nicole!-Le regañé al decir aquello en voz alta.

-¿Sabes cuánto me gustaría a mí tirarme a quien ya sabes aunque sea una noche?

-Estás mal, muy mal.-Entre a mi coche y suspire.-Sí sabes algo de él avísame.

-Vale.-Sonrío y entro a su coche.

Llegué a la empresa de papá. Todo estaba igual que siempre. Empleados andando de un lado a otro, teléfonos sonando. Camine hasta la oficina de Ben y entré cuando nadie me vio. Me quité el abrigo y lo puse en el perchero. Me senté en uno de los sofás y me puse a leer un libro. Sentí unas manos en mi hombros que le hicieron erizar la piel. Sabía quién era, la única persona que causaba eso en mi. No me moví y sus manos subieron a mi pelo y comenzaron a hacer una trenza. Después sentí su respiración cerca de mi cuello y dio unos pequeños besos. Giré un poco la cabeza y me encontré con sus perfectos ojos.

-Hola-Me dijo con una sonrisa.

-Hola-Dije dandole un beso en los labios. Dio la vuelta y se puso frente a mi. Me puse de pie para que él se sentará y luego yo sentarme en sus piernas.

Me besó y yo le seguí el beso. Entrelace mis brazos en su cuello y él me llevo hasta el escritorio. Me apretó contra él, le quite la corbata y después desabroche su camisa.

-Mmm...Ben.

Enamorada del mejor amigo de papá.Where stories live. Discover now