Sólo Un Mensaje

Tercer Chat

Bill.-Ciph

Hey Pino, linda foto

Gracias

Eres muy apuesto, muy hermoso

Jeh, gracias tú también lo eres...

¡Dios! No me digas esa clase de cosas que me dan ganas de hacerte mío

¿Perdón?

Nada (; mejor dime ¿De dónde eres?

Oregón

Oh, es muy lindo por allá, conozco un par de lugares.

El rubio comenzaba a tener estructurado un plan, una movida para poder obtenerle, especulaba que el muchacho castaño era homosexual lo cual era un punto a su favor, una de las redes más favorables a la hora de poder llegar a alguien era mediante un par de palabras lindas, extravagantes y de admiración, cosa en lo cual era bueno, en la asertividad, labia, coqueteo. La única dificultad y punto no equilibrado en su elabora plan era la lejanía.

Él era ruso.

Polimatía, esa era la definición que sin duda no le avergonzaba llevar, debido a su amplio conocimiento en idiomas, en escritura, en abreviaturas, "don" -por así decirlo- que no había sido ejercido por mero gusto, sino por la necesidad, la terrible necesidad de escapar, de la ley.

Se rumoreaba que era un psicópata y homicida, aunque su facha no lo aparentara, tampoco su modo de comportarse ya que entraba más en la descripción de depravado, perverso.

Y la cereza del pastel era una cierta característica que por supuesto y sin dudas no podía faltar en un hombre que se dedicaba a persuadir jóvenes y señoritas; Era apuesto, cabello rubio de flequillo partido lacio, un rubio lo suficiente claro y natural como para darle un toque extravagante, muy apegado a los genes europeos, tez acaramelada, muy ligeramente bronceada, portaba un parche en el ojo derecho cuya herida seguía siendo de origen desconocido mientras que el otro ojo era de color ámbar miel, totalmente fuera de lo ordinario, era un deleite a la vista, uno que le hacía muchísima justicia a su nacionalidad.

Aquel día Dipper se había dado a la tarea de investigar de su nuevo "amigo" el ruso, adentrándose en su perfil, observando las fotografías que con pulcritud se tomaba el hombre, ¿Su edad? No podía calcularla era tan apuesto que no sabía si rozaba a los treinta o a los veinte, su sonrisa era encantadora, hipnotizante aunque, la seriedad le iba más a él, ayudaba a que su afilada barbilla y sus fuertes facciones se notaran más. Cinco mil, seis mil ¡Incluso siete mil! Reacciones había por fotos, yendo claro algunas suyas que no había podido evitar en filtrar.

—No puedo negarlo, está buenís... —Intentó farfullarle viéndose interrumpido ante el sonido de su celular.

Bill.-Ciph

Oye Pino

Dime

¿Acaso estás viendo mis fotos? Que travieso

Quizá...

Me he emocionado un poco, lo confieso, me encanta saber que lo haces

¿Por?

Porque me agradas Pino, incluso me atrevo a decir que me gustas.

Gracias, tú también eres atractivo para mí.

Una amplia sonrisa que dejaba mostrar con cinismo sus blanquecinos dientes se reflejó en el rostro de Cipher quien iba rumbo a su hogar.

—Mmh —Relamió sus labios sin borrar esa burlona sonrisa. —Este ya está cayendo —Se dijo a sí mismo abriendo esta vez la puerta de su apartamento.