CAPÍTULO 13: AYUDA PSICOLOGICA

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*HEAVEN (PV)*

Me obliga a entrar y cierra rápidamente la puerta detrás de mí. Yo me suelto de su mano, extrañada por su comportamiento y retrocedo unos pasos. Harry dirige la mirada hacia mí y puedo ver tristeza y preocupación reflejada en sus ojos.

-¿Se puede saber a que a venido eso? -pregunto molesta.

-Heaven tenemos que hablar -

-Sí, ya lo sé, te he oído, pero ¿de qué? -replico.

-Esto que has hecho esta semana no está bien, no es normal, Heaven necesitas que te vea un profesional... La muerte de mamá te ha hecho mucho daño y negándolo no haces nada, necesitas ir al psicólogo -

-¿Me quieres llevar a un loquero? ¿De verdad piensas que estoy loca? ¿Por qué me dices eso? Sé de sobras que me ha afectado mucho la muerte de mamá, pero ir a un psiquiatra no me va a ayudar en nada -digo cabreada.

-Heaven no te diría esto si no fuera porque sé que sería lo mejor para ti, tienes que hacerme caso, por favor Heaven, te lo suplico -suplica.

-No quiero oír tus tonterías -gruño saliendo de la habitación como una bala y volviéndome a meter en la mía. Esta vez no me tumbo en la cama, no quiero volver a tumbarme porque sé que si hago eso no me volveré a levantar, no esta vez. Me siento en el suelo, colocando las piernas como los indios. Aprieto fuertemente los ojos y escucho como alguien entra en la habitación.

-¿No me podéis dejar tranquila? -gruño cabreada. Levanto lentamente la cabeza con intención de gritar, pero al verle todos mis energias se esfuman, acallando mi rabia -Vete por favor -añado esta vez en un tono muy cansado y frágil. Zayn hace caso omiso de mis palabras y se sienta delante de mí.

-¿Y ahora por qué te pones así ¿Qué pensabas que cantar una canción todo el dolor iba a desaparecer, que pasarías de estar mal a estar bien? Esto no va así Heaven, esta es la vida real y aquí las personas necesitan tiempo para curar sus heridas, incluso las personas tan fuertes como tú -dice Zayn mirándome directamente a los ojos.

-Eh... Yo no he dicho eso, solo es que me molesta que me traten de loca, no creo que sea algo tan extraño -replico.

-Hombre un poco loca estás -le miro con la mirada más asesina que una persona podría conseguir y él suelta una pequeña risita -Me refiero a que una persona mentalmente estable no se encerraría diez días en una habitación, cerrando la puerta y sin comer una mierda -Zayn coge mi mano y me obliga a seguirle hasta el baño.

-¿Qué hacemos aquí? -pregunto extrañada.

-Quiero que te mires en el espejo y me digas si lo que ves, si ese reflejo que aparece en el espejo es de una persona mentalmente estable, si esa persona que hay ahí se parece lo más mínimo a la chica que conocí el primer día -contesta.

-No, yo no... Yo no puedo hacer eso -niego con la voz temblorosa. Me da demasiado miedo afrontarme a la realidad, no quiero verme...

-Hazlo, demuéstrame que me equivoco -insiste Zayn. Suspiro fuertemente y subo lentamente la mirada hasta el espejo. Al hacerlo me asusto de mi propio aspecto, de lo demacrada que estoy. Una lágrima recorres rápidamente mi mejilla y me obligo a seguir mirando, intentando con todas mis fuerzas no desviar la mirada. Mi ropa está empapada de lágrimas, mi pelo tiene un aspecto asqueroso y muy alborotado, mi cara está irreconocible ya que las ojeras cubren parte de ellos, pero lo que más miedo me da es lo anormalmente delgada que estoy, he perdido demasiados quilos, estoy en los huesos y, sinceramente, ya no me reconozco.

-Esta no soy yo... -digo entre sollozos, desesperándome cada vez más. Zayn se acerca rápidamente a mí y envuelve mi cuerpo con sus brazos. Yo apoyo mi cabeza en su pecho y dejo que las lágrimas caigan libremente por mis mejillas, aterrizando en la camisa de Zayn y formando un pequeño charco en ella.

-Ya lo sé cariño, siento haberte hecho pasar por esto, pero tenias que ver con tus propios ojos cómo estás, ahora dime ¿sigues pensando que Harry estaba equivocado con lo que te ha dicho? -pregunta acariciando suavemente mi espalda para intentar relajarme.

