Capítulo 6

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Aquella noche no lograba dormirme. Mi mente estaba completamente despierta y no dejaba de pensar en Beck y aquella cajetilla de cigarrillos ¿Por qué le da tanta importancia a algo como eso? ¿Por qué fue tan amable cuando se la devolví? ¿Qué diablos hace Beck en Estados Unidos? No, Zoe, enfócate en los cigarrillos, no en Beck. Mis pensamientos viajaron de aquí para allá, hasta que sin notarlo, caí en un profundo sueño. Pero algo me despertó en medio de la noche, escuché dos voces afuera de mi cabaña y veía que alguien estaba fuera con una linterna.

"¿Dónde diablos se metió?" Dijo una voz grave y pesada. Notaba enojo en aquellas palabras y pude reconocer quién hablaba, era Bryce. Asomé mis ojos por la ventana, con cuidado de que su linterna no apuntara hasta donde me encontraba yo.

"No lo sé, muchacho, si lo supiese no estaría fuera de mi cama a las cuatro de la mañana" Respondió otra voz grave pero con un poco mas de humor en ella. Era Paul.

"Tendremos que dividirnos. Cuanto más rápido lo encontremos, más rápido podré irme a dormir" Agregó Bryce, pasando sus dedos por su cabello. Beck había escapado de su cabaña. Y allí fue la pequeña simpatía que había creado hacia él durante la cena ¿A dónde diablos escaparía?

Cerré mis ojos, decidida a volver a dormir pero no tardaron en abrirse cuando mi mente nuevamente comenzó a funcionar. Creo que saber dónde está. Me senté sobre mi cama, intentando hacer la menor cantidad de ruido posible para no despertar a mi madre en la cama junto a mí, y allí me quedé, meditando si ir o no ir a buscar a Beck. Pero antes de que pudiera decirme no a mí misma, ya estaba atando las agujetas de mis zapatillas y pasando mis brazos por las mangas de una chaqueta del campamento. Observé por la ventana para asegurarme de que no hubiese nadie cerca y abrí lentamente la puerta. Tenía mi teléfono en mi mano, pero decidí no prender la linterna para no llamar la atención. Bajé por el sendero de tierra, dirigiéndome al muelle. Todas las cabañas quedaron tras de mí, y cuanto más me acercaba al lago más podía ver la luna que antes estaba siendo tapada por los árboles. Al final del viejo muelle de madera, pude ver una silueta. Sabía que Beck vendría aquí.

"¿Sabes que te están buscando?" Pregunté en un susurro que en el silencio ensordecedor de la noche se pudo escuchar a la perfección. Su cuerpo no giró cuando hablé, nuevamente Beck me ignoraba. A medida que me acercaba a él, podía ver más detalles de su cuerpo. La forma en la que su cabello rozaba sus hombros; sus brazos tatuados detrás de su espalda sosteniendo el peso de su cuerpo; su camiseta negra y sus pantalones apretados y gastados en las rodillas. Me detuve justo detrás de él, mi pie junto a los dedos largos de su mano. No alcanzaba ver su rostro, sólo una parte de su nariz y mejilla "¿Harás de cuenta que no estoy aquí?"

"¿Por qué me devolviste la cajetilla de cigarrillos?" Me preguntó. Su rostro se elevó y me miró. Sus ojos verdes esmeralda se encontraron con los míos, escudriñando cada parte de mis pensamientos. Aparté mi mirada de él, pero sabía que seguía mirándome.

"Ya te dije en la cena, porque no creo que vayas a fum--"

"Luego de que te traté como mierda ¿Por qué haces algo bueno por mi?" Elevé mis ojos para encontrarme nuevamente con los suyos. Su mirada no era la misma. No vi enojo y rencor en ellos, vi incomprensión y debilidad. Pude ver un lado que creí que Beck no tenía y por eso no pude apartar mi mirada. Sentía que era como soltarle la mano y arrojarlo a un precipicio, por algún motivo, sentí que Beck necesitaba que mis ojos se encontraran con los suyos.

"Porque todos merecen recibir algo bueno" Beck rió sin creer mis palabras y agitó su cabeza. Noté ironía en su risa.

"El karma no funciona así" Me dijo apartando su vista de mi y llevando sus manos a sus piernas. Noté que en su bolsillo estaba la cajetilla de cigarrillos.

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