Comenzando de Nuevo (Harry Styles y Tu)

19.8K 148 3
                                    

Eran las 6 de la tarde en Sanglea, Malta. Era el mes de noviembre y el otoño daba entrada al invierno, el aire ya podía sentirse frío y denso, sin embargo en ese trozo de isla, el sol se escondía con un tono naranja intenso capaz de hipnotizar a la espectadora de aquel frío atardecer, que en ese momento se encontraba sobre uno de los muebles en el pequeño cobertizo del jardín trasero de su casa, mientras saboreaba una deliciosa taza de café disfrutando de la tranquilidad y el silencio que sólo esta majestuosa ciudad llena de historia le podría otorgar.
Sin que ella se percatase, un ruloso de ojos verdes como las aceitunas, se encontraba detrás contemplando la llegada de la noche mientras observaba con una dulzura embelesada como el brillo del sol se posaba sobre el rostro de su amiga.

-Hola _______ -Dijo el ojiverde, mientras se tumbaba al lado de la chica, posando su cabeza en el regazo de la misma.

-¡Oh!... Hola, has llegado pronto a casa hoy -dijiste dando un pequeño saltito de la impresión.

-Sí, no hay mucho trabajo en la oficina ahora que ya casi llegan las vacaciones -dijo rápidamente mientras encogía un poco los hombros.

-Mmmm –Contestaste mientras mirabas nuevamente la débil luz del sol que ya casi terminaba de esconderse.

-¿Te encuentras bien? -Preguntó Harry.

-¡Sí! ¿Por qué lo preguntas? –Dijiste mirando nuevamente a tu amigo.

-Pues porque estas en el cobertizo, con una taza de café en las manos, una manta, y sin zapatos de tacón.

Tu esbozaste una gran sonrisa y te quedaste con cara pensativa mirando a tu amigo que se había levantado de tu regazo y se había sentado a tu lado.

-Me conoces muy bien -dijiste, Harry sólo asintió con la cabeza suavemente- y tienes razón, me sucede algo -continuaste ante el silencio de el , la sonrisa iba desapareciendo por el comentario de Harry-. Me sucede que estoy agotada, el trabajo en el bufete aumentó mucho y estoy rendida, quiero un descanso.

-Eso lo explica –contestó Harry- pero tranquila, pronto nos iremos de vacaciones y cargaremos baterías nuevamente -dijo mientras se levantaba de su lugar.

-Por cierto -agregaste llamando la atención de tu amigo-, ve a cambiarte, recuerda que Eleanor y Louis nos invitaron a cenar ¡y no puedes negarte! -Dijiste levantando una ceja de manera aprensiva.

-Esta bien! -contestó Harry, rodando los ojos-, pero ¿quién cocina?

-¿Eso es relevante?

-Bueno, pues si "cocina" Louis terminaremos cenando pizza pero si lo hace Eleanor… -Harry frunció un poco los labios al final.

-Ja ja –fingiste reir -. Ele no lo hace tan mal… además ha estado haciendo un curso de cocina italiana y esta noche cenaremos pasta a la boloñesa, no hay de qué preocuparse señor paranoia. -dijiste rodando los ojos mientras dabas un sorbo a tu cafe.

-¿Señor paranoia? -Dijo Harry fingiendo indignación-. Luego no digas nada cuando estemos en el hospital por una intoxicación severa. Ella es capaz de confundir la sal con el cianuro.

Él salió del cobertizo luego de darte un tierno y cálido beso en la frente,. Subió las escaleras y giró a la derecha entrando en la primera habitación, dejó sus zapatos en la entrada mientras desajustaba su corbata, al mismo tiempo miró por su ventana y vio cómo te adentrabas en tu habitación, "seguramente a cambiarse", pensó. Se dio la vuelta mirando hacia la habitación de baño, desajustando los botones de su camisa blanca sin dejar de pensar cómo 3 años atrás se conocieron en una de las mayores coincidencias de toda su vida…

FlashBack
Se encontraban a 4 de enero en el aeropuerto de Londres, las festividades navideñas se habían terminado y junto con éstas una relación. Un joven ojiverde de unos veinte años de edad, se encontraba tomando su café matutino en el Starbucks del aeropuerto a las 9 de la mañana. Se encontraba un tanto nervioso ya que ese día daría un cambio radical a su vida: se marchaba dejando atrás su mal herido corazón y se disponía a comenzar de nuevo en otro lugar. Pensaba en lo sucedido la noche de año nuevo: una chica llamo su atención entrando al lugar, venía empujando un carrito lleno de maletas, con los ojos irritados y temblando un poco. Se le veía confundida ya que miraba hacia los lados como si estuviera buscando algo sin poder encontrarlo.

Se levantó del café de aquel aeropuerto y se dirigió hacia ella sin saber bien por qué, tal vez era su estado, que la hacía ver vulnerable a sus ojos y encendía en él un deseo de protegerla. Se acercó rápidamente mas ella no le vio hasta que el habló.

-Hola, ¿buscas algo?

-¡¿Ho… hola? No, gra-gracias –dijiste un poco confundida.

-Es que te veo un poco perdida, si deseas puedo ayudarte a buscar la aerolínea por la que viajas…

-Mmmm… la verdad no busco nada en especial aquí, sólo quiero irme a cualquier lugar -dijiste, mientras tus ojos se humedecían por las lágrimas.

-¿Escapando? -Preguntó Harry con un tono de curiosidad.

-No, olvidando -corregiste, girando tu cara hacia el lado contrario donde se encontraba aquel desconocido mientras una lágrima escapaba de tus ojos.

-¿Por qué aerolínea viajas? ¿Y hacia dónde te diriges? –Preguntaste con rapidez.
Él, un poco sobresaltado por tu pregunta, contestó: -Voy a Malta y viajo por British Airlines.

-¡Oh! Pues… ¡yo también! -Exclamaste.

Y sin más te aleaste, dejando ahora confundido al chico de ojos verdes que no terminaba de comprender exactamente a lo que te referías, pero sin intentar conseguir más respuestas tomó su bolsa de mano y se dirigió hacia la puerta de embarque de su vuelo mientras daba los últimos tragos a su café. Se sentó en la sala de espera olvidándote por completo y su mente volvió hacia la noche de fin de año. Casi sin darse cuenta se encontraba abordando la aeronave que lo llevaría a su nuevo destino.

Fin del FlashBack

Harry salió de su habitación dirigiéndose a la escalera, ahí vio que la puerta que quedaba frente a la suya se encontraba entreabierta. Sin siquiera pensarlo, se dirigió allí. Al entrar con delicadeza vio que te encontrabas sentada en tu cama, ajustando, con bastante agilidad, tus zapatos de tacón rojo que acompañaban un vestido blanco de tirantes finos, que te llegaba a la rodilla, el cual se ceñía a tu cuerpo hasta la cadera y luego se abría para dar un aire principesco. 

-¿Ya casi estás lista?

-Sí. En un momento -dijiste, mientras dabas un pequeño brinco saliendo de tu cama y dirigiéndote rápidamente a tu mesa de tocador para intentar arreglar tu esponjoso cabello. Lo ataste en un moño casi en su totalidad, ya que algunos de tus más rebeldes cabellos caían sobre tu espalda, y buscabas tus accesorios así como un prendedor de cabello rojo en forma de mariposa. Unas manos se posaron en tus hombros, haciendo que miraras al reflejo del espejo y chocaras con los ojos verdes profundos de tu amigo, que te miraban también; esbozaste una sonrisa de medio lado aún mirando el reflejo del espejo, mientras tu amigo levantaba su mano derecha enseñando un prendedor rojo.

-¿Buscas esto? -Preguntó Harry sutilmente.

-Sí, justamente, ¿dónde estaba?

-Lo dejaste sobre la cama -dijo él, mientras ajustaba el prendedor sobre tu cabello, adornándolo.

-Gracias -dijiste girando tu cabeza para observar un poco tu peinado.
Comenzaste a ponerte tus accesorios rojos mientras Harry se sentaba en la esquina de tu cama, para esperarte como hacía casi siempre que salían juntos. Él decía que lo que tenías de inteligente lo tenías de lenta a la hora de arreglarte, aunque siempre valía la pena esperar. Tu lo mirabas de reojo, por el reflejo del espejo del tocador y sabías que había algo que le rondaba en la cabeza; lo conocías ya hace 3 años y vivías con él hace 2, así que definitivamente lo conocías bastante bien. Se veía un poco preocupado aunque pretendía guardar serenidad, así que decidiste por fin hablar al mismo tiempo que apuntabas tu pendiente rojo.

-Harry, ¿te sucede algo? -Preguntaste poniéndote de pie frente a el.

-¿A mí?

-¡No! ¡A tu tía abuela Cleotilde! -contestaste rodando los ojos.

-_______... -comenzó en tono dudoso-, no tengo ninguna tía que se llame así -explicó, también rodando los ojos.

-¡Pero serás…! -exclamaste riendo. Harry podía ser muy listo, pero sentías que en ocasiones hablaba con un niño de 10 años y, a pesar de todo, eso te parecía dulce y divertido.

-¡Ahh! -Murmuró Harry, como quien ha descubierto que el agua moja-. ¡Ehh! ¡No te rías de mi, cerebrito!, que un error lo comete cualquiera… Vale, tu no, pero es porque bien sabemos que no eres normal.

Tu entreabriste la boca y pusiste las manos en tu cintura, mirabas aprensivamente a Harry. Él fingió cara de terror a lo que tú te acercaste pero, para tranquilidad de Harry, sólo le diste un tirón en su nariz haciendo que éste sonriera.

-Ahora sin bromas… ¿Qué te sucede Harry Edward Styles Cox? -Exigiste.

-Me das miedo, ¿sabes? -Mencionó después de escuchar su nombre completo, lo cual era señal inequívoca de que estabas por perder la paciencia. Tu no hablaste.

-Vale, no es nada grave es sólo que… me preguntaba, ¿qué vas a hacer en navidad?

-Lo de todos los años, Harry, sabes que siempre viajamos en navidad.

-Sí, lo sé -pensó-, es sólo que este año mi madre y Robin celebran su 5to aniversario de matrimonio. Van a renovar votos y, pues… estás invitada.

-¡Oh, qué hermoso! ¡Por supuesto que iré! -Aceptó-. Pero… ¿te preocupa o es mi impresión?

-No, no me preocupa lo que sucede es que ellos también quieren que pases las festividades allí ya que estará toda la familia. Sería hasta el 15 de enero y entiendo que también deseas estar con tus padres, así que si no quieres lo entenderé.

-¡Vaya! ¿Y cuándo tendríamos que ir? -Preguntó porque sí que te preocupaba un poco, ya conocías a la Familia de Harry y, por supuesto, eran unas personas maravillosas pero nunca habías pasado más de una semana en su casa.

-El primero de diciembre -contestó de manera que no sonara a que sería un mes y medio, ya que sabía lo que tú estabas pensando. Sin embargo, realmente quería que decidieras ir, no sólo porque su madre te adoraba sino porque le harías compañía junto con Gemma. Sabía que su madre, desde hace ya un tiempo se había obsesionado en casarlo y no pararía hasta emparejarlo con alguien y Harry sabía que si tu ibas, su madre no lo molestaría.

-No hace falta que pongas carita de perro abandonado Harry, sabes que tu familia es genial y no tiene nada de malo pasar un mes y medio con ellos -musitaste, esbozando una sonrisa.

Harry pego un brinco de la cama hasta llegar a ti y te alzó, abrazándote con fuerza. Tu sólo diste un grito y te aferraste a el, el ojiverde te dio un sonoro beso en la mejilla, haciendo que te sorprendieras un poco. Finalmente te bajó con delicadeza al suelo, alejando su cuerpo del tuyo pero sin soltarse de tu abrazo.
-Gracias -dijo Harry, regalándote una sonrisa enorme.

-Quien te viera pensaría que estabas un poco desesperado por mi respuesta ¿Tiene algo que ver con la casamentera que tienes por madre? -Preguntaste, soltándote del abrazo y sonriendo divertida por la situación del ojiverde.

-Ja, ja… No es divertido, ¿sabes? Mamá quiere meterme por los ojos cuanta mujer conoce, parece desesperada porque me case… No te sorprendas si te lo propone.
-¡Wow! -Exclamaste. Ahora bajaban juntos por las escaleras de su casa-. Créeme, yo que te conozco, no cometería semejante locura de vivir contigo.

-Cariño, sólo por si no lo recuerdas, ya vives conmigo. Además, soy un excelente partido, tengo todas las cualidades que me hacen irresistible: soy gracioso, irremediablemente atractivo, con una sonrisa perfecta y un toque de misterio. Definitivamente, _______ _______, soy perfecto. -Terminó dando un giro sobre sí mismo, tomando su abrigo en el portal de su casa para, finalmente, quedar frente a ti, que te encontrabas riendo a carcajadas.

-¡Vale, vale, hombre perfecto! Pero te faltó la más importante de tus características: eres un completo inmaduro -dijiste divertida- además, Harry, el que viva contigo no quiere decir que me case contigo, son dos cosas muy distintas, tu mamá quiere alguien que te ate de por vida y yo sólo quiero que consigas una novia y te marches de casa -explicaste guiñandole un ojo al mismo tiempo que salías. Harry rió irónicamente mientras cerraba la puerta.

-¿Sabes _______? -Dijo llamando tu atención, mientras abrías la puerta del auto-. Sé perfectamente que no puedes vivir sin mí!

Tu volviste a reír descontroladamente mientras subías al auto en compañía de tu mejor amigo rumbo a la cena a la que habían sido invitados esa noche. A ti te encantaba vivir con tu amigo, él era especial, eran como hermanos y tu no tenías ningún hermano hombre por lo que te sentías protegida. Mientras salían por la calle principal no pudiste evitar recordar cómo el destino los había unido después de aquella mañana en Londres…

flashback
Era 4 de febrero, cumplías un mes de estar viviendo en la Valletta, Malta. Te encantaba esa ciudad donde habías conseguido un puesto en un buffet de abogados muy prestigioso en toda Malta; no te había sido difícil. A pesar de tener tan solo veinte años, eras una joven respetada en el mundo de las leyes, sobre todo por tener una mente tan brillante. La ciudad te había encantado, era casi un sueño, tenía una linda playa que podías ver desde la habitación de hotel en la que llevabas un mes. La ciudad estaba llena de historia y eso a ti te encantaba, tenía un aire antiguo que para muchos podría parecer lúgubre sin embargo a ti te parecía especial, además la hermosura del lugar y la paz que irradiaban habían conseguido que decidieras quedarte allí. Después de comunicárselo a tus padres comenzaste la búsqueda de un apartamento de soltera, pero esto último, el estar sola te dolía aún. Te dolía demasiado el corazón, esa era la razón por la que acertadamente aquel extraño del aeropuerto decía que estabas "escapando". Sí, eso, querías olvidar y escapar de aquel que te había lastimado tanto, de aquel que había conseguido hacer que te encontraras en ese lugar…
El sonido de alguien llamando a la puerta de tu oficina fue lo que consiguió sacarte de tu ensimismamiento.

-Señorita _______(TA) -te llamó tu secretaria.

