Cuando cae el atardecer

619 39 2
                                    

 Claro que no podía esconderme para siempre. Claro, ni siquiera podía esconderme. Era el típico "Puedes correr, pero no esconderte". Pero mientras más me adentraba en el instituto, las cosas empeoraban más y más.

 La gente me reconocía y muy pocos me miraban con cara de lástima o se sorprendían por el echo de que seguía con vida. La mayoría seguía intentando hacer que mi vida cayera dentro de un agujero negro. O eso o todos querían acesinarme con la mirada.

 Pero, ¿por qué?. Se preguntarán. Quién sabe. Así funciona la humanidad. O encajas o no encajas. 

 Continué corriendo con Jason a cuestas hasta que él empezó a tirar de mi. 

 -¿A dónde vamos? -inquirí ahogada por tanta corrida.

 -Ya veras... -dijo. Entonces salimos del colegio... Allí se iba mi oportunidad de enfrentarme con los que me molestaban, mi oprtunidad de encarar a Dirius y a los demas.... 

Jason se subió a una camioneta extraña y yo subí detrás de él. Manejamos horas... hasta que llegamos al... ¿A la estación de autobuses?

 Pero mi cansancio era demasiado, y no tardé en perder la conciencia.




Me desperté mareada y rápidamente tome compostura… ¿En donde me encontraba?

 Me di cuenta de que era un autobús, aunque cada tanto se me nublada la vista, pude reconocer los asientos de primera clase.
 -¡Oye! –una voz… lejos…. Me llamaba. Estaba mareada y la cabeza me daba vueltas. ¿En donde estaba Jason? Quise llamarlo… no… vomitaré.
 -¡Ey! –de nuevo. ¿Jason? No… su voz era más aguda…. Quizás… ¿Acaso era…

 -¡Despierta! –me sacudió hasta que volví a la realidad. Me tambaleé un poco por las movidas del vehiculo, pero ya me sentía mejor. Al menos la vista no se me nublaba. Era un chico. De baja estatura comparado a Jason, pero a mi solo me llevaba unos centímetros más. Cabello liso y castaño. Pecas y ojos claros, verdes. Parecía amigable, así que no tuve que llamar a Jason, aunque me gustaría saber en donde estaba.
 -Eh… ¿Estás bien? –dijo el chico, algo asustado.
 -Si, ¿por qué preguntas?
 -Gritabas… -murmuró el chico-¿Quién es Freddy?
 -Demasiadas preguntas –Jason se encontraba detrás de el chico, lo miraba serio, no quería hablar de él, eso era seguro.
 -Luego te hablo –dijo el chico bastante seguro y se fue. No pude evitarlo, sonreí y Jason me lanzó una mirada fulminante.

 -¿Quieres explicarme que paso? -pregunté algo atontada.
 -Me di cuenta de lo mucho que quieres a... -Jason corrió la mirada y trago saliva -a... Freddy... y no quiero que sufras más. Así que decidí acelerar las cosas...
 ¿Acaso era verdad? Iríamos con Freddy... Lo encontraríamos.... Nos abrazaríamos pero... Esperen.
 -¿Cómo sabes lo mucho que am---quiero a Freddy?
 -Yo... Lo siento -Jason se sonrojó mientras sacaba de su bolso... mi diario?!
 -¿Qué haces con esto? -intenté no gritar pero estaba llena de rabia... El chico se levantó rapidamente y se quedo vigilando.
 -Perdona.... -Jason no sabía como esconder su humillación. No importa, era mi diario, él había invadido mi privacidad... ¿Cómo pudo?
 Estando alterada y sorprendida, no pude controlar las lágrimas que pronto brotaron por mis ojos... Corrí al baño compacto del autobús y trate de tranquilizarme. Pero no hice tiempo hasta que alguien tocó la puerta.
 ¿Tocar?, bueno, tocó y entró al mismo tiempo aquél chico.

 -Eehy, ¿todo en orden? -preguntó el chico, aunque no pueda creerlo, logrando tranquilizarme un poco. -Mi nombre es Dylan, ¿y el tuyo?
 -Riku... -musité y sequé mis lagrimas con el puño de mi abrigo. 
 Dylan pareció sorprendido...pero luego volvió a su compostura de guardián... O eso era lo que él decía, logrando sacarme una sonrisa.

Gamer LifeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora