3.

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Bill's POV:

Iba a hablar, pero la alarma de incendios comenzó a sonar. La voz del director no tardó en sonar por los parlantes, anunciando que todos salgamos de el edificio.

Dipper me agarró del brazo y salió corriendo de allí. Yo trataba de seguir el paso de su correr. Doblábamos con agilidad al final de cada pasillo, no sabíamos donde estaba el fuego y eso me preocupaba.

Una nube de humo se iba esparciendo sobe nosotros. Comencé a toser al respirarlo sin querer, Dipper se dio vuelta y me miró preocupado.

-¡¿Por qué paras?!-le grité exaltado.-¡Ven, vamos!

 Comenzamos a correr de nuevo. Faltaba poco para salir del edificio, no se veía a nadie correr por los pasillos y me daba la sensación de que no podríamos salir de allí antes de que todo explotara. Noté la puerta abierta a lo lejos y agarré a Dipper del brazo para que corriera más rápido ya que iba detrás de mi.

Una vez que logramos salir y alejarnos del edificio, comencé a toser. Sentía el humo dar vueltas en mis pulmones. Me apoyé contra la pared, apoyando las manos en mis rodillas. Dipper se acercó a mi con una mirada de preocupación.

-¿Estás bien?

-¿Parezco estarlo?-él me miró confundido.-Dipper, si solo vas a hacer comentarios estúpidos, mejor cierra la boca.

Frunció el ceño molesto y se cruzó de brazos. En ese momento, me di cuenta de mi error.

-Bueno, tranquilo. Solo te preguntaba.-rascó su brazo derecho mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar hacia su casa. Salí corriendo detrás de él cuando dobló la esquina.-No tienes que seguirme si te molesto.

-No lo haces.-reí caminando detrás de él. Noté como rodaba los ojos, pero soltaba un pequeña sonrisa.-Lo siento por lo que te dije.-apunté hacia atrás, como si se fuera a proyectar el momento en el que yo estaba recostado a la pared.

-No, no. Tranquilo. Yo...Entiendo, Bill.-se quedó cayado unos segundos mirando al suelo. Yo, por otro lado, me quedé observando sus movimientos y facciones.-¡En fin! ¿Hoy vas a ir a casa?

En ese momento, recordé la carta en el casillero de Dipper y quise darme la cabeza contra la pared. Lo más probable es que se haya quemado, ya que el fuego estaba muy cerca de allí. Traté de ocultar la desesperación y el enojo lo más que pude y sólo le sonreí.

-Sí, claro. Te lo había prometido, ¿recuerdas?

Habíamos llegado por fin a su casa. Ya la conocía, por dentro y por fuera, como la palma de mi mano. Dipper y yo somos amigos desde los trece años, nos conocimos en un bosque, en el verano. Mis padres quisieron mudarse aquí y encontraron una casa cerca de la de Dipper para que pudiéramos estar más cerca. 

Dipper abrió la puerta de entrada y allí se encontraba Mabel sentada en el sillón, pero no en la parte en la que uno se sienta, sino que en la parte del respaldo. Tomaba un té caliente, se podía notar por el vapor que salía de la taza y por la cara de que se estaba quemando.

Aún así, estaba sonriente. Nos miraba a ambos con una sonrisa terrorífica. Ella sabía que a mi me gustaba Dipper, sabia que era yo el que mandaba las cartas; estaba muy emocionada con que yo le diga de una vez lo que siento por él.

-Hola, chicos. ¿Cómo les fue?

-Bien, Mabel.-respondió Dipper caminando hacia las escaleras.-Si nos disculpas...-comenzó a subir las escaleras a toda velocidad. Estaba por seguirlo, cuando una mano me detiene.

-¿Qué van a hacer?-me preguntó, liberándome de su agarre.

-Quiere que lo ayude con los pins de las cartas.-le susurré.

-Uh. Suerte con eso, amigo.-me dio un golpe amistoso en el hombro y se fue a la cocina. Escuché pasos arriba y luego algo caerse. Subí las escaleras corriendo y entré a la habitación de Dipper.

-¿Estás bien?-le pregunté riendo al ver como intentaba levantar su escritorio.

-S-Sí.-dijo levantando, por fin, el mueble de madera. Se sentó en la punta de su cama y yo agarré la silla de escritorio para sentarme.

-Antes de empezar...¿Puedo hacerte una pregunta?-él asintió mirando la carta que yacía en su mano.-¿Qué significa para ti cada carta? ¿O qué crees que dice cada código?

-Pues...Cada carta contiene algo diferente, pero son muy especiales. Una y cada una de ellas. Sé que la persona que las envió es un chico. El problema es...Cual.

-¿Cómo puedes estar seguro de que es un chico?

-El aroma de la carta.-dijo señalándola.-Huele a perfume de hombre.-sonrió de lado y me pasó la carta.-Y no huele nada mal.-me guiñó un ojo. No pude evitar sonreír por eso.

¿Él había olido la carta? 

Creo que debo cambiar mi perfume.





Cuando Mabel agarró a Bill del brazo, me imaginé que le preguntaba;

"-¿Hoy sale garche?".



pins ¡! billdip [gf2]Where stories live. Discover now