Efecto Mariposa [Tom Hiddleston]

El infinito... para siempre [10]

En serio creí que mejoraría....

No lo hizo.

Los días se habían vuelto lo más parecido a una pesadilla que no terminaba nunca, lo que más dolía era verlo perder energía, debilitarse hora tras hora, verlo deteriorarse y que aun así no perdiera su buen humor, su positiva forma de ver la vida, sus ganas de seguir viviendo.

No dejaba de decir que se sentía mejor, que pensaba que se recuperaría muy pronto, aunque sabía que no era así, estaba perfectamente consciente de cómo estaba avanzando la neumonía, podía sentir lo asustado que en realidad estaba cuando lo abrazaba, cuando apretaba mi mano y sobre todo cuando me miraba a los ojos... esos ojos que no sabían cómo mentirme.

Había tomado una decisión... no volvería.

No estaba segura exactamente como lo haría pero tenía que hacerlo de alguna manera, no lo dejaría morir, era un hecho en ese momento, mi esposo estaba muriendo y no sabía cómo pero no lo dejaría.

La vida me estaba mostrando una posibilidad, una realidad alterna a la mía, había amado esa realidad pero ya no la quería mas, no me importaba tener que renunciar a él, no me importaba tener que volver a una vida en la que él no sabía quién era yo, lo único que me importaba era que no podía dejarlo morir, lo amaba demasiado para verlo morir.

Ya lo había decidido esa sería mi última noche a su lado.

- Alejandra... quiero pedirte algo – Dijo tomando mi mano

- Lo que quieras mi amor – Respondí

- Por favor no vayas a negármelo – Dijo mirándome serio

- No voy a negarte nada – Dije acariciando su rostro

- Quiero hacer el amor...

- Tom...

- Dijiste que no me negarías nada – Dijo suspirando

- Lo sé pero... amor estar muy débil ahora, eso puede esperar

- No quiero esperar.... Por favor... sabes que posiblemente sea la última oportunidad que tenga

- Tom...

- Cariño, no quiero ser pesimista o negativo pero... sabes de lo que hablo – Me dijo sin mirarme

- Esta bien – Le dije luego de pensarlo un momento

Tenía razón... era en realidad la última oportunidad que tendríamos para amarnos.

Lo miré fijo durante un momento, sabía que no podía ser muy ruda con él, pero tampoco quería hacerlo sentir como si me diera miedo tocarlo.

Me acerqué a él y me recosté a su lado, empecé a besarlo y a tocarlo, empezó a reaccionar tocándome también, sentí que su respiración se agitaba y me preocupó que le costara respirar aun más de lo que ya le costaba, me separé un poco y me miró confundido.

- ¿Te sientes bien? – Pregunté

- Estoy bien

- Prométeme que si algo va mal me lo dirás y nos detenemos

- Si eso te hace feliz... lo prometo

Volví a acercarme a él, esta vez él me apretó contra su cuerpo, estaba tan delgado, se sentía tan frágil al tacto, se recostó de espaldas y me atrajo hacia él, me coloqué con mucho cuidado sobre él, sabía que no podría moverme mucho, aun así cuando lo sentí dentro de mí, fue como si nada hubiera cambiado, era el mismo hombre de siempre, él único que me hacía sentir de esa manera, el único al que amaba, un poco más frágil, pero mío... mío hasta el final.