Una historia que debe contarse. Un suceso que todo lo cambió.
Bill Cipher tenía un hobbie hace años, le escribía cartas a su novio Dipper Pines, pero jamás se las entregó.
Al conocer a dos jóvenes, les cuenta su historia por medio de aquellas cart...
El rubio abrió el cesto y de ella sacó una foto. La puso en el marco y se la mostró:
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-¿Navidad?
-Claro que sí. Es de mis favoritas.
-¿Quieres contarme?
El rubio sacó una carta del cesto y se la entregó al castaño.
-Puedes leerla si quieres. Tú no has leído.
Tyrone tomó la carta y comenzó a leer:
"Querido Dipper: Hace un día fue Navidad y aún me siento mal por lo sucedido, siento que todo fue un desastre. Pero a tí no te importó. Dentro de unos días será Año Nuevo y tendré que esmerarme en que sea perfecto. Pero todavía estoy pensando que regalarte. La Navidad es difícil (...)
-¿Y alguna prenda ?
-¡No! ¡No! ¡No puedo encontrar el maldito regalo perfecto para Pino!-Gritó Bill frustrado- ¿Por qué es tan difícil Estrella Fugaz?
-Supongo que no puede ser tan difícil, sólo hay que ver su personalidad.
Ambos estaban en el centro comercial de Gravity Falls, eligiendo los regalos perfectos para la Navidad.
Mabel, quien había llegado a Gravity Falls hace unas semanas, había comprado todo. Bill también, pero sólo faltaba una persona...
-Piénsalo Bill, es un idiota niño paranóico y nerd. No puede ser tan difícil.
-¡Pero sí lo es! ¡Creía conocerlo muy bien pero al momento de darle un regalo es muy dificil!
-Bueno, no tienes que comprarle un regalo, la Navidad no se trata de los regalos, se trata del amor que le das a las personas que te aman.
-Eso no es lo que me mostraron hace un año Mabel. -Se cruzó de brazos. - Era primera vez que celebraba esta rara festividad. Cuando llegué a casa con esos viejos gemelos sin regalo, casi me ahorcan. Además, no quiero ver la cara de tristeza de Pino cuando se de cuenta de que tengo un regalo para todos menos para él...
"Con lo que le ha costado encontrar regalos para la familia de seguro no pensó en si mismo " -Pensó Mabel.
-Bill, conozco a mi hermano y se que no te ahorcará por eso. Podrías... Comprarle un libro.
El rubio miró a la castaña como si hubiese dicho la peor grosería del mundo.
-¿Un libro? Con lo que ama leer seguro ya se leyó todos los de la biblioteca pública.
-Entonces puedes...
El rubio jadeó de admiración.
-¡Mira eso! -Le interrumpió el mayor, mientras corría con una gran sonrisa hasta el escaparate de una tienda de astronomía.