-No, tiene razón, necesito ir a un psicólogo, bueno mejor dicho, necesitaría encerrarme en un manicomio -contesto aún entre lágrimas.

-Eso no lo digas ni en broma, tú no necesitas entrar en ningún manicomio, lo único que necesitas es ayuda, necesitas desahogarte con alguien que pueda aconsejarte y ayudarte. Aunque tanto Harry como nosotros tengamos buenas intenciones no podemos compararnos con una profesional -

-Zayn... -susurro levantando un poco la cabeza.

-No digas nada, no hace falta -me interrumpe abrazándome con más fuerza y protegiéndome con sus cálidos y acogedores brazos. Acaricia suavemente mi brazo y posa un suave beso sobre mi cabello. Zayn tiene razón, necesito abrirme, necesito desahogarme con alguien y ahora mismo no se me ocurre nadie mejor que un psicólogo. Sinceramente ya no me reconozco a mí misma, este no es mi cuerpo, esta no soy yo, la verdadera Heaven está demasiado afectada con todo lo que ha pasado y se esconde para protegerse, dejando a la luz esta especie de monstruo muy malhumorado y sin sentimientos. Me separo un poco de Zayn, para poder mirarle a los ojos.

-Quiero ir ya -digo decidida.

-Cariño, para mí siempre estarás preciosa, pero no creo que a la gente le haga gracia verte así, date una ducha mientras yo me encargo de hablar con Harry -replica Zayn saliendo del baño para dejarme intimidad. Me desnudo rápidamente y me meto en la ducha. Siento como el agua cae sobre mi cuerpo y poco a poco esa mezcla tan asquerosa de lágrimas y desesperación va desapareciendo. No me apresuro en hacerlo, ahora mismo me da igual, tan solo quiero lavarme y relajarme lo mejor posible. Cuando termino salgo de la ducha y me envuelvo rápidamente en la toalla, sin querer ver mi aspecto desnudo, y me visto con una sudadera morada y un pantalón ajustado de color negro. Peino mí, ahora bonito pelo, y salgo del baño. Cojo mi bolso y camino por el pasillo, pasando por delante de la habitación de Louis y evitando las ganas de hablar con él. Bajo las escaleras con rapidez y encontrándome con Zayn en la puerta.

-¿Estás lista? -pregunta ofreciéndome la mano. Asiento y la acepto, caminando fuera de la casa. Nos acercamos al coche de Zayn y me abre la puerta para que entre. Me siento en el sillón del copiloto y me coloco bien el cinturón. Zayn se sienta en el del piloto y arranca el coche. Conduce unos veinte minutos hasta que llegamos delante de un edificio en el que hay una consulta de psicología. Bajamos del coche y Zayn entrelaza nuestras manos, apretándomelas para intentar relajarme. Le dedico una pequeña sonrisa y empezamos a caminar hacia el gran bloque de edificios que hay delante de nosotros. Entramos en él y cogemos el ascensor hasta la última planta. El ascensor se para y salimos rápidamente, caminando por el pasillo hasta llegar a la puerta en la que está la consulta. Zayn pica a la puerta y esta se abre de inmediato, dejando ver a una mujer de aspecto mayor y muy agradable.

-Bienvenidos -nos saluda sonriendo.

-Gracias -contesta Zayn por los dos. La mujer se aparta, dejándonos entrar a una pequeña sala de espera.

-¿Tienes cita? -me pregunta.

-Em... Yo... No, no tengo cita -contesto nerviosa.

-Bueno, no pasa nada, puede ir entrando mientras yo hablo con él -dice mirando de reojo la puerta. Asiento y camino hacia ella. Abro la puerta y esta me deja ver una consulta muy acogedora que desprende energías muy buenas. Tomo asiento en una butaca negra que está colocada a cierta distancia respecto a la silla en la que supongo que se sentará la psicóloga.

Paso la mirada por todos los rincones de la sala y me voy parando en cada uno de los dibujos que veo colgados. Estos, no sé porque, me hacen recordar a mi madre y con ello a su muerte. Pero no debería extrañarme tanto ya que des de que murió todo me recuerda a ella. De repente la puerta se abre y la mujer que anos ha recibido antes entra en la consulta, mirándome fijamente con unos ojos muy expresivos y acogedores.

How Can You Mend A Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora