Plan B

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Un nuevo día, con un sol radiante entrando por la ventana, el tiempo es exquisito, todo tranquilo y estoy de buen humor ¿qué podría ir mal? ¡Ah! ¡Ya lo se! Que al bajar al patio te encuentres con un Mikaelson, pero no con cualquiera, sino con el peor de ellos Niklaus. Tendría que tener un espejo para poder ver mi cara en este momento, seguramente daría miedo de verla. Klaus me mira encantado de la vida pero yo paso, porque dentro de él no hay para nada algo bueno. Cómo tengo hambre me encamino al comedor que encima de la mesa tiene una nota escrita por Marcel: Vuelvo enseguida. A parte de la nota hay un vaso largo de cristal lleno de sangre para mi, lo más probable es que no hubiera sangre en casa y que la haya conseguido de alguien, bueno, nunca viene mal hacer un cambio. Agarro el vaso y me siento en la mesa mientras reviso el teléfono.

-¿No me vas a saludar, cariño?

-¡Klaus! No te había visto - le muestro mi sonrisa más falsa, he estado ensayando para momentos como este.

-¿Dónde está tú querido amigo?- sé posiciona a mi lado mientras bebo del vaso y miro el teléfono.

-¿Te refieres a ese amigo mío que tú adoptastes y luego dejaste que se quemara vivo? No, no tengo ni idea de donde está.

-¡Déjate de estupideces Genevieve! - pega fuertemente las manos contra la mesa de madera provocando lo que sé podría decir un estruendo. Poso el vaso y el teléfono en la mesa y lo miro.

-Puedes hacer tus numeritos dramáticos pero no me asustas.

-¡Klaus, amigo! - Marcel aparece y doy por terminada la conversación - ¿Qué haces tú por aquí?

-Había venido a verte pero la querida Genevieve no sé estaba portando muy educadamente como solía hacerlo.

-Primero, soy Lily y segundo, ha pasado ya un siglo - vuelvo a agarrar el vaso y a dar otro sorbo mientras Marcel sé acerca al "invitado".

-Ya estoy aquí así que puedes hacer lo que venias a hacer - Marcel sonríe y parece verdadera a diferencia de la mía.

-Quería ver cómo ha evolucionado todo, ya sabes.

-Ven conmigo y te lo enseñaré, amigo - Marcel todo feliz abraza a Klaus y después sé van juntos, al mismo tiempo recibo un mensaje de Marcel diciendo que vaya a ver a Davina.

Después de terminar mi "desayuno" me vuelvo a la habitación para vestirme y salir a ver cómo va Davina con el tema de las brujas.

Al bajar donde antes no había nadie ahora están el grupo de vampiros diurnos jugando a las cartas y charlando entre ellos que cuando me ven pasar me saludan como siempre lo hacen y algún que otro me guiña el ojo, no viene mal a nadie hacer eso ademas a mi me gusta que me adoren. Afuera cierro la verja por si acaso y me encamino hacía la iglesia de Santa Ana donde vive Davina desde hace unas meses, en realidad vive en el sótano y el padre Kieran nos deja ya que nos debe algún que otro favor y porque sé encuentra fuera de la ciudad. Todo en el Barrio está tranquilo como siempre lo ha estado desde hace años, no hay lobos merodeando o atacando ni brujas actuando a nuestras espaldas para destruirnos porque ahora nosotros las controlamos, cómo he dicho, todo tranquilo. La iglesia también estaba tranquila y lo único que saltaba a la vista era la oscuridad y las manchas de sangre de un asesinato. Una vez arriba toco la puerta y cuando oigo "Adelante" abro la puerta y me la encuentro pintando con movimientos rápidos, yendo y viniendo a gran velocidad.

El sótano estaba iluminado por la luz que provenía de la ventana abierta con cortinas blancas, hay muebles antiguos como la cama, la cómoda y la lámpara. El olor del lugar debería de ser madera pero en cambio huele a frutas aunque no haya un ambientador.

Davina simplemente dibuja garabatos sin sentido que ni ella misma sabe que son a pesar de tener una colección de ellos. Se encuentra demasiado concentrada con que me siento en la cama esperando a que termine y me preste atención, si la interrumpo se enfadará. En esa hoja que ella dibuja cada vez hay menos blanco y más negro al igual que hay más líneas una superpuestas encima de otras sin ningún objetivo. Al final suelta el carbón y me mira cansada al mismo tiempo que se encuentra desorientada en cuanto al dibujo del cual se aleja para sentarse a mi lado y posar su cabeza en mi hombro. Desde que Marcel encontró a Davina la relación entre los tres creció, pero lo que más me sorprende es que él la salvó porque se vio reflejado en ella en el trato que le daban, lo mismo había ocurrido con Klaus y Marcel. Davina solo es una chica que odia a las brujas por intentar matarla y de haber matado a sus amigas sin haberles contado la verdad, aquel día al morir sus compañeras todo él poder que ellas tenían pasó a ella, desde ahora es la bruja más poderosa de Nueva Orleans y está dispuesta a usar su don para controlar a las brujas.

The Casquette Girl | The Originals #1Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt