Tu me cambiaste la vida (Cristiano Ronaldo)

Capitulo 13

-¿Qué hacías en la casa de Cristiano, tía? -escuché a aquel sujeto acercándose cada vez más a mi y sabía que quería respuestas, o más bien, enterarse del chisme.

- ¡Marce! Que bueno verte cabeza de árbol - reí y revolotee un poco su gran cabello- ¿Qué haces por aquí?

- Yo pregunté primero,así que contesta.

- Bueno, es que me he encontrado con la madre de Cristiano y me ha invitado un refrigerio, y bueno, yo no quería ser grosera, ya sabes.

- Haré que te creo, pero no eres buena mintiendo lo sabes. Yo solo vine a molestar a tu hermano.

- Vaya, que extraño que lo vengas a molestar anda, vamos. - lo tomé del brazo y lo jalé para avanzar.

- ¿Estarás ocupada esta noche?

- Nop, no tengo nada que hacer, me estoy volviendo asocial y necesito acción, o mantenerme ocupada, ya sabes.

- Vale, que triste - Marcelo rió y lo hice pasar al estar frente a la puerta de casa.

- ¡¡¡Ikeeeeer!!! Marcelo está aquí, ven - grité para que me pudiese escuchar, en menos de un minuto el se encontraba aquí con Martín en brazos.

- Marcelo, que bueno que llegas, debemos de hablar para lo de en la tarde. Alice, ¿puedes sostenerme a Martín? - preguntó mi hermano estirando a mi pequeño sobrino, lo tomé con cuidado y me moví un poco de ahí-

- Llevaré a Martín al cuarto de juegos, los dejo chicos, nos vemos.

Al llegar al cuarto de juegos, ambos nos sentamos sobre su pequeño tapete, comencé a jugar con las pelotitas que tenía en el suelo, a pesar de tener un año, cada vez se veía más grande y más activo, me saqué un par de fotos con él y dejé que el tomara sus propias fotos, saqué mi pequeña cámara de mi bolsillo y le tomé una foto a Martín sacando una foto, le compartí la foto a Sara y está respondió como toda una madre orgullosa. El tiempo se me pasa de volada cuidando al pequeño, cada vez se notaba más cansado y preferí llevarlo a dormir. La casa volvió a quedarse en un completo silencio, no me apetecía quedarme en mi habitación, así que bajé a la sala a ver un rato televisión, llevé conmigo un gran tazón de cereal y me concentré en ver una película que recién empezaba. Mi teléfono empezó a sonar y maldije internamente por el idiota que estaba interrumpiendo, miré el celular e Iker estaba jodiendo como era su costumbre.

- Iker, ¿qué quieres? deja de joder - murmuré tragando un poco de cereal-

- Solo te aviso que estoy con Sara, saldremos con todos lo chicos y te encargamos a Martín, probablemente regresemos hasta mañana, te queremos - escuché la voz de mi cuñada y de mi hermano a través de la bocina y rodé los ojos soltando una pequeña sonrisa- los amo, nos vemos mañana.

Colgué el celular y continué con mi película, a pesar de verla cientos de veces, no dejaba de amar legalmente rubia, al parecer, el día de hoy no fue mi día. A todo el mundo le dio por interrumpirme, me levanté molesta del sofá cuando escuché el sonido del timbre, cada vez, con más insistencia.

- Van, dejen de insistir tanto - al estar frente a la puerta, me encontré a Clarice y Marcelo junto con el pequeño Enzo, los tres me saludaron tan alegres como siempre.

- Hola Alice, luces hermosa - Clarice besó mis mejillas y le dio un empujoncito a Enzo para que entrara a casa-

- Iker no está en casa chicos, tampoco Sara.

- Lo sabemos, iremos a la reunión, solo pasamos a dejar a Enzo, ¿No te molesta verdad? - Marcelo me miró sonriente al igual que su esposa-

- Eh, chicos, bueno, si no hay problema - balucee un poco y ellos desaparecieron de la puerta, no sin antes de despedirse del pequeño Enzo .