CAPÍTULO LI: PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

180 11 0
                                    

 La mañana había regresado, aunque no se distingue en la ruinas, Reiji estaba recostado a una pared descansando mientras Lily dormía en sus piernas, se veía muy tierna la escena.

— Reiji, hay que continuar — dijo Samantha al despertar al chico.

— Bueno — decía mientras bostezaba.

— ¿Qué harás con la niña? — preguntó Samantha.

— La llevaré conmigo.

— Entiendo.

— Puede que no recuerde nada sobre sí misma, pero puede traer respuestas a las nuevas preguntas que surgieron.

— Es tu decisión.

Reiji trataba de despertar a Lily pero ella no quería despertar, debían comer para continuar su camino, cuando por fin lo hicieron continuaron en busca de la salida y esta vez Samantha no siguió las indicaciones de Lily por motivo de que los adentró más en las ruinas.

Mientras caminaban lograban encontrar escritos a los cuales Samantha les tomaba fotografías y algunas muestras de piedra y otras cosas más, un olor cálido se sentía a la distancia y cierto calor también.

Guiados por el calor caminaron, pasaron treinta minutos de camino hasta encontrar de donde provenían, era unas aguas termales que estaban en las ruinas, con el agua en su punto.

— ¿Aguas termales? — dijo Samantha en voz alta.

— Mamá, vamos, vamos — dijo Lily al bajarse de Lyon y tomar de la mano a Mía.

— Solo un rato Lily — dijo Mía tras un suspiro.

— Yo iré por otro lado — dijo Reiji y Lyon lo siguió.

Las chicas se desvistieron y entraron luego de comprobar que era seguro, al entrar se sentía como la energía recorría sus cuerpos y las hacían sentir bien, eran muy relajantes.

Reiji entró a las aguas, se sentía muy bien, Lyon hizo lo mismo.

Lily jugaba en el agua junto a Mía, Samantha tenía los ojos cerrados como si quisiera desentenderse de todo, y simplemente disfrutar de las cálidas aguas.

Lily se levantó y salió de las aguas llevando a Mía con ella.

— Ven, mamá.

— ¿A dónde me llevas?

— Ya lo verás — dijo con una sonrisa. — Cierra los ojos.

— Bien, pero ve despacio.

— Está bien, mamá.

La niña guio a la chica, ambas estaban desnudas ya que Mía había visto que Reiji se había ido lejos, la niña guiaba a su madre para que no se golpeara o cayera.

— Llegamos, mamá, puedes abrir los ojos — dijo la niña.

— Bien.

Para sorpresa de Mía, había sido guiada hasta donde Reiji y Lyon se encontraban, Reiji volteó al escuchar los pasos y vio el esbelto cuerpo completamente desnudo de Mía justo frente a él. Sus hermosos pechos de pezones rosados, su largo cabello, la cara de Mía estaba completamente roja al ver a Reiji y no supo que hacer quedándose inmóvil.

— ¡Papá! — gritó la niña al lanzarse a los brazos de Reiji.

El chico la tomó, la niña se veía muy feliz de que sus padres estuvieran juntos, que los tres estuvieran juntos como la familia que son.

Reiji apartó su mirada de Mía al verla muy sonrojada ya que su cuerpo había sido expuesto.

— Deberías entrar, si quieres cubrirte — dijo el chico.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora