Cap. 4 - Temor

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Guten morgen Mats.

—¿Me hablas a mí? —Mats volteó hacia la derecha y luego a la izquierda, incluso por detrás de él.

—Que yo sepa, no hay ningún otro Mats cerca, a no ser, que te hayas cambiado el nombre durante el tiempo que no estuve por aquí. —Marco bromeó.

—No, pero, ¿Y esa cara? Es más ¿Y ese humor? La última vez que tuve la dicha de verte, tú...

—Para, no estoy en la mejor disposición de hablar sobre ello. —La sonrisa que llevaba, se desvaneció por unos momentos.

—Disculpa, no era mi intención.

—¡Va!, Creo que le estoy dando demasiada importancia ¿No?  —El rubio volvió a sonreír, aunque con dificultad, mientras sacaba su ropa deportiva del maletín.

—Raro sería que no se la dieras pero bueno, reitero mis más sinceras disculpas, llegaste aquí tan feliz y yo, yo arruino todo como de costumbre.

—Ya extrañaba tu torpeza Mats. —Marco dejó su ropa sobre el banquillo y abrazó a su amigo.

—Y yo extrañaba hacer esto. —Inmediatamente, el castaño pasó sus manos por el cabello de Reus, tratando de despeinarlo.

—¡Joder Mats! ¡El cabello no! —protestó Marco acomodándose el peinado.

—Sigo con la intriga, ¿Por qué entraste tan feliz? ¿Qué sucedió allí afuera pillín?

—Nada, ¿Viste al nuevo? ¡Pff!... ¿A dónde se ha creído que venía? ¿A una gala? Me ha hecho gracia verle vestido así. -Rió moderadamente.

—¿Pierre? Sí, apenas nos iba a explicar cuando llegó Jürgen, entonces no nos hemos enterado de nada -con desánimo, respondió el castaño.

—Así que se llama Pierre...

—¡Hombre!, Si se presentó contigo el primer, bueno, el segundo día que te dignaste en aparecer por estos rumbos.

—Pues sí, pero yo no soy una maquinita que se aprende los nombres en un instante.

—Mucho menos si no le prestas atención a las personas.

—Exacto.

—¡Vaya! ¡Marco dándome la razón! Jamás lo hubiera imaginado. —Hummels levantó los brazos al cielo como si diera gracias.

—Basta ya, vámonos. —Marco empujó de manera suave a Mats, para ir con los demás miembros del equipo.

Narra Pierre

¿Por qué tenía que estar allí en el preciso momento en el que Marco llegó?, ¿Por qué tenía que ser el nuevo?, ¿Por qué decidí ser futbolista y no arquitecto?, ¿Por qué fiché por el Borussia Dortmund habiendo más equipos?, ¿Por qué nací?, ¿Por qué era yo quien tenía que decirle a Marco sobre los ejercicios extras?... Era definitivo, este era uno de los más grandes temores momentáneos, que había sufrido a lo largo de mi existencia, lo peor de ello, es que no sé cómo afrontarlo.

—Oye Pierre... ¿Te encuentras bien?  —Îlkay notó mi rostro de preocupación.

—Podría estar mejor, lo sé.

—¿Qué sucedió?, ¿Por qué estás tan preocupado?  —Se sentó a mi lado.

—Si te digo, vas a burlarte de mí. —Dejé de quitarme los zapatos y lo vi directo a los ojos.

—¿Cómo puedes siquiera pensar eso? Por razones obvias, jamás me burlaría de algo que te hace ponerte como ahora. —Îlkay trataba de ser comprensivo conmigo.

—Te lo diré... Resulta que Jürgen me encargó avisarle a Marco, que debía realizar 10 repeticiones extra de cada ejercicio, y dar 2 vueltas más trotando al campo.

—¿Qué? ¿Es eso lo que te tiene sufriendo tanto? ¡Madre mía!...

—¡Dijiste que no te ibas a burlar! —lo detuve antes de que comenzara a reír.

—Okay, okay, no me río, ¿Pero qué rayos hay de malo en el encargo de Jürgen? Más bien es algo bueno o ¿Me equivoco?

—Bueno sería si me llevara bien con él. No me dejó terminar ni una frase cuando intenté hablar con él allá afuera.

—¿Qué te dijo? —Îlkay preguntó curioso.

—Que no hablaba con desconocidos —hice un puchero de tristeza. —Entonces, temo que me rechace otra vez, en el mismo día, ya tuve suficiente, no quiero gastar más "Vidas" por hoy. —Dije haciendo alusión a un videojuego, del cual era el personaje principal. 

—Valeeeee, descuida, yo iré con él por ti, ¿Te parece? Tú mientras recupera "Vidas", joven guerrero.

—¿Enserio lo harías? ¡No sabes cuánto te lo agradecería!, ¡El reino te estará eternamente agradecido!, ¡Eres un valiente caballero!

—No te preocupes más, termina de cambiarte mientras yo voy con Marco. —Vi a Îlkay alejarse, caminando a pasos agigantados, hacia donde estaba el rubio que minutos antes, había hecho sonreír. Soy un cobarde.

Unser Glück [Pierreus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora