Cap. 3 - Estacionamiento II

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Al parecer no era tan temprano como me lo había hecho creer Îlkay, poco después de que ingresara al centro de entrenamiento, uno a uno, fueron llegando en sus lujosos autos los demás chicos.

–¡Hola, hola! –saludó Mats a lo lejos.

–¡Hey! –Kagawa apareció detrás de él –perdona la pregunta pero, ¿Por qué llevas puesto traje de gala Auba?

–¡Vaya! Creí que sería Mats el que preguntaría eso –respondí sorprendido–. Verán...

–¡Buenos días compañeros! –Interrumpió Durm– y Pierre, no es por nada pero ¿Y ese traje?

–A penas lo iba a explicar...

–¿Dónde están los futbolistas más guapos del mundo? –Nuri Şahin se acercó a nosotros– ¡Aquí están!, Piero...

–Soy Pierre...

–Sabes que lo digo de cariño. Piero, ¿Por qué estás vestido así? ¿Hay algo de lo que no me he enterado?

–Antes de seguir, ¿Alguien má... –nuevamente fui interrumpido.

–¡Buenas las tengan!

–¡BIEN! DESPUÉS DE MORITZ, NADIE MÁS SE ACERQUE A SALUDAR Y DÉJENME EXPLICAR POR QUÉ ESTOY VESTIDO ASÍ, ¿OKAY? –Exclamé con todas mis fuerzas.

–¿Por qué tanto escándalo Pierre? –Escuché una voz atrás de mí.

–¿Pir qui tanti es... –Dije con voz chillona al mismo tiempo que me giraba para ver de frente a quien preguntaba. Cuando vi la cara de Jürgen, sentí como si me estuvieran partiendo en dos cual hoja de papel que va directo a la basura–. Tío Jürgen, yo, no era mi intención.

–Los quiero a todos haciendo sus respectivas actividades ¡YA!, Y tu Aubameyang, quiero diez repeticiones extra de cada ejercicio y dos vueltas más, trotando, a la cancha.

–¡Sí señor! –Exclamamos a una sola voz.

–¡Pierre-Emerick Aubameyang! –Me llamó Jürgen una vez se alejaron todos.

–Enserio, perdón, no sabía que... –Alcancé a decir, apenado, antes de que me callara.

–No importa, fue gracioso –Klopp intentaba contener la risa - por lo del castigo, debo darme a respetar y mantenerme firme como la autoridad que soy, pero no te sientas mal muchacho. En fin, ¿A mí sí me puedes decir por qué el traje?

–¿Qué? ¡Oh! Sí, sí, obvio. Es que... –El sonido de un coche hizo que dirigiéramos nuestra atención hacia él. Luego de que Klopp revisara su reloj, nos miramos extrañados, era tarde y lo máximo que se nos permitía retrasarnos eran 5 minutos, y ya pasaban más de 10 de la hora a la que debió comenzar la sesión de entrenamiento. Mientras el vehículo se acomodaba, por el espacio de una ventanilla abierta, logramos visualizar a Marco.

–Bueno, parece que alguien te hará compañía en los ejercicios extra, por favor avísale.

–Pe,pe,pero, ¿por qué yo? ¡Yo no soy el DT! –Respondí nervioso.

–No lo eres, pero a ti te hace caso el señor Reus, así que tú te encargas de hacerle saber su castigo por llegar tarde.- Jürgen me dejó.

No tenía idea de cómo le haría para acercarme a Marco sin que me ignorara.

Marco bajó de su auto. Era la hora de hacer frente a mi más grande miedo momentáneo.

–Emm... ¿Hol...

–¡Shh!, Marco no saluda a extraños.

–Pe...

–¡Shh!, Marco no habla con extraños –al principio creí que lo decía en broma.

–Yo...

–¡Shh! ¿Acaso no entiendes? –lo decía muy enserio. No me permitió terminar ninguna frase. Sacó la maleta donde imagino traía su uniforme y aseguró su lujoso auto. Eso me recordó que yo no había sacado el maletín con la ropa deportiva, del mío. Casi a punto de entrar al centro, Marco volteó a verme y gritó:

–¡Oye extraño! Hay algo que Marco si puede hacer, y es decirte ¡Lindo traje! –me sonrió.

"¡Lindo traje!", me repetía una vez tras otra, acompañado de la sonrisa del rubio, en la mente, "¡Lindo traje!" ¡Lo había hecho sonreír! Y eso me llenó de orgullo y felicidad. ¡Qué bella sensación!

Unser Glück [Pierreus]Where stories live. Discover now