-Pasa Rita y por favor dime _______.

-De acuerdo señor… perdón, _______, tiene usted un mensaje de la mujer de la inmobiliaria –asentiste haciéndole entender a tu secretaria que continuara hablando-, dice que el departamento que vio en Kingsway está listo para que usted se traslade allí mañana mismo, sólo debe ir a la inmobiliaria, llenar el papeleo y…
Pero Rita no pudo terminar de hablar porque tu habías dado un grito de felicidad que consiguió ensordecerla, te levantaste de tu escritorio, tomaste tu bolso y le diste un fuerte e inesperado abrazo para después salir corriendo de allí a tomar un taxi.

El departamento era encantador, en cuanto lo viste supiste que era perfecto: amplio, dos habitaciones y dos baños, una cocina grande y un mini bar, pero lo que más te gustaba era ese gran ventanal de cristal que daba hacia la gran avenida de Kingsway, que era la principal calle de la Valletta.

Llevabas dos semanas de mudanzas en las cuales sólo habías salido a trabajar y vuelto a tu apartamento. Tardaste mucho pero, al fin, habías conseguido darle el estilo deseado. Decoraste en colores blanco y beige toda la casa: el sofá del salón en blanco y los cojines beige, tenías una antigua mesa de centro rectangular hecha de madera y otras dos sillas extras a los lados. El lugar era completamente acogedor y luminoso ya que no se te habías atrevido a poner una cortina sobre el ventanal de cristal, amabas la transparencia de éste y la vista que daba de la ciudad.

Ese sábado habías salido a dar un paseo y, como toda chica, te habías comprado unas cuantas cosas de más... en realidad, estabas cargada de bolsas ya que, de paso, habías hecho la compra. Cargabas con tanto que mientras subías por el asensor, al octavo nivel que era donde se encontraba tu nuevo hogar, sólo podías rogar a los dioses que no ocurriera un desastre. Cuando llegaste a la puerta de tu apartamento, intentaste sacar la llave de tu chaqueta pero, como era de imaginarse (ya que parecías Santa cargada de regalos) mientras tratabas, dos de tus bolsas habían caído al suelo provocando un ruido seco, lo cual hizo despertar claramente al vecino de enfrente que abrió la puerta de su apartamento un poco enfadado por el estruendo.

-¿Pero qué demonios es este escándalo? -Pregunto Harry que salió aturdido de su apartamento.

-Lo… lo siento, es que estoy mudándome y… -Al ver de quién se trataba sólo pudiste guardar silencio y abrir la boca de una manera exagerada.

-¡¿Tú? -Exclamaron ambos al mismo tiempo.

Ninguno de los dos fue capaz de articular palabra durante un minuto, ninguno se podía creer que el destino los juntara de nuevo y, en estas circunstancias, se acordaban perfectamente el uno del otro sin embargo, esta situación era completamente desquiciada. De todos los lugares de Malta, de todos los edificios y de todos los departamentos de ese mismo edificio… allí estaban ellos dos desconocidos, no tan desconocidos, que seguían sin creerse la jugada del ¿destino?
Bajaste tus bolsas y te apresuraste a abrir la puerta de tu departamento, luego tomaste algunas bolsas del suelo dejando las otras dos para luego volver por ellas. Aunque no fue necesario, mientras dejabas las primeras bolsas en tu cocina, Harry se había adentrado en tu hogar y traía las bolsas restantes en sus manos.

-Gracias. -Dijiste tímidamente, tomando las bolsas de las manos de Harry. Tus mejillas tomaban un color rojizo de incomodidad por la situación.

-No hay problema. -Contestó el sin dejar su sorpresa de lado.

Tomaste valor y un largo suspiro y agregaste: -¿Quieres tomar algo?

-Eh, sí. Claro.

