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Escuchaba voces... Voces lejanas. Él.

Se había despertado otra vez en aquella noche oscura. Él le hacía falta.

Pero, ¿En dónde está? Se supone que mientras el rubio estaba internado, debió haberlo visitado al menos una vez.

Lo extrañaba. Quería llamarle, pero sabía que no iba a funcionar. El castaño se había ido ya hace mucho tiempo.

Para el rubio no verlo, era como el mismísimo infierno. O quizás peor.

Mañana en Gravity Falls. No había dormido casi nada.

Dió una vuelta en aquella camilla de hospital, no pudo dormir.

-Estúpido suero...-Maldijo.

-Es lo que te mantiene así. -Era un chico. Cabellos castaños con mechones algo oxigenados. Ojos miel. Bastante parecido a Bill.

-¿Que haces aquí? ¿Quien eres?

-Wow, esto no es un interrogatorio... Yo quería venir a verlo. No pude antes. Mi nombre es Tyrone . Te salvé la vida.

A Bill se le heló la sangre. Ese era el nombre que Dipper quería .

-¿Tú?

El chico asintió.

-¿Sabes que tengo veintitrés cierto?

-Eres un adulto joven, yo apenas tengo diecisiete años.

-No viene al caso. No me trates como un maldito cuarentón.

-Bien, no lo haré. En fin, disculpa por no haberme quedado ayer, tenía una llamada de mis padres.

-Tranquilo, hablé con la chica que te acompaño.

-¿Diana? Es mi hermana.

-Lo supuse, se parecen.

-Somos mellizos.

-No me sorprende, realmente son parecidos.

Alguien había golpeado la puerta.

-¡Hola Bill! ¡Vine a leer! -Saludó la chica rubia.

-¡Diana! Viniste! -Exclamó amablemente.

-¿Qué haces aquí?

-No seas aguafiestas Ty. ¿No quieres escuchar esto?

-Esas son...

-Cartas. -Respondió Bill. - Sólo cartas.

-Está Bien...

Ty y su hermana se sentaron junto a la cama de Bill.

El rubio sacó la cesta y le entregó una a Diana.

-Comienza.

-Muy bien... -Dijo emocionada.

"Querido Dipper: Estos días me haz causado jaqueca. Realmente no sé que demonios hacer para que finalmente me hables. O eso creía hasta hoy. (...)

Dipper estaba sentado en una de las mesas de la cafetería de Linda Susan, tomando desayuno.

Solo.

-¿Me puede servir más café por favor? -Preguntó.

-Un café saliendo, jovencito. -Respondió Linda Susan.

El castaño no había podido dormir bien, su hermana gemela había invitado de pijamada a sus dos mejores amigas la noche anterior , lo cual no dejó dormir al pobre Dipper.

Estaba desfalleciendo del cansancio, le habían peinado , maquillado y hasta le hicieron bailar "El baile de la oveja" . Para tener dieciocho, eso ya era bastante penoso para el.

Love Letters •BillDip• #BillDipAwardsWhere stories live. Discover now