Día 2

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 Día 2. Anoté en mi diaro bien temprano en la mañana. El día anterior habia sido más que dificil, pero ahora más que nunca, tenía que quedarme en la realidad, aunque pasaran las 3 en punto, no podría jugar con todo lo que estaba pasando a mi alrededor. La aparición de esa "cosa" habia complicado todo y cada uno de mis planes, horaios y demás. ¿Qué planeaba hacer mi madre?

 Guarde mi diario en un cajón no muy lejos de mi cama, salí de ella y entré rapidamente al baño. No quería que mi madre me viera, quizá quisiera hablar conmigo y hoy no tengo el humor para hacerlo.

 Me peiné mi cabello de una forma extraña. Me puse el uniforme y unas converse rojas. Entonces escuché que algo golpeaba mi ventana. Me acerqué lentamente a mi habitación y ví a Jason saludando con una mano y una ancha sonrisa en el rostro.

 -Jason, ¿qué crees que haces aquí? -susurré creyendo que mi madre a esta hora, ya estaría despierta.

 -Venía a recogerte para ir juntos al colegio -dijo con una sonrisa iluminando su rostro.

 -Pero esperame que todavía no estoy lista -dije echándole un ojo a mi consola al lado de mi escritorio.

 Jason entró en mi habitación y tiró su mochila hacia una de las paredes. Recorrió el lugar con la vista por segunda vez y después se tiro en mi cama.

 -Quedate aquí y no te muevas -pedí y me fui al baño a maquillarme ligeramente.

 Cuando terminé de pintarme pensé en Jason. ¿Acaso estaba loca? ¿Acaso quería que Lyla me haga daño por haber ido a la escuela con Jason? 

 -No lo vale -gritaba mi cabeza una y otra vez.

 Pero y si...

 Como siempre mi corazon me decía que hisiera lo que él quisiera. 

 Tomé el delineador y marqué con el aun más mis ojos. Me veía genial. Salí del baño, tomé mi bolsa y entré a mi habitación. Jason me vió y sus ojos se abrieron como platos.

 Saltó de la cama de un salto y se acercó a mi. Estab tan cerca que hasta podía sentir su respiración.

 -Tus ojos -susurró mirándome fijamente. Y yo? Tensa y rígida, poniéndome cada vez más colorada.

 -Son hermosos, esa es la verdad -dijo por fin y se acercó más ami. Pude entender hacia donde quería llegar.

 -Jason -dije con los ojos cerrados. -¿Realmente quieres esto? -pregunté pensando en el beso que estaba a punto de darme.

 Jason suspiró y se alejó. Tomó su mochila y se fue, sin hablarme, sin esperarme, estaba enfadado, lo pude sentir.

 Qué inutil-fue mi primer pensamiento, no hacia Jason, sino hacia mí. Pero también pensé que sería lo mejor.

 Tomé mi chaqueta y salí por la misma ventana que Jason. Le mandé un mensaje a mi madre para que se quedara tranquila y empecé mi viaje al colegio. 

 Minutos después y a una cuadra del colegio me topé con una chica bastante linda de cara. 

 -¡Hola! -me saludó alegremente -Tu eres la nueva, ¿cierto? -preguntó ahora algo tímida.

 -Sí -refunfunié. No me gustaba que me tomaran como "La nueva".

 -Me llamo Rachel, vamos juntas a la clase de matemáticas -dijo ella estrechando su mano.

 Tomé su mano y la sacudió fuertemente, casi dislocándome el hombro.

 - Un placer -dije recordando mis modales -Soy Riku -dije torpemente. Seguía sin estar acostumbrada a precentarme como "Cheryl". Qué idiota.

 -Qué bonito nombre -se limitó a decir Rachel, sonriendo como siempre.

 Por fin conocía a alguien mas o menos normal. Fue el primer pensamiento que me vino despues de nuestra corta conversación.. Ahora iría al colegio acompañada de Rachel, e incluso me ofreció clases particulares de matemáticas. (digamos que no me va muy bien en esa materia y a Rachel se le da de maravilla). Me parece tierna y una buena persona. Rachel es bajita en comparación mía y tiene un largo flequillo cubriéndole la mitad de la cara. Algo genial en mi opinión. Su cabello es largo como el mío y tiene un tono rubio, algo rojizo. Sus ojos son marrones y es algo cachetona.

 Al llegar al colegio Rachel no dudó en presentarme a sus otros amigos. Eran tan solo dos, pero muy especiales desde mi punto de vista. Uno se llama Henry y es alto y muy parecido a Rachel. Esto era por que son hermanos. Estaba sentado bajo un arbol guardando unos CD's de Coldplay, su banda favorita. Me enseñó unas cuantas canciones desde su mp3 y ¡También eran mis favoritas! Tenemos mucho en común. 

 Y finalmente estaba Jade, una chica más reservada, quien no pude conocerme muy bien que digamos. Ella es bastante parecida a mi. Tiene cabello negro y largo, pero se lo amarró en una cola de caballo tendida en su hombro. Tiene flequillo como Rachel, pero no tan exagerado como ella.

 Pronto tocó el timbre y Rachel y yo nos fuimos a clase de matemáticas.

 Cada vez que la conocía me caía mejor. Era muy simpática y se llevaba bien con todos y todo.

 La clase terminó y todos salieron al receso. Ese día fue de lo mejor, me la pasé muy bien con todos mis nuevos amigos. Era la primera vez que hablaba tanto y la primera vez que pude conocer personas amigables y buenas.

 Todo fue lindo y hermoso hasta que llegué a mi casa.

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