Capítulo 5

176 3 0
                                    

Llego a mí casa es el lugar más seguro del mundo, ellos: mi familia son mi vida entera y a ellos los amo con todo mi corazón, pero constantemente siento que soy un error en sus vidas.

Tengo ese nudo en la garganta que quiere salir, pero aprendí que llorar no soluciona nada, un día vi una imagen que decía que llorar no va revivir a los muertos ni a traer a los ausentes, así pasaba en mi caso, eso no me devolvería lo que perdí, no la ha hecho nunca, y no quiero pasar toda la vida llorando lo que me hace falta, porque he llorado tantas veces que ya ni puedo saber cuántas.

La primera vez que llorar se me dio de manera perfecta, fue en mi pre-adolescencia cuando un niño de mi colegio me dijo "viscostu", quizás sea gracioso, pero para mí fue otra estocada, odie esa palabra.

¿Soy frágil? ¿Ocultar lo que siento, me hace bien o mal?, ese día llore como nunca y mamá conmigo, ella me dijo «en esta vida vas a encontrar gente así, siempre, pero tienes que mantenerte fuerte como lo has hecho hasta ahora», y sinceramente me aterraba, aún lo hace, porque la humanidad tiene un poder de destrucción tan severo, dañando semejantes por doquier.

Esa vez me observe de verdad en el espejo. Hay una diferencia entre verse y observarse, me gusta mi boca y mi nariz pero al llegar a mis ojos me encuentro espantosa, y le reclamó a Dios por hacerme así. Tenía dos años cuando perdí mi ojo derecho y ahora tenía una prótesis, y esta condición la cargaría de por vida, no le había causado daño a nadie y me había pasado esto.

Entro al baño y me asusta verme al espejo, supongo que me da miedo no encontrar algo lindo de mí, no solo mis ojos no me agradan ¿Soy desagradecida? otras personas, y no es que sienta lástima, no pueden ver, oír, no pueden caminar, o no tienen brazos y yo me quejo por todo, en cambio esas personas siguen adelante y yo a veces solo quisiera desaparecer y dejar de ser un problema y carga para quienes me rodean, con mi montón de inseguridades.

-Danna hija ¿estás bien? -Mamá me pregunta.

Ella tiene ese sexto sentido, y descubre cuando estoy triste o feliz.

-Voy mamá. -Contesto ignorando su pregunta.

Ruego que no me abrace, no es que no me gusten sus abrazos, es porque un abrazo de ella es como un conducto a expresar sentimientos, esos de los que quiero deshacerme.

- ¿Danna?

-Sí.

- ¿Te pasa algo?

-No, nada. -Intento esquivar su mirada-. Mamá voy a hacer tareas.

-Ven acá.

Le hago caso renegando.

-Señora.

- ¿Dime que tienes?

-Nada mamá.

-Te conozco, eres parte de mí.

Trago saliva.

-Lo sé mamá, sólo... -esto no es bueno, mi voz se quiebra- ¿crees que soy mala?

-No, hija no conozco a alguien tan gentil como tú ¿por qué dices eso?

-Mamá a veces me siento como una carga para ti, para papá, para Isa, para Josh y para Ryan y para Valentina y para Zac y para Sebastian.

Un momento ¿por qué Sebastian apareció en esta conversación?

-Danna ¿por qué estás diciendo eso? -Me acarició las mejillas.

-Porque es así, la vida de ustedes sería mucho, mucho mejor si yo no existiera.

- ¿Cómo puedes decir eso? -Decía Isabela, mi hermana quien acababa de llegar del trabajo.

-Perdón.

-Escúchame bien Danna, tú eres muy importante en todos los aspectos, así que jamás, jamás, en tu vida vuelvas a decir eso ¿Entiendes? -Me abraza.

Mi hermana me ha dado la fuerza para seguir adelante, ella me anima y cuando creo no poder más ella está conmigo. Es fuerte, valiente, guerrera, luchadora, hermosa, inteligente y decidida, tiene un carácter realmente fuerte, pero es bondadosa, es mi ejemplo a seguir, por todo esto y más es la ¡mejor de las hermanas! Tiene el cabello negro largo, es blanca, ojos color café claros, labios carnosos y rosados.

- ¿Qué pasa? -Pregunta Ryan, mi hermano menor.

La relación con Ryan es diferente, a veces peleamos mucho, pero yo a él lo quiero mucho, con todo mi corazón.

Él es flaco, alto, piel trigueña, labios delgados, ojos café oscuro es un tanto (muy) mal geniado, pero tiene un sentido del humor encantador, realmente hace reír hasta más nos poder.

-Nada.

-No llores, no seas tan idiota. --Dice mientras me pega-. O quieres que te pegue para llorar por algo.

-Tan tonto.

Ellos tres son personas muy importantes en mi vida, bueno claro que falta mi hermano mayor y mi papá.

Mi papá hace todo lo posible por darnos todo. Él es alto, gordo, canoso y fuerte. Él es un ejemplo de vida. Hablare un poco de su historia. Para mi décimo cumpleaños papá tuvo que ir al hospital porque a él le salían como unas bolitas de sangre en el pie izquierdo y una se le reventó, esa noche fue algo confusa, cuando él llegó nos dijo que habían hecho una prueba en oncología después de haberle quitado esas bolitas.

Y llegó el día de recoger los exámenes, esto lo hizo Isa, quien sabía un poco del tema al haber estudiado para ser auxiliar de enfermería

«Sarcoma de Kaposi» El sarcoma de Kaposi es una enfermedad por la que se forman tumores malignos (cancerosos) en la piel, las membranas mucosas, los ganglios linfáticos y otros órganos. En el caso de mi padre cáncer en la piel.

Y que puedo decir, días realmente oscuros. Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer.

Mi hermana llegó y nos explicó todo de principio a fin: que era cáncer, pero ella no tenia el valor de contarle a papá que eran células cancerígenas. Lloramos todos antes de que él llegara, fue un golpe más, 10 años y ya dos episodios relacionados con cáncer, fue horrible y mi corazón recibió uno de los golpes más fuertes de mi vida. Sentía que papá ya no iba a sobrevivir.

-Hola hija. -Dice papá después de llegar del trabajo-. ¿Fuiste por los exámenes?

-Si papi. -Dijo mi hermana.

- ¿Y qué es?

No imaginó lo que pudo haber sentido mi hermana en esos momentos, tragó saliva y contestó.

-No sé papá.

-Mañana voy a ver qué me dicen, yo creo que no es nada malo, ¿cierto, niña?

Un silencio se armó en la habitación, un nudo en mi garganta y lágrimas en mis ojos.

-Papi hay que esperar. -Respondió ella afligida.

Mi papá fue al otro día a oncología, le explicaron que el cáncer había estado allí desde hace ya cinco años, cuando se le encontraron las dichosas bolitas, pero no lo había atendido a tiempo y les tocaba empezar a someterlo a la tortuosa quimioterapia.

Él llegó muy triste a casa fue como si el mundo comenzará a desmoronarse frente a mis ojos, fue horrible cada día que pasaba las cosas se agravaban, él estaba deprimido y después de un tiempo ya no pudo ir a trabajar, puso una tutela y la empresa donde trabajaba como vigilante asumió su incapacidad, claro le pagaban la mitad de lo que ganaba habitualmente, así que mi hermana asumió los gastos de la casa que no eran pocos, y yo sé que Dios no nos desampara. Verán, para unas fechas el sueldo no alcanzaba no teníamos como hacer un mercado y por suerte Dios estuvo con nosotros y a mi hermana le llego un bono para mercado. Y así pasamos ese proceso.

La quimioterapia empezó, a papá le asustaba pensar que se le caería el cabello, que perdería peso y todo lo que implicaba la quimioterapia, pero no fue así, los médicos se aterraron al ver la fuerza que tenía papá, a él no le paso nada de eso, los médicos lo consideraron realmente fuerte, y aunque él decía que dolía no flaqueaba jamás, considero a mi papá como una de las personas mas fuertes y valientes que he conocido.

En El ParaisoWhere stories live. Discover now