-¿Una cerveza? -Ofreciste. El sólo atinó a asentir mientras sacabas dos vasos de la alacena y de la nevera una cerveza y una Coca-Cola. Sirviste la mitad de cada una de las bebidas en los vasos y, luego de ponerlos en una bandeja de vidrio, los llevaste al salón donde el ya había decidido sentarse.

-Gracias. -Contestó al tiempo que agarraba su cerveza y te sonreia.

-No es nada. –Respondiste sentándote en una de las sillas auxiliares de enfrente.

-Veo que el destino se encarga de juntarnos. -Dijo el, que comenzaba a sentirse cómodo en aquella situación.

-Sí, es verdad, créeme cuando te digo que de todas las personas en el mundo que pensé en encontrarme aquí, el último eras tú.

-Por cierto, mi nombre es Harry Styles. -Se presentó, extendiendo su mano hacia ti sobre la mesa de centro.

-_______ _______, encantada.

-El placer es mío _______, y ¿qué te trae por Malta? La última vez que te vi fue en el aeropuerto de Londres y luego te marchaste, ¿cuándo llegaste?

-Pues Harry, sé que sonará extraño pero… llegué a Malta el mismo día que tú, a la misma hora y creo que en el mismo avión -Dijiste mientras dabas un incómodo sorbo a tu coca-cola.

-¿Qué? -Harry casi se atragantó con la cerveza-. ¿Quieres contarme? -Preguntó tosiendo aún.

-No hay mucho que explicar, yo quería irme lejos de Londres y cuando llegué al aeropuerto habían demasiados lugares a donde ir. Me asusté y pensé en olvidarlo todo y marcharme a casa nuevamente y de pronto ¡llegaste tú a ofrecerme ayuda! No me imagino el estado en el que estaba para que te acercaras a ayudar a una extraña – dijiste intentando bromear pero eso definitivamente no era lo tuyo-. Después de preguntarte a dónde viajabas y en qué aerolínea, fui rápidamente a comprar un boleto y subi al avión -Contaste muy tranquila mientras dabas otro sorbo a tu coca-cola.

-Veamos, ¿me estás diciendo que saliste de Londres sin saber siquiera a dónde ibas y luego de encontrarte a un desconocido decidiste seguirle?

-Bueno algo así, sólo que yo no te seguí… simplemente tomé prestado tu destino.

-¡Eso es, precisamente, lo más loco que alguien ha hecho en su vida! -Exclamó Harry en un tono amable mientras dibujaba media sonrisa-. Entonces llevas aquí un mes y medio más o menos, y ¿a qué te dedicas?

-Sí, durante un mes me hospedé en un hotel, dos semanas después de estar en la ciudad encontré un buen empleo y ¡aquí estoy! Eh, soy abogada.

-Qué interesante.

-¿Y tú cómo llegaste aquí, a qué te dedicas?

-En realidad soy administrador financiero y sé de negocios internacionales, mi familia tiene una empresa a nivel mundial. Yo también quería irme lejos de Londres, sólo que yo busqué un piso y un empleo antes de trasladarme a Malta.

-Parece que nuestras historias no son muy diferentes -comentaste-, ambos queríamos irnos lejos y comenzar de cero, así que ¡salud! -Dijiste levantado tu vaso de Coca-Cola, brindando por un nuevo comienzo.

-Por un nuevo comienzo. -Dijo el mientras chocaban sus vasos con una sonrisa.
Terminaron sus bebidas y Harry se despidió de ti, no sin antes invitarte a cenar a un restaurante inglés que estaba sobre la gran avenida Kingsway, aceptaste gustosa y él se marchó, eran las doce de la noche cuando esto sucedió. Los dos salieron huyendo de su pasado en Londres y, aun sin saber que sus historias eran más similares de lo que pensaban, ambos esa noche no se sintieron solos, encontraron una compañía amable y amistosa que, sin saberlo en ese momento, nunca los abandonaría.
Fin del Flasback.

Comenzando de Nuevo (Harry Styles) [EDITANDO]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt